LA VÍCTIMA RECIBIÓ DOS DISPAROS EN LA PUERTA DE SU CASA HACE DOS AÑOS

Condenaron a 11 años de cárcel al sicario que mató a un “ex Arenas Blancas”

En una audiencia celebrada días atrás en Puerto Madryn, Diego Arévalo fue sentenciado a 11 años de prisión por el homicidio de Pedro Gustavo Machao Pazos, cometido en 2017, cuando la víctima recibió dos disparos en el pecho mientras miraba televisión.
La sentencia fue dictada por los jueces Leonardo Pitcovsky, Patricia Reyes y Stella Eizmendi.
El caso lo llevó adelante el fiscal general Daniel Esteban Báez, y se sospechaba que había sido un crimen por encargo.
“Si bien sobrevolaron en el debate los distintos motivos que podrían haber llevado a ocasionar el homicidio, lo objetivo y concreto fue calificado como ‘homicidio calificado por uso de arma de fuego’”, sostuvo el funcionario judicial.

Lo ejecutó en su propia casa

El ataque tuvo lugar sobre la tarde del 16 de enero de 2017, cuando un hombre tocó la puerta de una casa ubicada sobre la calle Los Pinos, en el barrio Pujol II. Le abrió la puerta la pareja del propietario. “Hola, ¿está Pedro?”, preguntó el desconocido, y la mujer asintió. El hombre avanzó, se paró a su lado y lo vio a Machao sentado mirando televisión, momento en el cual le descerrajó dos disparos sin mediar palabra, uno de los cuales impactó directo en el corazón de la víctima, que falleció en el lugar.
De manera inmediata, el atacante se retiró y, a pocos metros de la vivienda, se subió a un Fiat Siena color gris y escapó, sin haber sido detenido.

Lo detuvieron a los cuatro meses

Luego de cuatros meses prófugo y tras haber podido identificarlo gracias a un retrato hablado y otros datos proporcionados a los investigadores, la Policía detuvo a Arévalo en la ciudad de La Plata.
El dato clave para dar con su paradero fue un “error” cometido por el agresor, quien fue a retirar una encomienda que estaba a nombre de uno de sus familiares.

Una causa que sigue sumando víctimas

Machao Pazos había recibido prisión domiciliaria luego de que personal policial de Puerto Madryn, en momentos en que la Unidad Regional se encontraba a cargo del comisario mayor Ricardo Cerda, desbaratara una banda dedicada al abigeato, la cual operaba en un circuito entre Madryn y Trelew.
Junto al sujeto cayó casi una decena de personas, en varios allanamientos realizados en la ciudad del Valle y en la localidad del Golfo, donde incautaron animales faenados, cuadernos, armas y otra documentación de interés para la causa.
Un dato no menor es que Machao había sido investigado en la causa denominada Arenas Blancas, y en enero de 2011, una investigación de la Justicia Federal de Mendoza culminó con un allanamiento en su vivienda, hacia donde se presumía que estaban destinados unos 34 kilos de droga, marihuana en este caso, los cuales habían sido incautados mientras intentaban transportarlos en un auto que había salido del departamento mendocino de Las Heras.

Droga en la ruta

Ese fue el primer antecedente de la víctima de Arévalo, pero el segundo episodio es el que, según varias versiones, habría sellado su destino: en septiembre de 2015, personal de Gendarmería secuestró 163 tizas de cocaína que habían sido arrojadas a la vera de la Ruta Nacional 3, a la altura del control ubicado en Arroyo Verde, en el marco de un control de rutina.
Según información que trascendió en torno al procedimiento, Machao Pazos habría arrojado el bolso con los estupefacientes a un lado de la ruta, mientras se trasladaba en un vehículo y por temor a quedar detenido durante un control; su homicidio, de acuerdo a una de las hipótesis, habría estado ligado a la “pérdida” de ese cargamento, que tenía como destino Puerto Madryn.

Crímenes y ajustes “narco”

Por otro lado, la ruta de Arenas Blancas también condujo al homicidio, en enero de 2015, de uno de los implicados en la causa, quien fue asesinado de varios disparos en su domicilio de la calle Leleque, en el barrio Pujol II. Allí, tres personas a bordo de un vehículo descendieron y efectuaron cinco detonaciones sobre Jorge Huenchueque, que murió en el lugar.
Dos años antes de que fuera hallada la droga que dio origen a la causa, Rubén Orlando Larsen, alias “El Negro”, fue ultimado en su vivienda del barrio Pujol II, sobre la calle Río Mayo, de varios disparos.
Un sujeto que aparentemente iba a comprarle su camioneta se dirigió a la casa, lo llamó y, tras abrir la puerta de ingreso, Larsen recibió un disparo que terminó con su vida.

Amenazas y narcomenudeo

La tercera víctima fue Machao Pazos, y a poco menos de un año de que éste fuera asesinado en su domicilio del Pujol II, un testigo protegido de la causa fue sacado de la provincia de Chubut, ya que había recibido amenazas de muerte; esto derivó en una actuación del propio Ministerio de Seguridad de la Nación, habida cuenta de que el hombre no contaba con protección por parte del fuero federal con asiento en Rawson, así como tampoco del Tribunal Oral Federal de la provincia.
A partir de dichas amenazas, la Policía detuvo a un individuo de apellido Quiroga, uno de los presuntos “líderes” de la banda en el marco de la causa Arenas Blancas, en su domicilio del barrio Solanas.
Por último, recientemente, otro sujeto que se encuentra implicado en la causa fue detenido, luego de que la Justicia Federal culminara una investigación de varios meses, que derivó en un allanamiento en su domicilio del barrio 630 Viviendas, donde funcionaba un “búnker” de drogas custodiado por cámaras de seguridad y rejas que impidieron el acceso de la Policía, cuyos agentes debieron utilizar herramientas para derribar el “fortín” e ingresar.

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