EN PLENA DEBACLE INTERNA, EL GOBIERNO NACIONAL DECIDIÓ AVANZAR CON CHINA EN UNA CENTRAL ATÓMICA EN CAMPANA, PESE A LAS ADVERTENCIAS DE ESTADOS UNIDOS. EL FIN DE SEMANA PASADO UNA DELEGACIÓN YANQUI HABÍA PEDIDO DESMANTELAR LA BASE AEROSPACIAL CHINA DE NEUQUEN. EL GIGANTE ASIÁTICO LE PESTARÁ A MACRI 10 MIL MILLONES DE DÓLARES

¿La guerra fría tras la macrisis?

Por Trivia Demir

En un contexto de incertidumbre electoral, inflación y recesión económica, Mauricio Macri está desesperado por conseguir liquidez para mejorar sus números y la situación social de cara a las elecciones. Pero los aliados a los que va accediendo ponen en tensión otras amistades. Para eso dicen que mandó a Dujovne días pasados a hablar con Lagarde para pedirle ayuda con el dólar, mientras negociaba por otro lado con China para que el país asiático acceda a invertir en energía atómica por más de 10 mil millones de dólares, lo que se considera un peligroso juego a dos puntas, considerando que el FMI depende de la buena relación con USA, actual enemigo comercial de China.
Lo cierto es que sin títulos rimbombantes, tal vez tapado por los escuálidos anuncios de medidas atenuantes de la crisis; en forma sigilosa y con mucho hermetismo, el Gobierno argentino firmó el martes con China la Carta de Intención que dará forma al acuerdo bilateral para la construcción de la cuarta central nuclear en la Argentina que contempla un préstamo de la administración de Xi Jinping de USD 7.900 millones a 20 años y un adicional de UDS 2.500 millones para la realización de esta obra con tecnología exclusivamente china.
La firma de esta Carta de Intención entre China y la Argentina implicará la ratificación de la administración de Xi Jinping de avanzar con la construcción de una central nuclear que tuvo fuertes cuestionamientos de la comunidad científica y que hasta el año pasado había sido postergada por el presidente Mauricio Macri por «razones presupuestarias».
Según fuentes de la Casa Rosada, en una reunión a puertas cerradas en el despacho del ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y ante la presencia del secretario de Energía Gustavo Lopetegui; el subsecretario de Energía, Julián Gadano; el embajador argentino Diego Guelar; Xiao Zongweig de la estatal China National Nuclear Corporation (CNNC), y Zhang Jianhua, director general adjunto de China National Nuclear Corporation, se firmó finalmente la Carta de Intención que en 45 días derivará en el contrato de Argentina y China para avanzar en este ambicioso proyecto.

Intenciones dudosas

Desde el Ministerio de Hacienda mantuvieron en estricta reserva ese encuentro y la firma de la Carta de Intención con China al punto que Dujovne pidió que no haya comunicado de prensa. Al parecer, el hermetismo en que manejó el ministro Dujovne este tema tiene que ver con las eventuales críticas que podría recibir de los economistas que no ven conveniente que la Argentina siga endeudándose como lo hizo hasta ahora y, por otra parte, ante los cuestionamientos que algunos científicos hacen al proyecto por tratarse de una central que tendrá tecnología exclusivamente china. Además del escozor que terminará causando en las relaciones bilaterales con EEUU.

¿Otro préstamo encubierto?

Dicen que la Carta de Intención que se firmó se logró tras una misión de la empresa China National Nuclear Corporation (CNNC) y del gobierno de Xi Jinping que estuvieron hace 20 días para monitorear con los funcionarios de Energía, de Cancillería y de la estatal CAMMESA los detalles finos del acuerdo. «El diseño del nuevo acuerdo con China no afecta el esquema fiscal que tiene la Argentina ya que se trata de un préstamo a 20 años y con una quita en el costo global de USD 1.000 millones», destacó un allegado a Dujovne al retrucar las versiones que dan cuenta de la falta de oportunidad del Gobierno en comprometerse con otro préstamo externo. También añadió que las formas de manejo de Lopetegui y su buen vínculo con el ministro de Hacienda resultaron fundamentales para que se reactivara el proyecto con China.
La nueva central nuclear con capital y tecnología de China estará ubicada en Lima, el polo bonaerense de Campana. El préstamo chino será del 85% del total de la obra y el aporte local será de un 15%. A su vez, la tasa de interés que pagará la Argentina a China será de aproximadamente el 5,5% y el Gobierno logrará un adicional de USD 2.500 millones con una financiación blanda para que el Tesoro Nacional tenga libre disponibilidad de esos fondos. Es decir que entre los USD 7.500 millones globales que deberá aportar China por la construcción de la central más los USD 2.500 millones se llegará a un préstamo total de USD 10.000 millones.

