SASTRE VA POR EL PJ Y ELICECHE Y MEZA EVANS LE SALEN AL CRUCE. LOS ´EMISARIOS´ BUSCAN NEGOCIAR ´PARA NO PERDER EL MANEJO PARTIDARIO DE LA ´MESA CHICA DE CONDUCCIÓN´. LA PUJA POR EL SELLO MARCARÁ LA CONSTRUCCIÓN DE PODER DE LOS QUE ASPIRAN YA A GOBERNAR EN 2023

El viajero del futuro peronismo

Por Trivia Demir

Es propio de los derrotados, eso de levantarse y volver al ring, aunque falten cuatro años. Las recurrentes patinadas electorales del PJ Chubut desde mucho tiempo y con la coronación de la última derrota, dio paso a la habitual espantada de propios y extraños, y en ese caos flotó uno de los dirigentes que ha sabido crecer solito desde el llano y que nada en el caos como el mejor de los atletas olímpicos. A la par de los intentos ´reconstructores´ de los derrotados, Ricardo Sastre apareció caminando los lamentos y recogiendo heridos. El madrynense es uno de esos políticos hechos en el barro de la militancia, pero además ha demostrado tener una estrella propia para alcanzar espacios impensados. Alguien alguna vez comparó su ímpetu y su suerte electoral con el ´animal político´ que llevaba adentro el finado Mario Das Neves, y aunque las comparaciones suelen ser odiosas, puede haber algo de semejanza en el modo de encarar imposibles. Luego de mantener la intendencia de Puerto Madryn ocho años y ahora ser elegido vicegobernador, con la banca de su mellizo además en la intendencia del Golfo otros cuatro años por lo menos, es de suponer sin lugar a dudas que ‘la hermandad´ va por todo, incluso la construcción de poder partidario. Algo que no es un antojo de momento ni mucho menos. Es que los Sastre durante años debieron deambular por los bordes, primero optando por construir desde fuera del PJ con el dasnevismo, pero incluso allí debieron entrar por la ventana del PROVECH, una fuerza ´mentirosa´ que creó don Mario para partir la Legislatura y tener mayoría. Desde entonces a esta parte, los mellizos siempre debieron supervivir políticamente de lo suyo. Distanciados del dasnevismo e incluso del peronismo de mesa chica, la alianza de Chubut al Frente les permitió un sello para hacer valer la estrella electoral y el vínculo con la calle, que es desde donde construyen sus postulaciones político-deportivas. Y ahora, ya están listos para redoblar la apuesta en 2023.
Quienes más claro lo tienen evidentemente son los derrotados peronistas ortodoxos, de olfato fino para detectar poder, tanto como para disputarlo tempranamente. Por eso no es para nada raro que ya comiencen los diálogos e incluso las aparentes negociaciones presuntamente bochornosas, pero para nada inocentes.

“Basta de perdedores”

Es por todo esto que Ricardo Sastre anunció hace varios días que irá por la presidencia del Partido Justicialista y por su reordenamiento. Sin anestesia, como hace siempre, el cacareo sonó a aviso sin permiso, desafiando a los ´capangas´ del sello; y cayó como alcohol sobre las heridas de quienes aún tratan de procesar el mal trago electoral de hace menos de un mes. Fuentes sindicales afirman que Sastre lo tenía decidido desde antes del triunfo en las elecciones, y que el escándalo de militantes por la puja de egos al cierre de listas, aceleró el anuncio.
Desde el PJ, saben que Ricardo Sastre tiene con que: viene de un triunfo contundente en una fórmula donde Mariano Arcioni no podrá repetir, por lo que está claro que si hace las cosas bien, sale fortalecido de la gestión y construye desde un sello, puede ser el próximo gobernador en 2023. Además fue labrando muy buenos vínculos con varios sectores del peronismo y del gremialismo, mantiene negocios compartidos con los ´asesores´ dilectos del establishment y siente una vocación de poder que hoy falta en el resto de la dirigencia.
A la par entiende la catarsis de la muchachada que habla en las tertulias de carnes y uvas añejas que está cansada de la ´mesa chica´ tanto como de las sucesivas derrotas que los dejan caminando en el llano, y que no está para nada conforme con la presidencia de Ricardo Muttio, títere casi absoluto de la ´Mesa (chica) de Conducción´. Dicen los voceros de los mellizos que “están seguros que son muchos los dirigentes y militantes que se hartaron de este descontrol en el PJ y que ya es hora de empezar la renovación, de la mano de la conducción nacional del sanjuanino José Luis Gioja”.
En el peronismo chubutense, la falta de liderazgo y de peso político propio atomizó la pertenencia a tal punto que conviven bajo el sello, numerosos egos sectoriales mayormente con aspiraciones a cargos de los mismos de siempre. Tanto que en las PASO legislativas 2017 llegaron a competir siete candidatos diferentes, y lo peor es que quedaron terceros cómodos. Si esto no fue un mensaje a esa dirigencia, es porque no quieren escuchar a la calle.

