EL PRÓXIMO GOBIERNO DE CHUBUT ATADO AL DESTINO NACIONAL, GANE QUIEN GANE. EL ABISMO ECONÓMICO POR EL QUE SE PELEA LA POLÍTICA DOMÉSTICA Y LA PESADA HERENCIA UNITARIA. ¿QUÉ ECONOMÍA RECIBIRÁ EL PRÓXIMO PRESIDENTE?

Atajáte la que viene

Por Trivia Demir

Las pujas del poder en Chubut post elecciones se ven tan pero tan descolgadas a la luz del panorama general que es -como decía Platón- como creer que la sobra que proyecta el fuego, es la realidad.
En nuestra cueva territorial, el incansable deporte de disputar espacios debería ir por lo menos acompañado por una visión de para que título y en que liga se competirá. Tal como están las cosas, lo más importante sería pensar porqué cosa se está peleando y ¿cuál será “la herencia” que deberá enfrentar el gobernador reelecto o la oposición que quiere cortarle el paso? Por supuesto también para saber que planes de contención tienen.

El mapa escondido

A grandes rasgos, la caída real de los ingresos y el aumento de las necesidades del Estado, con aumentos importantísimos previo a la campaña, generan mayor déficit, que se está financiando con endeudamiento disponible. Según el presupuesto publicado por el Ministerio de Economía, 2018 finalizó con superávit fiscal pero ya en febrero de 2019, se generó otra vez déficit fiscal que acumulado solamente a marzo alcanzó los 544 millones de pesos. Además analistas señalan que de este déficit hay deuda deudas financieras y de proveedores (en Bonos o Fideicomisos en manos de acreedores privados; por convenios con Nación por Fondo Fiduciario desde 2017 a esta parte, y la deuda con proveedores que se intenta documentar y cancelar con los TICADEP). Parte de todo esto garantizado por regalías hidrocarburíferas canceladas por fideicomisos de Garantía que retienen mensualmente el monto a pagar. Pero estas regalías dependen también del valor proyectado del dólar y mucho más, de la producción. Algo que no maneja la provincia.
Lo demás depende de la recaudación impositiva que está íntimamente atada a los problemones de bolsillo que tienen la gente a partir de la economía nacional, y el resto, al vínculo con el poder central y la posible asistencia, que depende de las elecciones de octubre. O sea, una incertidumbre absoluta que no dependen de la ´genialidad´ de tal o cual conductor circunstancial.

Lo que hereda el próximo presidente

Así las cosas, la reflexión viene atada indefectiblemente al escenario nacional. Dice Marcela delll´Oca desde Lapoliticaonline que “La incertidumbre política es determinante a la hora de predecir cómo terminarán el año algunas de las principales variables macroeconómicas. Sin embargo, eso no impide delinear el trazo grueso que recibirá el próximo Gobierno.
De acuerdo a estimaciones de la OCDE, en diciembre de 2015 el déficit fiscal primario era del 3,8% del PBI, lo que sumado a 1,3% del PBI de pago de intereses, daba un balance fiscal total deficitario del 5,1%. Para diciembre de 2018, este déficit total se había elevado al 5,2% producto de una reducción del déficit primario al 2,4% del PBI y de un encarecimiento del servicio de deuda a 2,8% del PBI. Y para 2019 el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), estimó que Dujovne logrará llevar el déficit primario al 0,55% del PBI, pero no al «déficit cero».
Ligeramente peores son las proyecciones de la consultora Economía y Regiones (E&R), que estiman que el resultado primario será deficitario por 1 punto del PBI y el servicio de deuda costará otro 3,2% (4,2% del PBI de déficit financiero) lo que deja al país en la obligación de hacer un fuerte ajuste el año que viene para no caer en un nuevo ciclo de caída de la actividad”.

En picada

De acuerdo a los datos del Indec, en diciembre de 2015 la deuda externa pública era de 87.700 millones de dólares. Y en marzo de este año llegaba a 169.750 millones de dólares, es decir un 93,6% más, esto sin contar la deuda del Banco Central.
«Para que la deuda sea solvente necesitamos un superávit primario de 3,5% PBI. Es decir, con un déficit primario de -1% del PBI, el próximo gobierno recibiría una coyuntura fiscal que necesitaría de un ajuste de 4,5 puntos para que nuestra deuda sea sustentable en términos financieros», se lee en el informe semanal de E&R. De lo contrario, el país iría directo a un default. Sin capacidad de refinanciarse, para E&R la economía seguirá ahogada por la presión fiscal y sin capacidad de crecimiento.
En este sentido, el economista y director de la consultora Epyca, Martín Kalos, coincidió en que: «La principal herencia en términos económicos y de capacidad futura de crecimiento que le deja la administración Macri al próximo gobierno es una economía efectivamente muy restringida para crecer» y sin margen para tomar más deuda. Sin shock de inversión extranjera directa y sin incentivos a la inversión porque la recesión es tan profunda que en lo inmediato sobra la capacidad instalada para volver a incrementar la producción sin necesidad de invertir nuevamente». Un dato que arrastrará más inflación y más desempleo, que según la OCDE, superaría el 12% en 2020.
Y como para rematar el balde de desesperanza, Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma advierte: «Si mirás los últimos cuatro años de Cristina y los cuatro años de Macri, los dos tienen resultados macroeconómicos muy malos. Cristina con un contexto externo más favorable, pero los dos ofrecen resultados muy malos: alta inflación, inestabilidad real, una economía que no crece en términos per cápita e incluso cae, deterioro en indicadores sociales. O sea, más de lo mismo excepto que tengan nuevas recetas en la manga.

Ningún auxilio

Otro de los temas que impactará de lleno en las provincias después de las elecciones, y que ya se comenzó a sentir incluso en lo que va de 2019 y se incrementará a diciembre, es que el Gobierno nacional impulsa un drástico recorte, a pedido del Fondo Monetario Internacional, por el cuál las provincias serán seriamente afectadas por la disminución drástica de recursos.
De acuerdo a un estudio de la Fundación Mediterránea, las transferencias discrecionales a los estados provinciales caerán un 74 % hasta 2020. Así las cosas, el grupo de provincias con mayor dependencia de transferencias discrecionales que, a su vez, enfrenta mayores complicaciones financieras, vinculadas al Pacto Fiscal firmado, se la verán en figurillas.
El informe de la Fundación Mediterránea analiza, además, la relación entre las trasferencias y el desempeño de las finanzas en cada provincia, cuyo indicador es, en este caso, el resultado financiero. “Mientras mayor resulte el déficit financiero de partida, y mayor la participación de las transferencias discrecionales en los ingresos de las provincias, mayor será la vulnerabilidad de las provincias en el nuevo contexto”, explica el trabajo. Bueno, este es el pesado marco para la foto que se quiere sacar quien asumirá en Chubut –por la puerta o la ventana- en diciembre próximo. A tenerlo en cuenta…

Fuentes: AF, LPO, NA, FM, propias

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