Reactivando amistades

«El gobierno chino mantuvo su interés en profundizar la asociación nuclear con Argentina y tiene una visión flexible para acordar un esquema compatible con las restricciones financieras actuales del país», admitió un encumbrado funcionario del Gobierno que participó de los debates internos de la Casa Rosada y en el desplante que temporalmente le hizo la Argentina al gobierno Chino el año pasado cuando decidió frenar la iniciativa conjunta ante la crisis económica. El acuerdo por la central nuclear se da en un contexto donde China fue cuestionada por Estados Unidos y algunos países europeos por la instalación de la estación espacial de Neuquén donde objetan el eventual uso militar de esa base con posibilidades de interceptar satélites.

Nada de chinos en América

Por su parte la posición de Mr Presidente Trumes archiconocida y las presiones sobre Macri para que cierre la base espacial de China en Neuquén, también. Se lo pidió en el G20, y fue una de las prioridades del nuevo jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, pero el pasado fin de semana directamente envió legisladores al Ministerio de Defensa. El contingente de legisladores de Estados Unidos liderados por el diputado republicano Kevin Mac Carthy visitó el país y fueron recibidos por la viceministra de Defensa, Paula Di Chiaro. «La discusión se centró en cómo abordar las amenazas de seguridad colectiva que enfrenta la región, desde el espionaje chino hasta el flujo transnacional de drogas», informó Mac Carthy en un comunicado oficial.
Concretamente se trata de la base espacial china que está situada en el pueblo Bajada del Agrio, con una antena de más de 30 metros para la investigación «del espacio lejano», según la letra chica del acuerdo bilateral. Para Trump, esa infraestructura le garantiza al gigante asiático un poder geoestratégico en la región que choca contra sus intereses y así se lo planteó a Mauricio Macri cuando lo visitó en noviembre en la Casa Rosada, horas antes del inicio del G20.
El presidente le explicó que el complejo sojero aporta la mayoría de las divisas al país, tiene a China como principal cliente, y por lo tanto no había chances de romper relaciones tan fácilmente. En su momento, molesto, Trump le recordó que en la localidad neuquina de Añelo, a pocos kilómetros de la base espacial de la polémica, funciona el yacimiento de shale oil Vaca Muerta con un potencial generador de divisas capaz de compensar una tensión momentánea con el gigante asiático.
En aquel momento -que ahora cobra mayor valor-, el canciller Jorge Faurie se animó a sugerir que una transición a ese statu quo eran impensable, pero el presidente de Estados Unidos lo ignoró y a las pocas horas hizo saber su furia: ni bien empezó el G20, su vocera Sarah Huckabee Sanders informó que en la reunión con Macri se había acordado «enfrentar los desafíos regionales como Venezuela y la actividad económica depredadora china». Faurie pasó gran parte del día intentando bajarle el tono a esa frase pero la pelea estaba abierta, sobre todo porque el presidente de China se fue del país sin sentir amenazada su sede neuquina.

La pulseada impensada

Para Estados Unidos la eliminación de la base es una de las prioridades para el vínculo con el país en este año electoral. En su exposición ante el Congreso, en febrero, el jefe del Comando Sur, el almirante Craig S. Faller, lo incluyó entre sus prioridades. «La presencia china y sus actividades en la instalación de observación del espacio profundo en Argentina son también preocupantes», fue su frase.
Ahora la visita del comité de legisladores confirmó que Trump tratará que el tema no sea olvidado fácilmente entre los candidatos presidenciales y ya lo está logrando: hace 15 días, Miguel Pichetto, jefe del bloque Argentina Federal y promotor de la promiscua aventura electoral de Roberto Lavanga, presentó un proyecto de ley para crear una bicameral que controle las operaciones espaciales de China en Neuquén, con acceso «irrestricto» a la base lunar. Es que el convenio sólo se permite que la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) aproveche el 10% del uso de la antena. Trump quiere derribarla. Y seguirá pidiéndolo.
Mientras, Macri les abrió mucho más la puerta a China y cerró un acuerdo por una central nuclear. ¿Declaración de guerra? O película con final anunciado… Habrá que ver

Fuentes: NA, Infobae, LN, propias

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