ARCIONI PROMUEVE DIÁLOGOS PARA ATRAVESAR LA COYUNTURA. LA TRANSICIÓN DE UNA GESTIÓN A OTRA REQUIERE DE UN CAMINO POLÍTICO CLARO PARA LOS ALIADOS Y LOS OPOSITORES. LA PULSEADA CON EL LEGISLATIVO SERÁ EL PRINCIPAL ESCOLLO. HOY SE REÚNE CON EL BLOQUE DE CHUSOTO PARA REAGRUPAR INICIATIVAS

Recogiendo piola

Por Trivia Demir

En medio de una de las manifestaciones más importantes que ha tenido que enfrentar en su gestión y con fisuras de caja de real envergadura, el gobernador Mariano Arcioni enfrentó ayer dos reuniones políticas esenciales, pero lejos de haberlas hecho en el marco de la merecida “luna de miel” post reelección, fue en el marco de un verdadero desparramo de alcoba de desentendimientos profundos y divorcios anticipados que se dieron hasta ahora. Al retomar el diálogo personalísimo, hubo lecturas de un replanteo de la táctica que lo ha venido distanciando de manera acelerada con sus aliados políticos. Para quienes acompañaron a Arcioni en la reelección es evidente que se debe atravesar la transición de los meses que faltan para asumir en diciembre con el mayor ordenamiento posible. Es precisamente el período de ´prueba y error´ donde se puede dar el lujo de ensayar cambios y tantear estrategias, sentar a la oposición para negociar con la fortaleza de su triunfo, pero tendiendo un puente por donde se pueda transitar la complejísima coyuntura que le toca cerrar. Y todo esto requiere menos autosuficiencia y más apertura, lo que de modo alguno en política signifique debilidad.

Los intendentes, dudosos

Por un lado retendió lazos con los intendentes, con los que poco y nada venía interactuando de manera orgánica, y buscó mostrar una foto de unidad presuntamente necesaria para aguantar los fuertes cuestionamientos que enfrenta por los incumplimientos financieros y la falta de gestión de un gabinete adormilado y debilitado en un invierno inmediato a una reelección que debería haberse convertido en verano, en términos de ratificación de poder. Más allá de la concurrencia, los alcaldes se prestaron a la catarsis pero no sin mascullar sus dudas y descontentos en voz baja. Para la mayoría, Arcioni está arrastrando a los espacios territoriales a un desorden y descontento que ellos mismo han venido aguantando a costa de cercanía con la gente y muñeca política, algo que le achacan sin disimulo al primer mandatario, que estrena su propia manera de conducir, bien lejos de la militancia.
En esa reunión, hubo un evidente mensaje político encriptado, y fue la concurrencia de casi todos los intendentes, menos de Adrián Maderna y Carlos Linares. Las dos ciudades más grandes de la provincia que están sobrellevando pesadamente la crisis. Sí estuvo presente su próximo vicegobernador, el intendente de Madryn, Ricardo Sastre, pese a ser uno de los más críticos con el modo de conducción confinada que elige Arcioni.
Los intendentes, más allá de la voluntad de diálogo, saben que si no se genera una gestión propositiva y cumple respecto a la contención del transporte y el recorte de subsidios, las deudas de las cooperativas y la reactivación mínima de obras, poco y nada sirven las selfies. Y para eso, el gobierno provincial con el gobernador a la cabeza tiene que realizar gestiones en Nación, algo que insisten, ´brilla por su ausencia´. Según un referente de una de las localidades del sur que aceptó un off de récord: “Creíamos que Arcioni aprovecharía su triunfo anticipado para mostrar fortaleza en Nación previo a las PASO y gestionar obras y cosas trabadas. Sin embargo nada de eso sucedió. Era momento de no tomar partido por ninguna de las fuerzas polarizadas y hacer gala del triunfo del provincialismo. Sin embargo todos coinciden que la embarró con la foto con Alberto Fernández, innecesariamente”, concluyó en una síntesis con la que coinciden otros funcionarios. La mayoría de los intendentes sabe que deberán afrontar en agosto gastos corrientes abultados, en general por los aumentos salariales otorgados previo a las elecciones de junio, e incluso retroactivos aún impagos, con un escenario de imprevisión de recursos por parte del poder central que jamás imaginaron, más allá de las dificultades financieras que se conocían.

