MERENDEROS COORDINARÁN ACCIONES EN LA ASOCIACIÓN CONCIENCIA COLECTIVA Y EL COMEDOR INFANTIL

Buscan extender la ayuda alimentaria a las familias de barrios periféricos

El fin de semana, el Comedor Infantil de Puerto Madryn fue la sede de una actividad impulsada por la Asociación Civil Conciencia Colectiva con responsables de los distintos merenderos y comedores locales.
El encuentro tuvo como objetivo incrementar los esfuerzos realizados desde las distintas instituciones “para alimentar a los muchos niños de nuestra ciudad que, lamentablemente, lo necesitan”; como si ello fuera poco, la situación económica actual ha hecho que las donaciones a merenderos sean menores a las de otras épocas.
Participaron de la actividad quienes hacen funcionar los distintos merenderos de la ciudad, entre ellos “Caminando Libres”, “Piecitos Descalzos”, “Volver a Empezar”, “La Sonrisa de los Niños” y “Rinconcito de Luz”, los cuales están ubicados en diferentes barrios como el Alta Tensión, Pujol, Progreso y Malvinas Argentinas, entre otros.
Se trata de una reunión que buscó generar un marco de colaboración entre los distintos merenderos, la Asociación y el Comedor Infantil, de cara a poder trasladar la solidaridad a muchos barrios ubicados en la periferia de Madryn, que atraviesan necesidades tanto de vivienda como, principalmente, de alimentación; en este sentido, no resulta casual que en los últimos años, la cantidad de merenderos registrados oficialmente y aquellos que surgen de manera espontánea, se haya incrementado.

Una realidad a veces “invisible”

Al respecto, uno de los representantes de Conciencia Colectiva, Carlos Buckle, sostuvo en diálogo con El Diario que la asociación “es una organización sin fines de lucro, la cual integramos voluntarios y voluntarias que, en definitiva, pensamos que el camino de la transformación hacia una sociedad más justa la tenemos que hacer entre todos, no quedarnos solamente en la expresión de deseo, sino apoyar el trabajo solidario y el desarrollo de proyectos comunitarios colaborativos y productivos”.
Además, planteó que “es urgente visibilizar y lograr conciencia respecto de la realidad de carencias por la que están atravesando determinados sectores de la ciudad, principalmente los barrios más periféricos”.
Una verdadera postal de lo que sucede es que muchos de los merenderos, con el paso del tiempo y la presión de la crisis sobre determinados sectores, hayan terminado convirtiéndose en comedores, de cara a dar respuesta a la necesidad alimentaria de una importante cantidad de familias.

Organizarán donaciones y cursos para vecinos

La reunión “fue muy productiva, abordamos las problemáticas comunes de la falta de alimentos básicos que los merenderos están teniendo, las cuales muchas veces hacen que muchas veces no den abasto por la cantidad de trabajo que tienen”, detalló, agregando que “otro de los puntos que se tocó fue la falta de empleo en muchos sectores; la primera propuesta fue estar en contacto y apoyarse mutuamente cuando cada uno realice una actividad de recaudación de fondos por medio de venta de empanadas, pizzas y demás; en este sentido, los merenderos difundirán cada uno por su parte, para colaborar de esa manera”.
En segundo lugar, “el Comedor Infantil buscará organizar un curso de peluquería en sus instalaciones, para que puedan venir los sábados por la tarde, vecinos del barrio para capacitarse y tener la posibilidad de llevar adelante un emprendimiento propio”.
Otra cuestión debatida fue la organización de donaciones: “El Comedor hará lo posible para orientar las donaciones que recibe, cada 15 días, seleccionando productos para repartir, a través de la Asociación Conciencia Colectiva, a los distintos merenderos de acuerdo a las necesidades que se releven de cada uno”.

Un respaldo a la comunidad

En la misma línea, Buckle manifestó que “allí, hay carencias de alimentos, precariedad de viviendas, falta de servicios, y sobre todo, falta de oportunidades para que la gente pueda empezar a salir de esa situación de inequidad” y agregó que “uno de los objetivos de nuestra asociación es apoyar y desarrollar proyectos que apunten a garantizar derechos humanos fundamentales; por ejemplo, en los últimos tres años venimos trabajando principalmente con el problema de la carencia de alimentos para niños y niñas, para lo cual hemos tomado contacto con merenderos, los cuales hemos ido conociendo poco a poco”.
En este contexto, explicó que “los merenderos son microemprendimientos comunitarios, que durante la semana dan la leche, y algunos también cocinan almuerzos para distribuir entre las familias del barrio; generalmente, son llevados adelante por familias o mujeres que comienzan a darle la leche a los amiguitos de los hijos e hijas y luego, empiezan a llegar más chicos”.

