HOY EXPONDRÁ EN EVENPA UN BIOTECNÓLOGO DE LA COMISIÓN NACIONAL DE ENERGÍA ATÓMICA

Proponen métodos para aprovechar los residuos de la pesca del langostino

En el marco del EVENPa 2019, un evento que reunirá a empresas de todos los rubros comerciales e industriales en Puerto Madryn a partir de este jueves, el licenciado en Biotecnología, investigador de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Mariano Venturini, brindará hoy a las 11 horas una charla sobre el aprovechamiento comercial y ambiental del residuo de langostino. El consumo masivo de mariscos a nivel mundial genera importantes desechos día a día, y lo que se intenta implementar es una metodología adicional para que el contenido de dicho residuo (quitina, proteínas y calcio) pueda encontrar un mercado para el aprovechamiento de su valor comercial.
En diálogo con El Diario, Venturini se refirió a las estrategias actuales para la refinación de esos tres componentes, que dependen exclusivamente del uso de ácidos y bases concentrados en cantidades estequiométricas, algo que implica una evidente presión en el medio ambiente y aumenta significativamente los costos.
Además, explicó que nuevos métodos de refinación están siendo implementados en los últimos años, los cuales se basan en el uso de dióxido de carbono, urea o agua, al tiempo que también han bajado de manera notoria la generación de residuos secundarios.
También, la incorporación de la tecnología de las radiaciones permite la desinfección inicial y la microestructuración de la quitina (sustancia que compone el exoesqueleto de los mariscos), permitiendo así que el uso de reactivos disminuya drásticamente, con el aumento de la calidad de los productos que se busca obtener.

Evitar la putrefacción

El especialista, que brindará una charla sobre la temática hoy a las 11 horas, explicó la metodología que actualmente se implementa y las propuestas que compartirá con los asistentes para el aprovechamiento del residuo del langostino.
“El método de la radiación es lo que queremos incorporar a los procesos actuales, además de ver cuál es el más eficiente; son tres metodologías de extracción, y lo que buscamos es incorporarle una tecnología que supere a lo tradicional, sin tener que reemplazar nada. Es decir, adicionar algo para evitar que se inicie la cadena de putrefacción. Ello, teniendo en cuenta que una vez iniciada esta última, no estaría apta para el consumo humano. Pero impidiendo esto, es más fácil el trabajo a posteriori, incluso evitando una cadena de frío, que representa un costo adicional”.

Experiencia en otros países

Preguntado sobre si algunos países vecinos ya implementaron los procesos en cuestión, Venturini recordó que “hace algunos se realizó un procedimiento para la producción de quitina y quitosano, pero era un compostaje, que demora aproximadamente un año en sus tres etapas (de producción), dependiendo de varios factores” y agregó que “el tiempo es otro de los factores que hay que tener en cuenta”.

Sumarse al mercado actual

Venturini explicó, en relación a las metodologías propuestas, que “el hecho de ‘inactivar’ el proceso de putrefacción implica que se genere un alimento, para el cual existe un mercado actual; el segmento existe y la idea sería sumarse a lo que ya está, no que exista una competencia”.
En cuanto a los biopolímeros, presentes mayormente en la quitina, “Argentina es un gran productor” de los mismos, remarcó.
Sin embargo, “nuestro país es importador de quitina y de quitosano; es una dialéctica que no se entiende, más aún teniendo en cuenta que la pesca, en el caso de Puerto Madryn, es un núcleo muy duro; no obstante, estamos importando algo que ni siquiera exportamos”.
Además, recordó que “para darse una idea, China es un productor mundial y líder, porque está aprovechando estos residuos; el año pasado, exportó unas 116.083 toneladas (de quitina y quitosano) y en segundo lugar están los Estados Unidos, que posee un 20 por ciento de dicho mercado”.

Una problemática regional

En este sentido, el especialista precisó que, actualmente en nuestro país, cuando se extrae la cáscara del marisco, la misma se entierra, perdiéndose la posibilidad del aprovechamiento del residuo y sus componentes: “Somos un importador. De hecho, en 2016 se importaron unos 2 millones de dólares (en quitina), y si bien el mercado está, lo que habría que incorporar es una serie de cuestiones específicas, ya que no alcanza solamente con la extracción”.
También, detalló que “tampoco se trata solamente del impacto ambiental, sino de un núcleo de productos que tiene un mercado; la generación de este tipo de residuos se da en toda Latinoamérica; en Nicaragua y Chile, por ejemplo, donde tienen la misma problemática de la pesca y los residuos”.

Abordaje integral

Por otra parte, explicó que “con estas tecnologías, que reducen el consumo de insumos para el tratamiento e incorporan otra serie de elementos, el objetivo es formar ‘plantas móviles’, es decir, módulos que podrían comercializarse como tales” y reconoció que “actualmente, hay mercado pero no hay soluciones; nosotros hemos hecho diseños de containers, los cuales serían móviles, que incluso pueden colocarse en un barco para producirlo in situ, evitando que los mismos sean trasladados a tierra, ocupando espacio y tiempo”.
Sobre esto último, Venturini sostuvo que “la idea es la transformación del residuo en un producto a partir de la producción de la planta, y después, además, atender el tema ambiental; concretamente, tener una mirada y un abordaje integrales en todo el sector”.

Plantas móviles

Consultado sobre el Proyecto Biorrefinería Azul, que es el que propone la creación de plantas móviles para el aprovechamiento del desecho, el especialista aclaró que ello no implicaría que, por ejemplo, las empresas pesqueras deban realizar modificaciones en su planta; por el contrario, tratándose de módulos trasladables, se añadirían para complementar un proceso que arrojaría finalmente un nuevo producto a partir de los componentes de los residuos de la actividad.
“De acuerdo a la producción, como son containers modulares, están pensados tanto para la pyme como para las grandes industrias. Es decir que el volumen podría variar”, manifestó.

El empresariado, expectante

En cuanto al diálogo con el sector privado y cómo ha sido recibida la propuesta, Venturini comentó que “hemos tenido una charla en Mar del Plata, el año pasado, donde también estuvieron pesqueras de Chubut, y la idea les pareció buena en principio” y agregó que “quedamos en firmar una Carta de Intención, pero luego no volvimos a saber más nada del tema, ya que eso lo coordinaban las provincias, y ahí hay otra decisión política que va más allá de la empresa privada”.

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