Por Trivia Demir

El ruido concreto que el Gobierno de Mauricio Macri planea sacar la reforma laboral por decreto después de octubre, si consigue ganar las elecciones presidenciales, comenzó a sonar fuerte este mes, pero es uno de los compromisos concretos que se formalizaron con el FMI a principio de año y que se potenció con la sumatoria de Pichetto al oficialisimo. Reforma laboral y apertura de mercados es la receta por excelencia que el liberalismo recita como fórmulas para reducir el gasto.
“Lejos de la tesis del ´gradualismo´ Macri ahora está convencido que tiene que aprobar el paquete de medidas que demanda el FMI apenas logre su reelección”, reveló hace unos días Télam apelando a una ´calificada fuente´ del Gobierno. “Vamos a acelerar el programa de reformas”, dicen que dijo el anónimo. Con esto desde la agencia oficial de gobierno dejaron trascender que al parecer, el oficialismo estaría dispuesto a ir hasta el límite constitucional para sacar por decreto la mayor cantidad de proyectos posibles. Y aparentemente el tema ya se discutió en la primera reunión ministerial en la que participó precisamente el candidato a vice de Macri, Miguel Pichetto.

El anuncio desde Suiza

En línea con el ruido que ya había al respecto, este martes el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, utilizó el atril del plenario de la 108º Conferencia Internacional del Trabajo, que se realiza en Ginebra, Suiza para lanzar la proclama: «Para generar empleo e inversión, la Argentina necesita modernizar su legislación laboral y terminar la reforma tributaria sumando un capítulo especial para los pequeños contribuyentes y los emprendedores». Agregó que «Esa transformación la vamos a hacer a partir del diálogo serio y comprometido», resaltando que «El desafío del futuro es hoy y nos va a ayudar a resolver nuestra deuda con los millones de trabajadores que están en la informalidad. Reconocer la ciudadanía laboral y la modernización del trabajo van de la mano y son soluciones conjuntas para las mujeres, las nuevas generaciones de argentinos y los millones de trabajadores que hoy están en la informalidad».
«La tecnología nos obliga a cambiar, genera problemas y oportunidades al mismo tiempo. Tenemos cinco ‘unicornios’ nacidos en la Argentina: empresas de más de USD 1.000 millones de base tecnológica que crean trabajo y oportunidades», remarcó Sica. En ese sentido, recordó que «la Ley de Economía del Conocimiento (sancionada recientemente) va a permitir crecer en este sector en la próxima década». También destacó que «el siglo XXI será el siglo de las mujeres. Su incorporación masiva al mercado de trabajo lo transformará cuantitativa y cualitativamente, y profundizará la tendencia demográfica de familias más chicas y sociedades más envejecidas», subrayó.

Los gremios reaccionaron

No tardó la respuesta gremial a los dichos del ministro desde el exterior. Los dirigentes de las centrales obreras de Córdoba analizaron el mensaje y coincidieron en que la idea de “modernizar” las leyes laborales argentinas esconde un intento de flexibilización del trabajo.
El secretario general de la CGT regional, José Pihen, afirmó que “modernizar es una idea disfrazada”. “A lo único que apunta es a flexibilizar las condiciones (…) y maximizar las ganancias a costa de la situación de los trabajadores”, rechazo que reiteró. Pihen consideró que ya hubo gremios que avanzaron con sus respectivas cámaras “sin necesidad de la reforma como ley” ni tampoco en los términos que el Gobierno plantea.
Por su parte, el secretario general de la CGT Nacional y Popular Rodríguez Peña, Mauricio Saillén, coincidió que Sica “piensa en la flexibilización” cuando habla de modernizar.
“En vez de flexibilizar, deberían alentar a aquellos que realmente generan empleo, que son las pymes, a las que el gobierno ´no les tira un centro´, cuando son las que generan el 70 por ciento del empleo”. “No es el costo del trabajador el que complejiza el mercado, es la política, definitivamente”, opinó Saillén.

La CGT esta anoticiada

Pese a los pataleos gremiales de momento, desde febrero de este año, cuando la CGT se reunió con la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) ya tuvo claro que se venía la reforma laboral y jubilatoria impulsada por estas horas con más fuerza por el Gobierno, el futuro de los planes sociales, y el programa económico en el marco del acuerdo con la Argentina.
En aquella oportunidad los principales referentes gremiales se reunieron en la sede del gremio de la construcción UOCRA, previo a la reunión del consejo directivo de la central obrera y en simultáneo al acto previsto del líder del sindicalismo opositor, Hugo Moyano, en el estadio de Ferro, en donde hizo sus propios anuncios diferenciales de las protestas que proyectaba.
La misión encabezada por el italiano Roberto Cardarelli y su acompañante Trevor Alleyne, había anticipado que asistiría con el objetivo de «escuchar la visión y perspectivas» de la delegación de la central obrera. Fue la tercera vez que mantuvieron conversaciones- y la CGT pidió definiciones a los técnicos sobre el intento de modificar la legislación laboral y los convenios colectivos, así como la eventual reformulación de los regímenes diferenciales. Cuatro meses después el Gobierno avanza en la misma línea que ya había anticipado, no habiendo surgido debates en profundidad desde el sector gremial.
Al contrario. Se habla ya de un ´canje´ por aumentos, donde el más novedoso intento por implantar una reforma laboral comenzó a desplegarse en las últimas paritarias, que coinciden con algunos de los gremios más opositores al Gobierno. La modalidad, con una sugestiva sincronía, pudo constatarse en las respuestas de los empresarios ante los pedidos de aumentos salariales de los camioneros, los bancarios, los marítimos y los ceramistas, por lo menos.

Modernización y apertura comercial

Sica por su parte, continuará con gestiones, participará de una reunión de ministros de Trabajo del G20 y tendrá un encuentro con la secretaria general de la Confederación Sindical Internacional, Sharon Burrow; el vice secretario de Trabajo de Estados Unidos, Patrick Pizzella, y con la ministra de Trabajo de España, Magdalena Valerio.
Según las versiones firmes que predijeron su discurso, los dos pilares de este paquete de ´reactivación´ con lo que se busca dar un giro a la tendencia coyuntural, serían definitivamente una reforma con aggiorno de modernización de la legislación laboral y la apertura comercial.
Con ambas medidas, el círculo rojo se entusiasma que la economía logre un gran impulso en 2020. No obstante, reconocen que no todo podrá aprobarse vía DNU. El blanqueo laboral, la reducción de las indemnizaciones a cambio de un seguro de desempleo y la modificación del sistema de obras sociales deberá pasar por el Congreso. Y esta será la arena de lucha incansable previa a las elecciones. Todo esto porque el Gobierno se habría comprometido ante el FMI a impulsar estos cambios, además de una nueva reforma previsional en 2019 con una nueva ley del sistema de pensiones. Tarea difícil para un año electoral con mapa político muy definido. Tanto que parecería el antidiscurso de campaña ideal que contrasta hasta groseramente con el ´Evangelio laboral y popular´ que presentó la oposición ante las autoridades electorales en formato plataforma. Habrá que ver…

Fuentes: IP, Exhaustiva, NA.