HISTORIAS CURIOSAS PARA CONTAR EN DÍAS DE LLUVIA

De Finlandia conozco sólo el queso

Por Javier Arias
javirarias@eldigito.com

Convengamos que cada vez que viene un turista y nos encuentra tomando mate, además de no entender nada, comienza a mirarnos raro, y ante el primer amague de convidarle un amargo, apela a su inmunidad diplomática. Tengo un conocido que tuvo que pasar unas largas horas en una comisaría perdida del interior de España, hasta que aceptaron que esas hebras verdes en la bolsita de plástico era yerba mate y no alguna sustancia pecaminosa.
Hasta nuestro tango es visto con cierto recelo de curiosidad étnica. Es que cada pueblo tiene sus características propias, que lo hacen único y a la vez exótico para los ojos extraños. Ya quisiera verlos a ustedes frente al río Ganges o en un templo chiita.
De todas formas este tipo de particularidades e idiosincrasias no pasan de ser excentricidades que, como buen turista, se aprenden a no sólo tolerar, sino a apreciar y muchas veces hasta compartir.
Pero me gustaría traerles en esta Columna algunas extravagancias por demás interesantes y, creo yo, no tan asimilables como chupar agua por un palito. Se trata de un país bastante lejano, tan lejano que difícil que vayan a echarme en cara el escaso rigor científico de mi análisis sociocultural. También veo distante la posibilidad de una gira propia por esos lares, así que tampoco corre riesgo real mi anatomía. Las costumbres, que hoy se transforman en nuestras historias curiosas, se acotan a la fría Finlandia. Eso sí, si hay algún lector finlandés, le ruego me confirme estas tradiciones, porque de ser ciertas, voy a agregar a los objetivos finales de mi vida conocer aquellas apartadas tierras.
Arranquemos por el famoso (¿?) campeonato mundial de llevar a cuestas a una mujer, sí, como leyó, a una mujer, y sí, campeonato mundial. Parece que todos los años se celebra este campeonato, en el que a lo largo de 250 metros de obstáculos, incluido un foso con agua, se juega una carrera con una mujer en la espalda. Eso sí, el premio es suculento, un barril de cerveza con el mismo peso que el ganador. ¿Lo tendrá que llevar a casa a cuestas la mujer?
También tienen un día festivo en el que la última persona de la familia en levantarse es arrojada a un río o al mar. Se trata del Día del Dormilón, exactamente el 27 de julio. La de adolescentes mojados que deben caminar por las calles de Helsinki en julio.
Y éste es bastante escatológico, lectores impresionables, abstenerse y saltar hasta el próximo párrafo, un deporte típico de Finlandia es el “Torneo de sudor”, aunque no es lo que usted está pensando, sino que la competencia es sobre quién resiste más tiempo dentro de un sauna, que van calentando cada vez más. Pero esta competencia no es tan sorprendente, en un país que hizo del sauna un símbolo nacional, ¿se imagina que hay un sauna por cada tres habitantes?
Pero en eso de tener comodidades, no se conforman con las tinas calientes, ya que en Finlandia hacen honor a eso de ser la cuna de la empresa Nokia; más del 95 por ciento de la población posee al menos un teléfono celular.
Lo de los celulares viene a cuento porque los fineses (¿o era finlandeses?) viven en una crisis de comunicación latente; su idioma es uno de los más difíciles del mundo. Para que se den una idea, tienen la palabra más larga del mundo: “lentokonesuihku-turbiinimoottoriapumekaanikkoal-iupseerioppilas”, que significa una graduación en las fuerzas aéreas finlandesas, no me quiero imaginar las maldiciones del letrista que tiene que diseñar la papelería, no debe haber tarjetita que aguante.
¡Ah! Un consejo, aquel día que le presenten a un finlandés no vaya a ponerse demasiado afectuoso, que no son latinos como nosotros, que saludamos con un beso hasta al cartero, ellos no son muy dados a demostrar sentimientos en grupo y el saludo estándar es una mirada fija al infinito. Y no se haga el chistoso diciendo algo como “dame un abrazo, rompamos el hielo”, porque no creo que lo tome con una sonrisa, cuando durante más de medio año tienen que literalmente romper el hielo para salir de sus casas.
Pero no todo son excentricidades, por ejemplo, Finlandia fue el primer país en permitir votar a las mujeres y en 1907 se convirtieron en el primer país en permitir que las mujeres fueran parlamentarias. Eso sí, tienen la más alta proporción de rubias que ningún otro país. No pienso hacer ningún chiste sobre las aptitudes legislativas de las rubias, porque sigo apreciando mi endeble salud física.
Bueno, no tiene de qué quejarse, ya tiene algunas curiosidades para amenizar estas tardes de sábado, y al mismo tiempo ha aprendido nuevas cosas de un país como Finlandia, qué columna culturosa que había terminado siendo la mía.

Fuentes:Traducción libre del artículo “20 Finns about world´s strangest little nation” de http://www.mirror.co.uk/

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