COMENZÓ EL QUINTO PARO NACIONAL CONTRA EL GOBIERNO DE MAURICIO MACRI. SIN MOVILIZACIÓN ACTIVA, LOS DIRIGENTES DE LA CGT Y OTROS ESPACIOS SINDICALES ASEGURAN QUE SERÁ "CONTUNDENTE”. DESDE EL GOBIERNO AFIRMAN QUE PRIVAR DE SERVICIOS A LA POBLACIÓN ES COERCITIVO Y SÓLO PERJUDICA A LA ECONOMÍA Y A LA POBLACIÓN

Parados y desmovilizados

La CGT y las CTA iniciaron en la primera hora de hoy su quinta huelga nacional desde la asunción del gobierno de Mauricio Macri, aunque la paradoja es que se trata de una medida de protesta sin movilización ni concurrencia a los lugares de empleo, en rechazo de la política económica. Lo que se dice parados incluso para protestar activamente. Mientras, funcionarios del Ejecutivo señalaron que el paro «no resuelve los problemas» y advirtieron que la gente «es rehén» por la adhesión del transporte de pasajeros a la medida de protesta que logra una paralización coercitiva.
En lo formal, el reclamo es por la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, las asignaciones y las jubilaciones. La central también exige un cambio en la política económica, un equilibrio «razonable» entre el valor de las tarifas y los ingresos, y una solución a las obras sociales, en crisis por los fondos retenidos por el Gobierno y el impacto de la recesión sobre los aportes de sus afiliados.
El «desempleo» es otro motivo de quejas. En las últimas horas, se conoció la quiebra de la metalúrgica Eitar en Bernal, que fue tomada por sus 240 operarios. El caso se suma a los despidos que se viven en otros sectores de la industria, como es el caso de la actividad alimenticia o el sector automotriz. Pero hasta ahora el sindicalismo no logró frenar la sangría de puestos de trabajo. La propuesta de buena parte de la dirigencia es aguardar un cambio de gobierno.

La traducción política

Por estas horas, los diferentes sectores del gremialismo están volcados de lleno a la interna peronista de cara a las primarias de junio, no sin tensiones. Pujan por ocupar lugares en las listas, cargos en una eventual administración peronista y por capturar espacios de poder ante una futura reconfiguración de la central obrera. La irrupción de la fórmula Fernández-Fernández no hizo más que acelerar el giro en la central obrera y reforzar su perfil dialoguista.
En un contexto de fotos, actos y negociaciones intensas, la cúpula sindical buscará cerrar el breve calendario de conflictividad inaugurado este año por la protesta que encabezó el moyanismo el 30 de abril pasado. La jornada coincidirá con el 50 aniversario del «Cordobazo», la rebelión obrera y estudiantil que estalló el 29 de mayo de 1969, pero el clima estará lejos de las barricadas y enfrentamientos callejeros de aquel suceso histórico. Por el contrario, el objetivo es exponer una ciudad desierta y tranquila, sin actividad ni transporte. Esa es la foto que intentarán plasmar los titulares de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, representantes del ala dialoguista conformada por los «gordos» (grandes gremios de servicios), «independientes» de buen diálogo con el gobierno y los sindicatos que responden al gastronómico Luis Barrionuevo. Los organizadores esperan que no haya recolección de residuos, bancos, construcción, atención estatal, recargas en cajeros, actividad en fábricas ni servicio de transporte de colectivos, trenes y aviones.

Movilizados sin movilizaciones

Tampoco habrá movilizaciones. La decisión apunta, según la dirigencia, a evitar posibles desmanes que habría provocado el Gobierno en otras marchas, así como los desbordes ocurridos en 2017, cuando un grupo disidente se robó el atril y corrió a los líderes sindicales. «Esperamos un paro contundente pero sin movilización para no darles la foto de descontrol en la calle, queremos mostrar grandes ciudades vacías», dijo un dirigente de CGT, para quien la huelga es «una medida extrema para llamar la atención del Gobierno».

Paro, ollas y piquetes

En tanto, el sindicalismo clasista realizará un acto en el Obelisco a partir del mediodía y los movimientos sociales anunciaron una docena de cortes que realizarán en la Ciudad y los accesos. Con esas protestas, intentarán desmarcarse de los organizadores de la huelga y desafiar el clima de paz social floreciente en el peronismo por el avance vertiginoso de definiciones electorales y la moderación propiciada por Alberto Fernández. Los sectores duros representados por el Frente Sindical Nacional, que encabeza Hugo Moyano, desistió de realizar una movilización como el 30 de abril pasado y, en cambio, realizará un acto para celebrar el «Cordobazo», junto con ollas populares en la sede de sus respectivas organizaciones. «El Gobierno ya perdió», aseguraron cerca del camionero. En su entorno recuerdan que a Fernando de La Rúa le metieron nueve paros y «siguió gobernando», pero descartaron que la de hoy será la última protesta del año.
Moyano se mostró el fin de semana junto a Fernández en el acto de lanzamiento de su fórmula junto a Cristina Kirchner en Merlo. Cultor del diálogo, el precandidato presidencial también estuvo el fin de semana con Daer, con quien compartió espacio en su momento en el Frente Renovador, liderado por Sergio Massa. En declaraciones radiales, el sindicalista elogió la figura del exjefe de gabinete, pronosticó la confluencia del sindicalismo detrás de «Alberto y Cristina», y dijo que la fórmula no solo va a permitir ganar las elecciones, sino también gobernar, a la vez que abogó por la inclusión del tigrense dentro de ese espacio.