Sostener la solidaridad en el tiempo

Quienes están al frente de las decenas de merenderos que existen en Madryn “son personas comprometidas, con conciencia, que ven que los vecinos de su barrio necesitan tomar la leche, y así comienza una escalada de tres, cuatro y diez niños, hasta llegar a tener unos cuarenta y hoy por hoy, algunos espacios, cerca de los cien niños en determinados barrios”, detalló Buckle.
En este orden, mencionó que “nuestra tarea, como asociación, es apoyarlos para que puedan sostener la continuidad; nosotros vinculamos a personas y grupos que siempre están dispuestos a colaborar; Puerto Madryn es una sociedad con un fuerte sentido de solidaridad, y nosotros hacemos el ‘puente’ para ayudar a que los merenderos dispongan de alimento y elementos básicos, y que se puedan sostener en el tiempo”.

Llegar a los barrios

Además, el referente de Conciencia Colectiva entendió que “las personas que trabajan en los merenderos ya tienen demasiado trabajo con las tareas que realizan cotidianamente; entonces, nosotros colaboramos, no somos el único sustento que tienen; todo ello, para que puedan tener lo mínimo y básico para desempeñarse” y agregó que “este año tuvimos una linda noticia, que fue el hecho de haber tomado contacto con el Comedor Infantil de Puerto Madryn, desde donde vienen trabajando en una tarea similar desde hace décadas; hacen un trabajo muy serio y comprometido; nos conocimos, nos presentamos, y hemos decidido realizar un trabajo conjunto, para que el Comedor también pueda llegar a los barrios”.

Aunar esfuerzos

De este modo, Buckle se hizo eco de una de las principales problemáticas del Comedor Infantil, el cual con el crecimiento demográfico de Puerto Madryn, en los últimos años quedó, literalmente, alejado de muchos barrios que atraviesan necesidades de distintas características: “Hace unos 50 años, ese lugar era donde estaban las familias de mayor necesidad, y hoy el Comedor ha quedado en un sitio que resulta inaccesible para los barrios periféricos. Entonces, allí preparan bolsones y paquetes con mercadería y nosotros la hacemos llegar. Al mismo tiempo, ellos nos ayudan con alguna campaña solidaria. Como somos bastantes personas trabajando en esto, desde la asociación conocemos a cada uno, pero ellas no se conocen, entre las coordinadoras de los merenderos y las chicas del Comedor Infantil, por eso decidimos reunirnos e intercambiar experiencias. En definitiva, formar un espacio que sume a que se disparen ideas y que surja alguna sinergia colaborativa”, comentó.

La alimentación, prioritaria

“Esta experiencia y primer paso de conocernos ya es un paso alentador”, reconoció Buckle, agregando que “lo es, sobre todo, para quienes están trabajando fuertemente en esto”.
En este sentido, también se refirió a las distintas tareas que lleva adelante la Asociación Conciencia Colectiva y precisó que “la idea es desarrollar proyectos comunitarios productivos, pero la realidad es que muchas veces nos quedamos en la urgencia, en este caso de la alimentación, ya que es una cuestión prioritaria” y concluyó que “buscamos, con el tiempo, poder desarrollar proyectos educativos y de economía social, además de capacitaciones y apoyo escolar; venimos trabajando en ello, pero la mayoría de las veces nos supera la prioridad”.

Menos donaciones por la crisis

En otro orden, Buckle refirió que “la situación económica actual ha hecho que la cantidad de donaciones baje, y el elevado precio de productos esenciales como la leche, hace mucho más difícil el abastecimiento de los merenderos”, sumando a ello que “no sólo hay una mayor cantidad de niños y familias que acuden a los merenderos, sino que la posibilidad de conseguir aquellos elementos que se donan, está muy más difícil debido al contexto actual”.

El crecimiento de los merenderos y una realidad que preocupa

Desde el año pasado, el incremento en la cantidad de espacios que proveen alimento a niños y familias en situación de vulnerabilidad, se constituyó como la postal de una realidad acaso paralela a la de muchos sectores de la comunidad.
A diferencia de merenderos como los impulsados por organizaciones de extracción política como el Movimiento Evita, Barrios de Pie y la CCC, la mayoría de estas entidades no se encuentran registradas de manera oficial en Puerto Madryn; principalmente, porque su surgimiento atiende a la premura de satisfacer una necesidad urgente, y muchos de los establecimientos no terminan de transitar las vías administrativas para formar parte del Registro de Organizaciones Civiles local.
Muchos de ellos, incluso, pasaron de ser merenderos a comedores, atentos a una necesidad alimentaria en crecimiento y a una inflación cuyo efecto se siente, de manera directa, en los sectores con más necesidades económicas.

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