En Brasil continúa la polémica por las armas

El ministro de la Presidencia del Gobierno brasileño, uno de los hombres fuertes de Jair Bolsonaro, Onyx Lorenzoni, defiende el derecho de los ciudadanos a tener armas, pese a que Brasil registró 64.000 homicidios en 2017, por detrás de Venezuela, pero muy por delante de países como Colombia y México. Además, según un sondeo del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope) publicado el pasado lunes, el 70% de los brasileños están en contra de esa medida.
“El problema de Brasil es el narcotráfico. ¿Tenemos violencia? Sí, pero trabajamos para reducirla. Y ya se está notando una disminución perceptible. Pero las mujeres solas, por ejemplo, o muchas familias que han sido asaltadas o violadas tienen derecho a defenderse. Es parte de los derechos humanos”, aseguró el ministro en una videoconferencia con periodistas celebrada el lunes en la sede del consulado brasileño en Madrid.
Lorenzoni, de 65 años, pertenece al ala dura del Gobierno. Conocido por su radicalismo desde que llegó a Planalto, este veterano diputado de los Demócratas (DEM, antes PFL), elogió, por ejemplo, las medidas económicas de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile. Sobre la controvertida reforma de las pensiones, piedra angular de la economía de Brasil, el ministro asegura que con ella se ahorrarán hasta 260.000 millones de dólares en 10 años. La reforma ha salvado los primeros trámites parlamentarios, pero está pendiente de una ardua negociación en el Congreso. “No solo es importante para nuestro Gobierno, también es fundamental para el país”, afirma. Muchos analistas culpan al sistema de pensiones de la difícil situación económica que atraviesa Brasil, cuya reforma han intentado antes sin éxito otros Gobiernos. Los brasileños están entre los jubilados más jóvenes del mundo (en gran parte al principio de la cincuentena) y gozan de numerosos beneficios, sobre todo si son funcionarios.

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