Rediseñando el mapa

El efecto centrípeto generado por la fórmula FF sobre las organizaciones sindicales empezó a ejercer presión sobre Massa, que el jueves pasado visitó a los gremios del transporte, encabezados por el portuario Juan Carlos Schmid, y apoyó el paro de mañana, sin develar la incógnita sobre cuál será su rol en las elecciones. Con todo, el ex diputado no pudo contar en la foto con el titular de colectiveros, Roberto Fernández, y el de La Fraternidad, Omar Maturano, quienes enviaron en su lugar a sus segundas líneas.
Los dos sindicalistas integraron, en cambio, la comitiva que se reunió el lunes pasado con Roberto Lavagna, a quien trataron de convencer de que abandone su centrismo y compita en la interna peronista. Ese fue el mensaje que trasmitió el gastronómico Luis Barrionuevo al salir del encuentro del que también participaron el albañil Gerardo Martínez, el estatal Andrés Rodríguez, y el municipal porteño Amadeo Genta. Barrionuevo rechaza la fórmula Fernández-Fernández por considerarla un intento por «volver al pasado». Las autoridades aseguran que sostienen un contacto fluido con la dirigencia sindical. Esas gestiones lograron desactivar sobre la hora el paro convocado para el sábado pasado por los gremios del transporte en reclamo por el impuesto a las Ganancias, pero no podrían evitar el de hoy.

Abroquelados

A la medida de fuerza se sumaron las Centrales de los Trabajadores Argentinos (la CTA de Hugo Yasky y los dos sectores de la Autónoma de Ricardo Peidro y Pablo Micheli), la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) de Sergio Palazzo, el Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona) del bancario, el mecánico Ricardo Pignanelli y los camioneros Hugo y Pablo Moyano, movimientos sociales y partidos de izquierda.
La Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Portuaria Naval (Fempinra) de Juan Carlos Schmid llamó al «paro total». La convocatoria de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) del marítimo Schmid y el maquinista de trenes Omar Maturano, será vital para solventar «la contundencia de la medida de fuerza», a la que se sumaron la Unión Ferroviaria (UF) de Sergio Sasia y los señaleros. También habrá cese de tareas en el sector de la electricidad, entre los trabajadores de Anses, los recibidores de granos (Urgara); los industriales del Smata y la UOM y las 62 Organizaciones que conduce el jefe de los textiles (AOT), Hugo Benítez.

La réplica en Chubut

En la Provincia está previsto que el paro pueda afectar a todos los servicios vinculados con el transporte de carga, incluido recolección de residuos, ya que Camioneros adhiere en todo el país. En Comodoro Rivadavia anticipan concentración y movilización en el cruce de las rutas 3 y 26. Petroleros por su parte afirma que adhieren a la medida de fuerza, pero sin afectar la producción. A nivel provincial adhieren ATE (Asociación de Trabajadores del Estado), ATECh (Asociación Trabajadores de la Educación de Chubut), y los empleados judiciales. En cuanto a los servicios, no habrá transporte urbano por la adhesión de la UTA (Unión Tranviarios Automotor), ni atención en bancos, ya que La Bancaria se suma a la medida de fuerza convocada por la CGT. No así el comercio.

La posta del jueves

Por su parte, los sindicatos confederados en la CGT pero ausentes de su conducción reclamarán desde mañana jueves a la entidad madre «la inmediata convocatoria a un Comité Central Confederal (CCC) para diagramar la prosecución del plan de acción». El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, afirmó que en el Gobierno estaban «convencidos de que un paro no resuelve los problemas» y «la gente lamentablemente es rehén de la existencia o no del transporte; eso lo vimos en el paro anterior durante el cual hubo transporte y la gente fue masivamente a trabajar». Ahora, en cambio, «va a haber millones de personas que no van a poder ir a trabajar, y lo que va a reflejar el paro es eso», aseveró. El funcionario remarcó que el Gobierno seguirá «trabajando siempre abierto al diálogo y a conversar para evitar en lo posible que estas medidas sucedan, porque le cuestan muchísimo a la sociedad y van en el camino inverso a una economía que está mostrando sus primeros signos de recuperación». Dicen que esta es la quinta y probablemente última medida de fuerza que deberá aguantar Macri antes del inicio de la campaña, afirman los calmadores de aguas. Pero habrá que ver…

Fuentes: NA, IProfesional, El Día, AF, propias

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