MIENTRAS MACRI PELEA CONTRA UN FANTASMA Y AGUANTA SU PROPIO DESGASTE, CRISTINA NO TERMINA DE DECLARASE CANDIDATA, PERO YA SE MUEVE COMO TAL. EN MAYO PRESENTARÁ SU LIBRO “SINCERAMENTE”, CON LO QUE GRAFICA DE HECHO SU PLATAFORMA. SU EQUIPO MONITOREA LOS PASOS DE ´UNIDAD´ EN LAS PROVINCIAS, PERO TODO EL INTERÉS ESTA ENFOCADO EN LA PRESIDENCIAL

Que sí, que no

Por Trivia Demir

La polarización Macri-Cristina se va instalando cada vez más fuerte, sobre todo porque la expresidenta alimenta el misterio de su candidatura infringiéndole un sufrimiento mayor al actual mandatario, que ni siquiera puede a esta altura confrontarla abiertamente. Hoy el desgaste de Macri es de sí mismo, lucha con un fantasma, con un relato del pasado que ya no conforma como causa de los actuales males. Tan intenso es el microclima de incertidumbre que esta semana debió defender su posicionamiento ante empresarios, y desafiarlo a que podía ganarle a Cristina en un ballotage. ´¿Y si ella gana?´, fue la pregunta que antes le perforó la estima al Presidente y lo llevó hasta arriesgar números “le gano 52 a 48”, sentenció. Fue un momento feo para el ego de un mandatario que apuesta a repetir mandato. Un momento que tal vez lo ubicó fuera del microclima de su círculo de adulaciones y le enrostró crudamente el otro lado de la grieta.

La ´no nacida´

Mientras tanto, la expresidenta logra cartelera con pequeños datos de la realidad, cuestiones familiares o simplemente misterio. Algo que afirman los analistas, estiraría hasta el final para develar el rol que tendrá en las próximas elecciones, aunque para muchos, ya se mueve como candidata. Ninguna persona de su círculo íntimo se arriesgaría a decir que no competirá y ya arengan públicamente para que se presente.
De hecho, la ex Presidenta ya comenzó a dar indicios de que buscará enfrentar a Mauricio Macri, y en parte lo muestran sus argumentaciones y letra que plasmó en su libro, «Sinceramente», que saldrá a la venta el próximo viernes y que ella misma presentará el 9 de mayo en La Rural. «Este libro no es autobiográfico ni tampoco una enumeración de logros personales o políticos», dice aclarando que se trata de «una mirada y una reflexión retrospectiva para desentrañar algunos hechos y capítulos de la historia reciente y cómo han impactado en la vida de los argentinos y en la mía también». No sólo se dará el lujo de presentarlo en la Feria del Libro, donde logrará una campaña implícita importante, sino que además la estética de la portada imita a una importante marca de cuadernos. Toda una alegoría. Tal vez lo que ya podría entenderse como un ´gráfico´ lanzamiento en puerta.
De hecho, en el kirchnerismo desde hace tiempo circula la versión de que la ex Presidenta se lanzaría el 20 de junio en Racing, aunque desde su entorno desmintieron que haya planificado un acto para esa fecha. La jugada sería similar a la de 2017, donde jugó al misterio hasta el final, a días del cierre de listas.

Adelantos y gestos

Mientras en algunas frases desliza que competirá y sale a criticar duramente la gestión de Cambiemos, también usa el escrito para dar señales de apertura. Una de ellas fue reconocer que el memorándum que firmó con Irán por el caso AMIA fue una «ingenuidad» y admitió que cometió un error geoestratégico, en un fuerte gesto a Estados Unidos en medio de la campaña electoral.
En el mismo sentido, dicen que Cristina hizo un guiño a Héctor Magnetto, acaso para sepultar su confrontación con Clarín. «Él tiene un fuerte interés por la política y no se trata solamente de un tema de lobby, para resguardar o mejorar sus intereses económicos, eso sería minimizarlo. Le interesa el poder de la política, el poder del sistema de decisiones, es decir el poder en sentido estricto y completo», lo describe Cristina. Y relata: «Recuerdo un día que, ya finalizada la sobremesa, íbamos caminando hacia la salida del comedor y Magnetto me dijo: ?No pueden sacar la reforma, la gente no está de acuerdo, la calle no está de acuerdo, hay mucha crítica y opinión negativa’. Entonces le contesté: ?Ay, Héctor -no le decía Magnetto, le decía Héctor-. ¿La calle? ¿Me lo dice en serio? ¿Usted cree que la calle sabe qué estamos discutiendo en el Senado? La calle ni siquiera sabe lo que es el Consejo de la Magistratura, son ustedes los que no están de acuerdo, no la calle. Mire, pueden seguir sacando veinte mil editoriales y artículos en mi contra, que voy a seguir opinando lo mismo y votando lo mismo».

Monitoreando el interior

Mientras el halo de misterio contribuye a reinventarla como candidata evitando la confrontación, Cristina juega en realidad un rol activo en los cierres electorales de las provincias. Parte de su injerencia funge a través de Alberto Fernández -que ahora está en Tierra del Fuego, con la aliada Rosana Bertone- quien fue marcando de cerca a gobernadores e intendentes para armar listas de «unidad», dando lugar a los candidatos locales.
Dicen que la estrategia ya mostró sus frutos. En Entre Ríos, Gustavo Bordet arañó el 60 por ciento de los votos tras un acuerdo con el kirchnerismo y todo el peronismo entrerriano. «Si el fruto del consenso es Cristina, estaremos con ella», dijo el gobernador días atrás en una charla con periodistas, donde elogió el rol que tuvo la ex Presidenta durante el cierre de listas en su provincia.

