HAY 1.185.000 DESOCUPADOS EN LOS 31 CONGLOMERADOS QUE MIDE EL INDEC

La mayor desocupación en Chubut se concentra en el Valle

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Pese a que el Gobierno Nacional estima que haber alcanzado el piso de la recesión permitirá que vuelva el crecimiento del empleo, los privados no esperan una recomposición del mercado de trabajo para lo que resta de 2019. La tasa de desempleo trepó casi dos puntos interanuales a 9,1% en el cuarto trimestre de 2018, debido a que se destruyeron puestos de trabajo y más gente está intentando ingresar al mercado de trabajo. Con todo, los analistas estiman que la suba del desempleo no fue peor porque la economía ajustó por precio: cayó 12% el salario real el año pasado, y además, porque creció la informalidad laboral. En lo que va de 2019 la situación no sólo no ha mejorado, sino que el nivel de personas desocupadas y subocupadas se ha incrementado. En Chubut la principal comarca que continúa sintiendo el fuerte impacto de las políticas nacional es el Valle Inferior del Río Chubut, lo que se conoce estadísticamente como el conglomerado Trelew-Rawson. Allí no sólo no se logró repuntar como se venía haciendo de un 11,2% en el segundo trimestre, a un 7,9% de su población económicamente activa en septiembre del año pasado, sino que se incrementó la falta de trabajo hasta rozar el 9,5%.

En perspectiva

En la comparación regional, el Gran Buenos Aires y CABA es el sector del país más afectado, con 10,5 por ciento. Le sigue la región Pampeana, con el 9,2%. El resto de las regiones quedaron por debajo del promedio: Noroeste (7,2%), Patagonia (6%), Cuyo (4,7%), Noreste (4,1%).
Cuando se hace zoom sobre las regiones sobresalen el Partidos del Gran Buenos Aires, con 11,4%; y Mar del Plata y Rosario, con 12,8 por ciento. «El principal causante del incremento de la desocupación fue la caída de la actividad», dijo Matías Rajnerman, economista de Ecolatina. «Sin embargo, en 2018 este efecto estuvo atenuado por la pérdida de poder adquisitivo. Los menores salarios reales redundaron en una baja de los costos laborales, lo que permitió que el flujo de despidos fuera menor», agregó.
«El empleo soportó bastante bien la caída y el ajuste se dio vía caída de salarios reales», coincidió Melisa Sala, en un informe de la consultora LCG. «Durante 2018 primó el atesoramiento de trabajo (labor hoarding). Las empresas que prefirieron no despedir empleados para no entrar en costos de despido y recontratación», explicó.
«Es caro el despedir. Ergo, primero se aguanta (se reducen horas extras, se hacen convenios especiales para licenciar turnos rotativos, se suspende) y recién después se despide. Segundo, para contratar de nuevo, tiene que haber una perspectiva de recuperación sostenida», tuiteó Gabriel Caamaño Gómez, economista de la consultora Ledesma.

En números

Por lo pronto, el año pasado se sumaron 260.000 nuevos trabajadores desempleados. Ahora la población desocupada son unas 1.185.000 personas en los 31 conglomerados que mide el Indec. El total extrapolado para todo el país da 1.750.000 millones. Y la recesión hizo que cayera el empleo el año pasado, por lo que la tasa de ocupación se redujo a 42,2% (-0,8 puntos anual), lo que implica que 100.000 trabajadores perdieron su empleo.
En tanto, el crecimiento de la población económicamente activa hizo que más cantidad de gente ingresara al mercado en busca de un trabajo. La tasa de actividad creció 46,5% (-0,1 punto anual) sumando 161.000 nuevos trabajadores al mercado, que en un contexto recesivo no encuentran respuesta en el mercado.
«La población con problemas laborales (y que busca empleo, sea que ya lo tenga o no) pasó del 21,9% hace un año a 26,4% en el 4° trimestre de 2018. Equivale a casi 600.000 personas más buscando trabajo (porque no tienen o no les alcanza el que tienen) en un año», tuiteó Martín Kalos, director de EPyCA Consultores.
«La mayor subocupación demandante y el mayor desempleo se sumaron a un mayor porcentaje de ocupados plenos demandantes derivando en una mayor presión sobre el mercado laboral», coincidió Caamaño Gómez, a 32,9% en el último trimestre de 2018 desde 27,3% en el cuarto trimestre de 2017.
Una de las consecuencias es que en el último trimestre, uno de cada cinco trabajadores buscó activamente cambiar de empleo, posiblemente, en la búsqueda por apuntalar sus ingresos, dijo Rajnerman.
Se entiende que una población económicamente activa creciendo por encima de la población «no fue resultado de una mayor solidez del mercado de trabajo, sino de una importante caída del salario real registrada durante el año pasado, que provocó el efecto «trabajador adicional»: más personas del hogar buscando empleo para poder comprar lo mismo que antes».

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