Y llegaron los ´negociadores´

Ayer, trascendió que rápido de reflejos, Carlos “Ganso” Eliceche y Blas Meza Evans fueron como ´emisarios´ a ver a Ricardo Sastre para tratar de ´amansar la fiera´. Para aquellos que tengan algunos años observando la política provincial, no hay que explicarles que cuando ´fresco y batata´ mueven juntos es porque ven que ya no garpan como postre. Aparentemente la misión es ´venderle´ a Ricardo el apoyo de un amplio sector perdedor a cambio de puestos en el Ejecutivo futuro. Pero por supuesto el tono no es de negociación tan lineal, ni mucho menos pacífica. En el medio habría amenazas de no votarle nada absolutamente nada con la actual legislatura a Mariano Arcioni. Ni la renegociación de deuda, ni la reforma ministerial, ni las herramientas necesarias para sostener la gestión hasta diciembre. La opción con la que tratarían de tentar al mellizo es empiojarle la gobernabilidad y que cuando reasuman en diciembre la gente ya se haya arrepentido de haberlos votado, o labrar una alianza y que sea Sastre ya mismo el ´negociador´ legislativo que le aliviane las cosas a su compañero de fórmula y actual gobernador, a tal punto de entrar a un gobierno mucho más empoderado. Por supuesto a cambio deberá ´colonizarle´ el gabinete que viene a Mariano Arcioni. Algo que ya estaría generando resquemores internos en la fórmula ganadora. Está claro que Eliceche ingresa como diputado provincial, y que Meza Evans pensaba recalar en el partido, adonde seguir vertiendo su amplia y profuso experiencia ´rosquera´. También está claro que muchos de los actuales diputados quedarán como asesores de bloque, manteniendo sueldos superiores a los noventa mil pesos, más allá que pasen de ocupar una honorable banca a hacer turno en la fotocopiadora de vez en cuando. “Lo importante es estar adentro”, confesó un experimentado sobreviviente político que hace más de 30 años vive del Estado.

