UN ESTUDIO DE INVESTIGADORS ARGENTINOS Y CANADIENSES

Demostraron científicamente que el canto de las aves define su éxito reproductivo

Un estudio dirigido por los biólogos e investigadores Paulo Llambías (CONICET, Argentina) y Drew Rendall (Universidad de New Brunswick, Canadá) demostró que los machos de Ratona común (Troglodytes aedon), un pajarito que pesa alrededor de diez gramos, con cantos más complejos tienen mayor éxito reproductivo y se aparean antes que los demás. La investigación comprueba los principios de la selección sexual propuestos por Charles Darwin, pero refuta otras generalidades sobre el estilo de vida y su relación con el aprendizaje del canto.
“Una de nuestras hipótesis –explica Llambías- es que la complejidad vocal puede evolucionar como consecuencia de la selección intra-sexual, es decir, la competencia entre machos por el acceso a las hembras. Un contrincante debería evitar combatir con machos con cantos más complejos si dichos cantos transmiten información sobre cualidades físicas: más fuerza, mayor masa y mayor tamaño de pico, etc.”.
Por otra parte, según la investigación, las variaciones vocales también pueden relacionarse con la selección inter-sexual, es decir, las preferencias que tienen las hembras a la hora de elegir un macho para reproducirse. En este caso, la hipótesis es que, si las hembras eligen machos con amplios repertorios, esta cualidad representa un beneficio para ellas al aumentar su éxito reproductivo.

¿Qué significa que un canto sea complejo?

En especies como Ratona Común, cada pájaro es autor de su propio cancionero. La complejidad o no del canto varía en la capacidad del pájaro para combinar las “sílabas” aprendidas durante su desarrollo. Para determinar las diferencias en complejidad vocal de los diferentes machos, el equipo grabó sus cantos en Valle de Uspallata, Mendoza, y mediante el análisis de sonogramas, determinaron la cantidad y tipos de “sílabas” que componían sus repertorios.
Después, analizaron la performance reproductiva de esos ejemplares de Ratona Común. Así encontraron que los machos con cantos más complejos se reproducían con hembras que comenzaban la reproducción antes y que ponían más huevos.

Imitando el canto

Otra especie territorial estudiada por el equipo es la Ratona Aperdizada (Cistothorus platensis). A diferencia de la Ratona Común, esta especie habitante de pastizales, resuelve su comunicación por medio de la imitación. Es decir, que cuenta con un repertorio fijo de cantos que aprende en su etapa juvenil al escuchar a sus padres y a los vecinos.
En este caso, cuando se da un enfrentamiento vocal, el macho ganador ya no será un compositor ingenioso o un buen payador. Aquí, el ganador puede ser el que redoble la apuesta, como si de una partida de truco se tratara, reproduciendo el mismo canto que su oponente.
“Si un macho iguala al otro en el contenido del canto, generalmente significa que sube en la escala de conflicto, y si continúan así, pasarán a la agresión física. No obstante, igualar también podría llevar a una situación de subdominancia, porque, cuando se repite el canto, la comparación es instantánea y puede mostrar una imperfección del macho que contesta”, aclara Llambías.

De las ratonas al conocimiento generalizado

El estudio pormenorizado de estas especies, que resuelven sus conflictos sociales de distinta manera, permite cuestionar algunas generalidades globalmente aceptadas acerca del comportamiento de las aves. En particular, el efecto que tiene el tipo de vida migrante y residente en el aprendizaje del canto.
“Según una hipótesis propuesta por el Dr. Donald Kroodsma –apunta Llambías- la improvisación surge en especies migrantes y la imitación en especies residentes debido a que las interacciones entre machos difiere en función de su estilo de vida. En este trabajo, logramos falsear dicha conjetura ya que, si bien ambas especies estudiadas son residentes, aprenden el canto de forma distinta”.
A su vez, los investigadores revelaron que, una misma familia de aves, como las ratonas, pueden comportarse diferente en función del hemisferio (norte-sur) en el que habitan. Esto explica por qué, muchas veces, las hipótesis de ecología del comportamiento animal, que suelen surgir del estudio exhaustivo de la fauna del hemisferio norte, no siempre cuadran con las biologías del Sur.
“Tenemos muy poco conocimiento de la historia natural de las especies del hemisferio sur y estamos forzando la evaluación de hipótesis formuladas en especies modelo que tienen una biología distinta a nuestras especies”, apunta Llambías.
Por último, concluye que, cuando se tiene información compleja de la fauna local y sus dinámicas, no solo se engrosa el patrimonio cultural de la región o se verifican hipótesis y predicciones, sino que se puede contar con más aristas para pensar acciones de preservación y evaluar de manera más integral el impacto que generan las distintas actividades productivas en entornos naturales. (Fuente: Agencia CTyS-UNLaM)

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