CREER O REVENTAR

Júpiter y Saturno, dominan el cielo nocturno

Ahora que Mercurio, Venus y Marte han dejado de ser visibles, Júpiter y Saturno toman el dominio del cielo nocturno. Su protagonismo se extenderá durante la mayor parte del verano europeo.
Cuanto más alejados del Sol, más tiempo tardan los planetas en dar una vuelta completa alrededor del astro rey. Saturno, el planeta más lejano de los que son visibles con el ojo desnudo, necesita 30 años terrestres para completar su órbita, mientras que Júpiter lo hace en 10 años y Marte tan sólo en 2. Este movimiento de traslación se traduce en un movimiento aparente desde el oeste hacia el este a lo largo de la eclíptica, la línea imaginaria que pasa por las constelaciones del zodíaco.
En el caso de Saturno, el planeta estuvo en oposición el pasado 9 de julio, por lo que los días siguientes fueron particularmente buenos para observarlo por parte de aficionados y especialistas, mientras que en estos momentos se halla lo más cerca posible de nuestro planeta; aún así, su distancia es vertiginosa, alcanzando los 1.351 millones de kilómetros.

Bóveda celeste

Como la Tierra se mueve más aprisa que los planetas exteriores, resulta que cada cierto tiempo los ‘adelanta’ en su movimiento de traslación en torno al Sol. En esos momentos, cuando los adelanta, esos planetas parecen pararse en la bóveda celeste y comenzar a recular, invirtiendo el sentido de su movimiento aparente para comenzar a moverse ‘hacia atrás’. El lo que los astrónomos llamamos movimiento ‘retrógrado’. Esta forma de moverse trajo de cabeza durante siglos a los astrónomos geocéntricos que tuvieron que acudir a un complicado sistema con deferentes y epiciclos para conseguir una descripción del sistema solar. Como vemos, la teoría heliocéntrica explica estos movimientos aparentes de manera muy sencilla.

Alineados

El momento en el que la Tierra adelanta a un planeta exterior, ese planeta, la Tierra y el Sol están bien alineados, con la Tierra en la posición intermedia. Se dice que ese planeta se encuentra en ‘oposición’, pues lo vemos en la dirección opuesta al Sol y con una iluminación muy favorable para su observación.

El señor de los anillos

Saturno estuvo en oposición el 9 de julio, por lo que los días siguientes fueron particularmente buenos para observarlo por parte de aficionados y especialistas. Ahora se halla lo más cerca posible de nuestro planeta pero, aún así, su distancia es vertiginosa, pues alcanza los 1.351 millones de kilómetros. Se levanta sobre el horizonte a eso de las 21h30m (hora peninsular) para permanecer visible toda la noche en la constelación de Sagitario. A pesar de las condiciones favorables, Saturno aparece ahora con un brillo similar al de las estrellas más brillantes de Sagitario y para observar bien sus anillos y los detalles de su superficie hace falta un telescopio de al menos 50 aumentos.

Júpiter, el más brillante

A la derecha de Saturno, siguiendo la línea del zodíaco, podemos observar Júpiter, mucho más brillante que el primero. De hecho, tras la Luna, este planeta es ahora el astro más brillante del cielo nocturno. Júpiter pasó por su oposición el 10 de junio y se encuentra ahora a una distancia de 657 millones de kilómetros (aproximadamente la mitad que la de Saturno). Con unos buenos prismáticos o un pequeño telescopio será posible observar sus características bandas nubosas, su gran mancha roja y sus cuatro mayores satélites: Io, Europa, Ganímedes y Calisto, que fueron descubiertos por Galileo en 1610.

Luna iluminada

Si nos mantenemos atentos a los continuos movimientos que tienen lugar en la bóveda celeste, veremos que la Luna va aproximándose día tras día hacia Júpiter. Ambos astros estuvieron particularmente próximos el pasado 13 de julio, formando así una bonita estampa.
Ese día la Luna, creciente y gibosa, estuvo ya muy iluminada pues el plenilunio tendrá lugar el día 16, momento en el que se producirá un bello eclipse parcial de Luna que será visible desde varios países europeos, entre ellos España.

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