LOS OTROS RUBROS MÁS GOLPEADOS FUERON EL COMERCIO, EL TRANSPORTE Y LAS COMUNICACIONES

En el último año se perdieron cerca de 70 mil puestos de trabajo en la industria

Desde ya hace varios meses en los que la problemática del empleo ha resurgido con fuerza en nuestro país, como consecuencia del cambio radical que se vivió en la matriz macroeconómica desde fines de 2015, lo que decantó en la pérdida de puestos de trabajo, el deterioro salarial y la pérdida de algunos derechos vinculados con el ámbito laboral.
Puntualmente, desde que Mauricio Macri asumió como presidente en diciembre de 2015, el modelo económico propuesto desde Casa Rosada buscó mutar a un perfil productivo traccionado por las exportaciones, aunque el objetivo central todavía no se ha alcanzado y sus secuelas están a la vista.
En un contexto internacional de profundización de las posiciones de defensa de la producción nacional, esta decisión no dejar de tener riesgos significativos. Por un lado, el patrón de especialización de nuestro país en productos primarios, resta grados de libertad en términos de la independencia económica por todos aquellos productos industriales que no producimos. Por otro, cercena la posibilidad de extender los frutos de un eventual crecimiento a los sectores más postergados, a partir de los subproductos indeseables de la existencia de un “ejército de reserva” que presione salarios reales a la baja.
Al respecto, desde la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) elaboraron un informe al respecto de esta temática, en el que afirmaron que “en la práctica, el marco ideológico que orienta el accionar de la política económica no deja de tener consecuencias reales sobre los ganadores y perdedores de cada modelo”.
En este contexto, el documento analizó la dinámica del empleo en el último año, en función a los datos oficiales del Sistema Integrado Previsional Argentino. En primer lugar, se examinó la dinámica del empleo privado registrado, con 157.000 puestos de trabajo menos en la comparativa entre febrero de este año e igual período de 2018.
Así, ampliando el espectro temporal, ya se tiene una caída del 2,1% en el empleo privado desde fines de 2015, y una virtual paridad en el empleo registrado total. Todo esto, sin considerar el efecto del crecimiento poblacional.
La merma en el sector privado no es un resultado aislado. En el último año, además de la baja del 2,5% en el “empleo de calidad”, se registró una reducción de 2,9% entre los independientes autónomos, y del 18% entre los monotributistas. Sólo repuntaron las y los trabajadores de casas particulares, con una suba de 3,6%, en el marco del proceso de regularización iniciado en 2013.
En el detalle, a lo largo del último año se encuentran las reducciones más significativas en el sector industrial (-69.000), comercio (-44.000), transporte y comunicaciones (-19.400) y actividades inmobiliarias y empresarias (-10.000).
Cuando se estudia la evolución del empleo por provincia, se tienen caídas significativas en 21 de las 24 jurisdicciones, a excepción de Neuquén, Catamarca y Santa Cruz, por lo que se desprende que Chubut, donde también se evidenciaron números negativos estuvo en contra de lo expresado en otras provincias patagónicas.
En tanto, las perspectivas para los próximos meses no son auspiciosas, teniendo en cuenta que la tasa de entrada al mercado laboral está en los niveles más bajos desde la salida de la crisis del año 2002.
Desde el plano salarial, por su parte, la mayor parte de los rubros productivos perdieron poder adquisitivo en el último año y medio, destacándose una reducción promedio del 11% en relación a la inflación, para igual período.
Los resultados en los sectores intensivos en mano de obra, contrastan con una incipiente creación de menos de 1.800 empleos en el sector primario, en el último año. Así, al indagar entre los “ganadores y perdedores” del actual modelo económico, se encuentra que, por cada empleo nuevo en el sector agrario, se destruyeron más de 39 en la industria.

Números del empleo

Por su parte, el mercado laboral ha sufrido un evidente deterioro. La última cifra presentada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) antes del apagón estadístico que aconteció tras el cambio de gobierno, mostraba una desocupación del 5,9% en el tercer trimestre del 2015, la más baja en 28 años. A su vez, la subocupación estaba en torno al 8,6%, lo que representa el porcentaje de ocupados que trabajan menos de 35 horas semanales y que al mismo tiempo ofrecen más horas de trabajo como forma de aumentar sus ingresos salariales. Se observa como en los años de recesión, como en el 2016 y 2018, los indicadores se deterioraron considerablemente, y en años de crecimiento, como lo fue 2017, los mismos mejoraron pero con una intensidad insuficiente para corregir la situación previa.
El año 2018, en tanto, terminó cerrando con indicadores laborales notablemente deteriorados en relación a 2015. La desocupación trepó al 9,1% (+3,2 puntos porcentuales en relación a 2015 y +1,9 en relación a 2017) mientras que la subocupación alcanzó el 12% (+3,4 pp. en relación a 2015 y 1,8% en relación a 2017). Además, desde el cuarto trimestre de 2016, la ocupación demandante subió 2,7 pp., es decir, que los ocupados necesitan mayor cantidad de horas de trabajo para poder alcanzar los ingresos salariales necesarios a raíz de la crisis del 2018 (en 2015 la ocupación demandante no se medía, solamente aquellos demandantes que estaban subocupados).

Chubut, en contra de sus pares

Por otro lado, se puede constatar la visión pesimista respecto al futuro próximo en relación al crecimiento del empleo. La Encuesta de Indicadores Laborales indica que en el último año la perspectiva para los próximos meses de los empresarios encuestados en cuanto a la variación de la nómina de personal, es decir, si planean aumentar la plantilla, reducirla o mantenerla, da un panorama acerca de la visión y de los planes empresariales de cara al futuro.
En este sentido, se muestra claramente como el estallido de la crisis de 2018 significó el empeoramiento del panorama empresarial de cara a los próximos meses. Es así que la cantidad de empresas que planean reducir su dotación de personal en los últimos meses aumentó un 59%, comparando marzo de 2019 contra mismo mes del año anterior. En cambio, los que planean aumentar su dotación de personal han en un 35%.
Al hacer un análisis de lo que ocurrió en cada una de las provincias en cuanto al empleo privado, resulta que la mayoría de los distritos de todo el país evidenció números negativos, siendo en norte argentino el sector más damnificado. En tanto, en la Patagonia estuvieron dos de las tres provincias que crecieron: Neuquén (3,7%) y Santa Cruz (1,2%). Por su parte, Chubut tuvo un descenso de 0,6% en cuanto a empleo privado en febrero de este año.

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