Emilia Clarke estudió vídeos de Hitler para preparar su discurso final 

La intérprete de Daenerys Targaryen desvela que estuvo dos meses casi sin dormir pensando que no haría bien la arenga que protagoniza en el capítulo final de la serie.

Emilia Clarke, la actriz que ha interpretado a Daenerys, madre de dragones, en la serie Juego de tronos, que llegó a su fin el pasado domingo, ha desvelado a la revista Variety cómo se preparó para una de las escenas cumbres del último capítulo, cuando arenga a sus tropas.

Primero, Clarke confesó que a pesar de que durante la grabación de las últimas dos temporadas tenían muy presente que se acercaba el final, realmente nadie la preparó acerca de cómo sentirse ante el final absoluto de una serie en la que ha estado implicada durante ocho años. “Honestamente, uno se siente muy, muy extraño”, afirma Clarke en su conversación.

Pero en la entrevista también descubrió otro secreto de su interpretación en el desenlace final: cómo se preparó para la arenga que da a sus tropas en la Fortaleza Roja: “A lo largo de la serie he tenido que aprender idiomas falsos y he dado muchos discursos, pero sentí mucha presión con este. Cualquier actor puede decir que los días en el set son largos y luego te vas a casa y haces tu tarea, que es aprenderte el papel para el día siguiente. ¡Pero además de eso hay que hacerlo en un lenguaje falso! Casi me mata. Normalmente lo hago rápido pero este discurso significó mucho para mí. Estaba muy preocupada. Me quedé levantada hasta muy tarde todas las noches durante unos dos meses. Le lancé el discurso a mi cocina, a mi nevera… ¡Se lo dije a todo Belfast desde mi ventana! Bueno, la ventana estaba cerrada porque en realidad no quería que la gente pensara que estaba ladrando”, explica la actriz con ironía.

“La mañana que tenía que grabar la escena no había dormido nada porque había estado despierta toda la noche”, continúa. Emilia Clarke incluso reconoce que llegó a llorar pensando que no podría hacerlo, que arruinaría la escena, uno de los momentos cumbres de su personaje. En la serie un ejército se cuadra ante Daenerys para escucharla. En realidad, Clarke arengó a una pantalla verde: “No había nadie allí, solo una cámara y una habitación verde y vacía. Sentía cierta desconexión y sabía que tenía que estar totalmente concentrada y que tenía que estar absolutamente preparada para hacer el ridículo”.

Pero sus meses de preocupación dieron resultado y la actriz afirma: “Entonces sucedió lo más extraño: no ensayé y lo superé todo a la primera. Fue la única vez que pronuncié ese discurso sin equivocarme. Si me hubieran pedido que lo hiciera al día siguiente, ya lo habría olvidado”. Lo más curioso de los detalles que Clarke da sobre cómo se preparó para ese momento tiene relación con en quién se inspiró para hacerlo. “Vi muchos vídeos de dictadores y líderes poderosos que hablan en un idioma diferente para ver si podía entender lo que estaban diciendo sin saber el idioma. ¡Y puedes! Puedes entender absolutamente lo que dice Hitler aunque hable en una lengua extranjera. Así que pensé: “Si puedo creerme cada palabra que digo, el público no tendrá que mirar demasiado los subtítulos”.

Emilia Clarke tampoco evade responder a la pregunta sobre cuál cree que será el legado de la serie que tanta fama ha adquirido en todo el mundo: “Creo que siempre ha sido una discusión sobre el poder, qué es el poder y cómo afecta universalmente a las personas. Y luego están los intentos de cada individuo para lidiar con él y cómo usarlo para el bien”. A juicio de la actriz el episodio final deja una pregunta en el aire: cómo podemos vivir juntos en un mundo gobernado por la política de los individuos. “Nosotros no podemos contestarla. No hay respuesta. Solo intentamos hacerlo todo el tiempo”, es la conclusión de la actriz en su despedida de la serie de HBO.

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