La semana que viene iniciará el juicio oral y público por el femicidio de la madrynense Raquel Maldonado, la joven de 27 años apuñalada a mediados de 2017 en el departamento en el que residía, ubicado en Marcos A. Zar al 2.200.
Por el hecho se encuentra detenido quien fuera su pareja hasta aquél momento, Maximiliano Larrabaster, que enfrentaría una pena de perpetua en caso de ser hallado culpable del delito de “homicidio agravado”, contemplado dentro del Artículo 80, Inciso 11 del Código Penal.
El hecho tuvo lugar durante una aparente discusión, y la versión del acusado fue, en un primer momento, que la mujer se había auto infligido la herida, un puntazo realizado con un arma blanca a la altura del abdomen, que luego le provocaría la muerte mientras era atendida de urgencia en el Hospital “Dr. Andrés Ísola”.
Se trata del segundo caso de femicidio ocurrido el mismo año, tan sólo tres semanas después de que el cuerpo de Diana Verónica Rojas fuera hallado en las inmediaciones de la Ruta Provincial 1, causa que culminó con la primera condena por femicidio en la historia de Puerto Madryn.

Sin defensor

Por parte de la familia de Maldonado, el querellante será el abogado penalista Carlos María Villada, mientras que todavía no trascendió quién patrocinará a Larrabaster.
El acusado, a mediados del mes de mayo, había nombrado como patrocinante al abogado Oscar Romero, a quien recientemente el juez Gustavo Castro le dictó la continuidad de la prisión preventiva por el “intento de homicidio” de un tapicero con quien mantuvo una discusión, y a quien le efectuó disparos con un arma de fuego, para luego terminar apuñalado. Un dato no menor es que, cuando Larrabaster fue detenido en 2017, había estado representado por los abogados Carlos del Mármol y Gustavo Castro; este último, ahora en calidad de juez, fue quien ratificó la prisión preventiva de Romero.
De este modo, la socia del abogado Romero, Laura Marcela Fernández, es la que estará ejerciendo la representación de Larrabaster, en caso de que al letrado no le autoricen las salidas laborales que solicitó días atrás para tal fin.

Una relación tóxica

Raquel Maldonado se desempeñaba como empleada de La Anónima y vivía en un departamento de Marcos A. Zar, en la zona sur de la ciudad; según trascendió por parte de amigas y familiares, la relación con Larrabaster no transitaba su mejor momento, e incluso hay quienes señalan que el joven hoy preso “era muy obsesivo con ella”.
Tiempo atrás, el diálogo con este medio, el hermano de la víctima, Alfredo Maldonado, deslizó que hasta ella tenía “prohibido” verse con amigas o participar de reuniones sociales.
Esto habría originado sendas discusiones entre la pareja, tiempo antes de que ocurriera el crimen; “mucha gente me mandaba mensajes diciéndome que ella no se había suicidado”, relató el hermano de Raquel, en virtud de una de las versiones del acusado, quien al llevar a su novia al Hospital Zonal para que fuera atendida de urgencia, advirtió que ella se había provocado a sí misma la herida punzante en el abdomen.

Aguardarán una condena ejemplar

También, desde la familia de la joven detallaron que, en varias ocasiones, Maldonado fue vista con “moretones en los brazos”, señales de que habrían ocurrido forcejeos entre la pareja y que ya venía siendo víctima de violencia de género hasta el día de su muerte.
Desde el entorno familiar de Maldonado aguardarán que Larrabaster, en caso de ser hallado culpable, reciba la pena máxima por el delito, actualmente “homicidio agravado”, que contempla la prisión perpetua.
En ese caso, se trataría de la segunda condena por femicidio en Puerto Madryn, luego de que se conociera el fallo del caso Diana Rojas, por el cual el taxista Dante Donnini fue finalmente condenado, tras haber sido hallado culpable del crimen de la estudiante, ocurrido tres semanas antes del de Raquel Maldonado.