En agosto de 1919, nacía la leyenda del Zorro, cuyo personaje unía dos culturas. Su primer formato gráfico a partir de una revista que se publicaba en USA por el autor Johnston Mc Culley, en su historieta “La maldición de Capistrano” cuyo protagonista era el mismísimo Diego De la Vega, hijo de hidalgos españoles.

Con el correr del tiempo, fue The Walt Disney Company, quien diera origen al formato que hoy conocemos, a partir del actor protagonista Guy Williams (1924 -1984), un enamorado de nuestra Argentina, nuestra cultura, la región de Cuyo y sus vinos. Entendiendo también que su público aquí lo adoraba y así fue que eligió vivir sus últimos años en nuestro país.

La serie, tal como hoy la conocemos, fue grabada en 83 capítulos de tres temporadas.

Situada en los años 1820, en Los Ángeles, cuando aún formaba parte de la California española, que reflejaba un pueblo oprimido por sus gobernantes y en la que despierta la rebeldía de Diego de La Vega, hijo de Don Alejandro, un rico hacendado que desconoce por largo tiempo las virtudes de Diego, que regresa de su carrera educativa de España para instalarse en su tierra, decidido a combatir la injusticia y el mal de su pueblo natal.

Así fue que, a partir de su talento con el sable y su virtuosa manera de cabalgar, junto al inseparable Bernardo, su fiel sirviente y amigo sordo mudo, con quien deciden cuidar la identidad de Diego, dando nacimiento al famoso espadachín, con su capa, sombrero y el antifaz del infalible Zorro para proteger a su pueblo.

Probablemente hoy sería un hit entre las series de Netflix, pero aquellos que amamos la historia, lamentablemente debimos conformarnos con la repetición de cada uno de sus capítulos, generando una mezcla de sentimientos encontrados, entre la nostalgia y el deseo de que nunca acabe. Zorro, Zorro, ¡Zorro!

Fuente: serargentino