Los sindicatos, ásperos

Por otra parte, la reunión que presidió esta vez Mariano Arcioni con la mesa sindical, fue interpretado por la mayoría como un gesto incipiente de tomar el ´toro por las astas´ en las negociaciones. Es que los referentes gremiales ya comenzaban a descreer de las promesas trasmitidas por los ministros intermediarios que después no se condicen con la práctica. Ayer mismo, más allá de la intencionalidad de defender a los agentes públicos y tratar de evitar achiques que confirmó explícitamente Arcioni, en la práctica, lo que enumeraban es que siendo día 23, aún no cobraron ni los empleados judiciales ni los legislativos e incluso la masa de jubilados de la Casa de las Leyes, previéndose un faltante que roza los $500 millones para hacer frente al pago de sueldos. A esto los referentes de ATE aducían entre otras cosas, que hay un sector que no cobró el aumento; mientras que ATECH teme que tampoco se cumpla con la cláusula gatillo con el salario de julio. “Escuchamos las explicaciones de desfinanciamiento donde principalmente se responsabiliza a Nación, pero dudamos que se trate de todo el problema administrativo”, estampó sin anestesia uno de los convidados a la mesa de “unidad”. Para el sector más diestro en este tipo de negociaciones “era lógico que Arcioni prefiriera no aparecer porque no tiene mucho para comprometer con certeza, aunque era necesario”. Hoy se sabe que entre las urgencias del gobierno para afrontar los $3.400 millones en sueldos que ya tiene en puerta en una semana más, debe lograr un adelanto de coparticipación que ronde los $700 millones y debe emitir bonos. Además de reprogramar vencimientos. Todas movidas que requieren un grado de unidad y fortaleza importantísima para prever la transición hasta fin de año, y en esto, la paz social dependerá fuertemente del rol sindical.

Un ´mimo´ al legislativo

Uno de los temas que parece ir digiriendo a su tiempo Arcioni, es el hecho que este gobierno que le tocó representar tras la muerte de Mario Das Neves, surgió con una Cámara de Diputados adversa, y que precisamente por eso el mandatario fallecido no sólo tuvo que apelar a impensadas concesiones con el bloque de diputados opositor, sino que debió confiar y apoyarse fuertemente en su propio bloque para poder romper la hegemonía adversaria. El surgimiento de mono y bibloques y el permanente replanteo de alianzas, fueron los primeros años de esta gestión, moneda corriente como sistema de adaptación necesario a los posicionamientos extremos. Todo eso tuvo eje en un bloque propio altamente combativo, unido, dialoguista y aceitadísimo en términos de facilitar acuerdos. Un escenario que sumaba además la contemplación del estado de salud del trigobernador por parte de algunos diputados con algo de sensibilidad política, que hay que decirlo, contribuyeron a resolver algunas situaciones complejas. Sin embargo, todo esto dejó de con la asunción formal de Arcioni, el cambio de interlocutores legislativos y la reiterpretación de roles. Es probable para algunos que Arcioni reflejara en el endurecimiento de relaciones entre Ejecutivo y Legislativo, su propia experiencia presidiendo la Cámara con una percepción descarnada del extremo orejeo político, lo que se tradujo en intransigencia definitiva. Algo que seguiría manteniendo y que para los entendidos es un déficit propio de alguien que no viene de la política y que paulatinamente va teniendo que digerir y encuadrar en el marco del equilibrio de poderes e ideas que requiere la gobernanza.

Y volvió el ´Capitán Peruzzotti´

Esta semana, y después de meses, el jefe de bloque de Chubut Somos Todos, Jerónimo García volvió a Fontana 50 respondiendo a una solicitud de reunión de Mariano Arcioni. En un instante resonó en la memoria colectiva la primera medida del gobernador, que fue destituir al último ministro Coordinador que había ungido casi como su “dos” el propio Das Neves; y no sólo eso, sino que políticamente siguió desplazándolo hasta ponerlo en posición de reemplazo a manos del comdorense Roddy Ingram. Dicen que este llamado mostró un antes y un después en la actitud del gobernador, porque demostró estar revisando roles y conveniencias. Si bien el diálogo no se oficializó, se especula que el gobernador le habría confesado a García la soledad de la transición que está sufriendo, y la necesidad de reestablecer el diálogo legislativo, propio y con la oposición. En ese marco se produciría hoy la reunión prevista entre Arcioni y el bloque de ChuSoTo, en la previa a la sesión del jueves donde afirman que estarían las manos para impulsar una interpelación al ministro de Economía por los descalabros económicos y financieros que heredó Arcioni, pero que ahora representa, y que podrían arrastrarlo incluso a un juicio político o una grave acusación institucional que complique su asunción en diciembre próximo. Precisamente si alguien anticipó gran parte de lo que el Ejecutivo ahora está viviendo, fue Jerónimo García, cuando antes de las elecciones generales de junio predijo en declaraciones radiales que “el gobernador que gane en Chubut no tendrá un gobierno con poder”, remitiéndose al escenario repetitivo que ya se había simulado en las PASO, apuntando a los compartimentados guarismos y la bifurcada dirigencia que ambos sectores predominantes representaban. Cómo sea, este reencamino de diálogos ya es un paso. Porque como dijo Isaac Newton, “La unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la Ley suprema del Universo”. Habrá que ver…

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