Sin embargo no está fácil el interior para los representantes de “la grieta”. En una gran mayoría de las provincias, ni la conducción de Macri ni la de Cristina entusiasman demasiado, tanto que en sondeos regionales el electorado los relaciona con ´dos caras de una misma moneda´ en términos de lo que representan en la vida del interior del país.

El país profundo

De hecho, los análisis internos no son tan optimistas puertas adentro del búnker k. En las proyecciones de los más optimistas del Instituto Patria, algunas provincias podrían haber dado el batacazo que empujara, como onda expansiva, un aluvión de votos K contra Cambiemos. No sucedió ni en Neuquén ni en Río Negro ni en Chubut. Y ahora, en los planes electorales, Unidad Ciudadana evalúa resignar una gran parte de las provincias ´que no mueven electoralmente la aguja´, para concentrar toda su energía en la disputa presidencial.
La decisión del aliado histórico Gildo Insfrán de despegar a Formosa de las elecciones de octubre encendió algunas alarmas en el núcleo duro de Cristina Kirchner. ¿Significa esto que en las provincias peronistas ven que no hay posibilidades y por eso se desligan de la grieta? Las señales son elocuentes. Hay más fichas puestas y con posibilidades, de los proyectos provincializados.
Lo de Formosa fue, en todo caso, el corolario de un camino errático en la estrategia para el interior. El kirchnerismo empezó las cuentas electorales abrigando la esperanza de tener candidatos “propios” en todos los distritos y terminó bajando listas para favorecer la “unidad” y fortalecer, así, el arco opositor a Cambiemos. De ahí al «abandono» de algunas provincias, hubo un solo paso.
“Trabajamos por la unidad. La orden de Cristina fue que las provincias se pintaran de cualquier color, menos de amarillo”, graficaron ante A24.com desde el Instituto Patria. Traducido: se puede ganar con cualquiera (incluso con los oficialismos del PJ) porque el peronismo después se reacomoda solo. Un ejercicio básico de poder.

Recalculando

Resoluciones sensatas fueron, en estos cálculos, los acuerdos de unidad en Santa Fe, Entre Ríos y San Juan. En esta última la estrategia rindió sus frutos porque el gobernador Sergio Uñac fue el más votado en las PASO con amplio margen.
Pero hubo otras provincias en las que, más allá de los primeros amagues, Cristina pidió al final bajar las listas y los candidatos. Así ocurrió en Córdoba (el kirchnerismo y el PJ son irreconciliables) y Misiones. En ambos casos, el repliegue K favorece a los oficialismos locales, en un año en el que, hasta ahora, son los gobernadores (o sus delfines) los que se están imponiendo en las urnas.

La oveja negra

Siempre hay, como en todo plan, un imponderable. Y en este caso es Tucumán, donde el candidato K no está dispuesto a bajarse para favorecer al gobernador (exministro K pero hoy más distanciado de la expresidenta). Se trata de José Alperovich, que fue apoyado por Cristina para enfrentar a Juan Manzur, quien va por la reelección.
El escollo es que a pesar de que Manzur pidió la unidad con el kirchnerismo, Alperovich no quiere ceder (apoyado en las encuestas que lo ubican arriba). Una interna que no se puede frenar.

Chubut, con una cruz en la espalda

Los que rodean a Cristina tienen el punteo de las provincias donde el armado de “unidad” salió bien (y donde no). Dicen que figuran con tildes: San Juan, Entre Ríos, La Pampa, Tierra del Fuego, Córdoba y Misiones. Mientras que figuran con cruces: La Rioja, Chubut y Tucumán.
La campaña ´pacífica´ que el peronismo llevó adelante en Chubut en las PASO evidentemente responde a una ´orden superior´ que está respetando. Por acá también anduvo Fernández no hace tanto imprimiendo el manual de la interna que podría hacer prosperar la campaña nacional, aunque haya que resignar las aspiraciones provinciales. Y si es por eso, el trabajo que hizo el peronismo fue impecable, y la derrota de Cambiemos en la PASO en términos de votos fue el resultado inapelable. Lo demás seguramente será una intentona de alcanzar el mejor posicionamiento del ganador de la interna, Carlos Linares frente a su principal rival, Mariano Arcioni. Pero esta puja, a ojos nacionales, incluso es relativa. “Después de todo, si gana Arcioni, también gana el peronismo. Lo importante es que no prenda el virus amarillo, se entiende?”, reflexiona un encumbrado dirigente del PJ nacional que recuerda con gran afecto a Chubut y a los ´compañeros´.
Por ahora, el mapa que existe en el corazón del comando de campaña, afirman que tiene rojos y verdes. Una distribución cromática que permite apreciar la actualidad (y proyección) del kirchnerismo. Si al final se resignan provincias para apostar por la presidencial, esa estrategia depende del único factor, todavía irresuelto: que Cristina sea la candidata afirman los observadores finos. Habrá que ver…

Fuentes: LPO, NA, PA, IP, propias

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