LOS TRABAJOS EN VIVIENDA Y EDUCACIÓN TAMBIÉN EVIDENCIARON CAÍDAS CONSIDERABLES

Las obras públicas vinculadas al agua potable se redujeron en un 42%

En un contexto adverso para la economía argentina, el Gobierno Nacional publicó en las últimas horas los nuevos datos referidos al fuerte ajuste fiscal que se están desarrollando desde las arcas argentinas, uno de los requisitos prioritarios para firmar el arreglo “stand by” con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Puntualmente, en el transcurso de abril el gasto de capital cayó 31% interanual en términos reales, mientras que se duplicó el pago de intereses de la deuda, con un crecimiento real de 29%. Teniendo en cuenta estos números, el déficit fiscal total creció un 52%, al tiempo que los principales desplomes del gasto, en pleno año electoral, se dieron en obras públicas de importante impacto social, ya que cayeron 42% real las de agua potable y alcantarillado, 38,4% el de vivienda y 23,7% el de educación.
En tanto, desde Casa Rosada recibieron satisfactoriamente la noticia del superávit primario. Al respecto, cabe aclarar que la meta fiscal planteada en el acuerdo con el FMI obliga a alcanzar superávit en esa cuenta, que deja de lado los intereses de la deuda. Por eso, pese al crecimiento del 52% interanual del déficit total, el objetivo de la administración del presidente Mauricio Macri está puesto en el primario.
En este contexto, desde el Ministerio de Hacienda de la Nación, dirigido por Nicolás Dujovne, recordaron que esta situación no se da desde 2011, ya que hace casi ocho años que el sector público nacional no financiero tiene un primer cuatrimestre con superávit primario, mostrando en tres de los cuatro primeros meses del año un resultado primario positivo. En contrapartida, posturas más críticas al Gobierno Nacional destacaron que el recorte centrado sobre el gasto de capital y también sobre el gasto corriente (cayó un 12,6% real) se hace para pagar los mayores interese que generó la política de acelerado endeudamiento en primera instancia y la devaluación de 120% en segunda. Al respecto, cabe aclarar que el 60% de esos intereses son en dólares.

“Transferencia de ingresos”

Por su parte, Hernán Herrera, investigador de la Universidad Nacional de Avellaneda (UDNAV), hizo declaraciones referidas a las cifras acumuladas en el primer cuatrimestre de 2019, asegurando que “el modelo resultó insustentable y hubo que recurrir al FMI, que condicionó el gasto público, con un gran efecto para la gente. Es decir, los ingresos de estatales, las jubilaciones, las transferencias a las universidades y obras. Se empobrece al país para atender a los acreedores y las condiciones del FMI. Es un modelo de transferencia de ingresos”.
En la totalidad del primer cuatrimestre, el superávit primario totalizó 10.846 millones de pesos y para lograrlo el gasto de capital en Educación se redujo 32,3% nominal. Eso equivale a una brutal caída de 56,6% en cuatro meses. Las prestaciones sociales se redujeron 15,5% real. En cambio, la cuenta total, incluyendo al pago de intereses de la deuda, dio un negativo de 180.855 millones de pesos. Es decir que empeoró 34% respecto al mismo período del año pasado, como consecuencia de que los intereses treparon 104,7% nominal.

Fuerte proceso inflacionario

A principios del 2019, los analistas advertían que no era posible cumplir al mismo tiempo con la inflación de 23%, que postulaba el Presupuesto 2019, y con la meta de déficit 0% respecto al Producto Bruto Interno (PBI), corregido a 0,5% si se agrega el permitido de gasto social y de gasto de capital financiado por organismos internacionales. Y es que la recaudación ajusta por la inflación del año corriente, mientras que el grueso de los gastos (las prestaciones sociales) lo hacen por la del año anterior.
Esto sucedió tal lo previsto, recordando que la inflación trepó muy por encima y ahora las proyecciones apuntan a una por encima del 40%. Pero los analistas tampoco terminan de creer en la posibilidad de cumplir, incluso con los números de fuerte ajuste publicados hasta acá, con el déficit 0% o 0,5% corregido. La clave ahí es que la recaudación está yendo muy por debajo de lo esperado. En primer lugar por el impacto de la recesión y en segundo porque se subestimaron los aportes de las retenciones.

Reducción de la obra pública en Chubut

Respecto a uno de los principales motores para alcanzar el superávit primario, la reducción en la obra pública, cabe aclarar que esta situación alcanzó a la mayoría de las provincias del país, ya que de los 24 distritos argentinos, 17 sufrieron una reducción en este ítem. Chubut no escapó a esta realidad y se ubicó entre las provincias que registraron una caída en el rubro. Puntualmente, del gasto público total, sólo el 11,4% fue dirigido hacia la obra pública.
En contrapartida, según un informe de la consultora IARAF, San Juan (27,3%), Santiago del Estero (27,2%), Misiones (18,1%), CABA (17,2%) y Córdoba (16,6%) fueron las provincias que más fondos invirtieron en obras. Mendoza, ocupó el puesto número 11 con un 11,7% de fondos acumulados durante el tercer trimestre del 2018. Mientras que, en el otro extremo, las jurisdicciones que le dieron una menor importancia relativa al gasto de capital fueron Buenos Aires (5,5%), Entre Ríos (5,5%), Santa Cruz (6,8%), Tucumán (8,3%) y Chaco (8,8%).
La provincia de Misiones, en tanto, presentó el mayor coeficiente de gasto de capital/gasto total en relación con el producto bruto y la densidad poblacional, con el 18,1%. Finalmente, dentro del grupo de baja densidad poblacional y bajos ingresos se destacaron las provincias de San Juan y Santiago del Estero con una participación del gasto de capital superior al 27% en el total. Por su parte, Salta tuvo la menor participación (8,9%), en tanto que Entre Ríos niveló una participación del 5,5% de las erogaciones de capital.
Los datos de la consultora completan otro relevamiento similar realizado por el IERAL, que indicó que entre 2015 y 2018 cayó en 17 distritos la cantidad de obras públicas financiadas por las provincias, mientras que el año pasado se profundizó el volumen de inversiones vía endeudamiento. Sólo se incrementó en Córdoba, Santa Cruz, Corrientes, Santa Fe, CABA y Buenos Aires.
La radiografía sostiene que “si se comparan los niveles de IRD en 2015 y 2018, Córdoba muestra el mayor aumento en este indicador, con +2,2 puntos porcentuales del Producto Bruto Geográfico (PBG), mientras que Formosa fue la provincia que más contrajo la IRD (-14 pp del PBG)”.
“En 17 de 24 provincias se observaron reducciones en la IRD entre 2015 y 2018, cuando se mide en términos de PBG, mientras en 6 provincias aumentó”, afirma. Ese último sexteto incluye, además de Córdoba, a Santa Cruz (+1 punto porcentual del PBG), Corrientes (0,5), Santa Fe (0,5), CABA (0,4) y Buenos Aires (0,2).
Según el estudio, el 2018 “finalizó con un nivel de IRD más transferencias de capital por alrededor de 1,9% del PBI, guarismo inferior al observado en 2015 y 2017”.

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