COMODORO RIVADAVIA – Dos compañeros de trabajo fueron hasta la casa de «B. V.», de 54 años, en la calle La Habana 588 del barrio Laprida, ya que les había llamado la atención que no se hubiera presentado a trabajar durante la semana en el taller metalúrgico en el que se desempeñaba. Luego de golpear, entrevieron por la ventana de la cocina que el hombre yacía en el suelo. Como la casa posee rejas en todas sus ventanas, llamaron a un hijastro del hombre y forzaron la puerta de acceso principal, que era la única manera de ingresar. Al percibir que el hombre no daba señales de vida, se llamó a la Policía y tras una cuidadosa revisión, personal médico y de Criminalística detectó que tenía dos impactos de bala, uno de ellos en su pectoral derecho. No había manchas de sangre en el suelo y a primera vista no faltaba ningún valor de la vivienda. Al jefe de la Unidad Regional, Ricardo Cerda, le llamó la atención el hecho mientras diagramaba los ejes de la investigación. Es que había una notebook y dos celulares sobre la mesa que bien pudo haberse llevado alguien que lo hubiese matado con fines de robo. Tampoco había rastros de que se hubiera producido en el lugar alguna pelea; es decir que Valverde murió sin preaviso. Su instinto de supervivencia no se activó antes de recibir los impactos mortales. Por ello la hipótesis del crimen pasional es la más firme hasta el momento. Todo indica que el/la asesino/a era una persona de su máxima confianza.