La historia marca coordenadas

Así las cosas, la puja por el sello peronista será una pulseada compleja. De un lado los históricos derrotados y del otro un ganador que tendrá en breve varios frentes de disputas abiertos. Un camino que el peronismo viene repitiendo pero nunca con un escenario tan diferente desde que se produjo el gran quiebre de liderazgos en los últimos meses de 2016. Ese años se dio un punto de inflexión que generó una debacle que dura hasta la actualidad: el PJ debía convocar a elecciones internas para renovar sus autoridades, ya que luego de un período de transición en el que Rafael Williams quiso ordenar las cuentas, había llegado la oportunidad de una contienda para que los afiliados definieran en las urnas quién mandaba. Por un lado, los dirigentes que ya venían trabajando, como Linares (el de mayor capital político por conducir Comodoro Rivadavia), Yauhar, Eliceche y Meza Evans, entre otros. En la vereda de enfrente, la nueva línea que buscaba la renovación: Héctor González, Jorge Aidar Bestene, Adrián Maderna y ´Cone´ Díaz. Pero la interna nunca se dio, primero porque la junta electoral hizo lo imposible por evitar la presentación de la lista opositora, la Celeste y Blanca; y luego porque todo terminó en una batalla legal, en la que el oficialismo logró el aval de la justicia federal. Error gravísimo, casi fatal, porque la conducción no fue elegida por los peronistas, sino por los tribunales. Esto generó un éxodo de dirigentes a otros partidos, y los que se quedaron, pretendieron digitar a dedo lo que hacía la Mesa Ejecutiva. En vez de asumir las riendas del PJ quien tenía el consenso de su lado, que era entonces el intendente comodorense Carlos Linares, terminó poniendo a dedo al nuevo presidente, que fue Ricardo Muttio. Falto de legitmidad, sin apoyo de las bases, desconocido para la mayoría del pueblo peronista. En vez de conducir, el nuevo presidente terminó peleando con buena parte de la dirigencia que lo cuestionaba. Y sobrevino un resultado que era a todas luces lógico. Ese pase de facturas por la interna suspendida en 2016, fue el papelón electoral del PJ en las elecciones legislativas de 2017, tercera derrota al hilo del peronismo en las urnas. Lo demás es muy fresquito y no hace falta reiterarlo. Y lo importante de toda esa historia es que fue la última elección con vida de Mario Das Neves, algo que atemperó incluso la derrota para ´consuelo de zonzos´ por el peso electoral del finado. Pero en esta última contienda, esa conducción del PJ perdió contra un Frente atado a un vicegobernador sin trayectoria ni gran historia política y básicamente a dos intendentes que debieron remar la coyuntura con enormes limitaciones y desbancados por la estructura progresista de pertenencia.

Ni los de arriba los ´bancan´

Dicen los observadores finos del sur que “si había una oportunidad para que el PJ chubutense pueda redimirse rápidamente, era la elección nacional, que lleva una fórmula presidencial con Cristina Fernández, ya que el kirchnerismo siempre fue respaldado en las urnas desde 2007 en nuestra provincia. Pero el error estratégico, una vez más, fue tratar de cerrar acuerdos locales sin el aval desde arriba, y contra la opinión de la líder del proyecto. Y así el peronismo local volvió a equivocarse y protagonizó un cierre escandaloso.
Alberto Fernández y su compañera de fórmula, Cristina Kirchner, sumaron a Sergio Massa a su espacio, y tienen una mirada muy favorable a la figura de Mariano Arcioni. Por más que esto caiga como una patada al hígado a los dirigentes chubutenses del PJ, es así y no hay vuelta que darle”. Dicen además que el guiño más claro que desde arriba avalan otra construcción peronista en Chubut, es que el apoderado del Frente de Todos, Jorge Landau, autorizó que la boleta de Chubut al Frente pueda ir adherida, a pesar de que esto después no sea autorizado por la justicia electoral. Todo esto no fue para nada una casualidad. Tanto Arcioni como Sastre saben que Chubut al Frente como alianza electoral fue apenas un paso que se labró básicamente en un ChuSoTo ´alquilado´ cuyo poder real se fue con Das Neves. Ahora deberán construir sus propios caminos de poder, y también necesitarán un sello consolidado, de esos que ya casi no existen. Por eso disputará espacio adentro del peronismo de la mano de aquellos heridos de la interna nunca resulta. Por lo que todo indica que se viene una puja partidaria que precederá las elecciones nacionales y probablemente se proyecte varios años en territorio. Y si los ´popes´ de la mesa chica del PJ provincial piensan ´infiltrar´ a los temperamentales mellizos Sastre, hay quienes piensan que no saben en que se están metiendo. Cómo decía Ken Kesey, ojo, porque «Alguien voló sobre el nido del cuco». Habrá que ver…

Fuentes: NA, LTP, ADNS, propias

ÚLTIMAS NOTICIAS