Nahir Galarza denunció que fue abusada en la cárcel

«Una compañera me contó que cuando me bañaba, esta chica se subía a una silla para espiarme y verme desnuda, porque el baño no tenía techo. Y que a veces me miraba por una mirilla. Una vez me manoseó», denunció Nahir Galarza. También dijo que en la cárcel de Mujeres de Paraná le desapareció ropa interior. El 14 de marzo, Galarza acusó a una compañera de abuso sexual.
La ronda de testimonios comenzó el 5 de ese mes con la declaración de otras compañeras de cárcel de Nahir: no todas apoyan su denuncia. La acusada es Ludmila Soto, quien hasta el año pasado era una de las mejores amigas de Nahir en prisión. De hecho cuando Infobae la visitó a Nahir en prisión para entrevistarla en exclusiva, solían hablar y convidarse facturas. Pero la relación cambió. Por un tipo llegó a pesar sobre Soto una restricción para acercarse a Nahir. Luego, la cambiaron de pabellón.
Cuando fue señalada por su ex amiga, Soto contraatacó: mandó una carta a las autoridades de la cárcel. «¿Qué abusé de ella? Es mentira. Lo dice para defenderse de lo que yo sé: Nahir tenía un plan con su padre para fugarse porque no piensa estar 35 años acá y además dijo que si la seguía molestando iba a ahorcar con una toalla a una de mis compañeras, Griselda (Bordeira)».
Soto dijo hace tres meses que se turnaban para dormir por temor a ser asesinadas por Nahir. Y que la joven «tenía estudiadas distintas maneras de matar» y se les aparecía «de noche, como si fuese un fantasma, al pie de la cama».
El fiscal Pablo Zoff tomó declaraciones y hay testimonios contrapuestos. Algunas dicen que Nahir miente. Y otras que dice la verdad: que la acusada le tocó la cola.

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