Con la profundización de la crisis económica en los sectores más vulnerables de la sociedad, la ciudad de Puerto Madryn no ha constituido una excepción al registrar un incremento constante de la asistencia de menores y familias a comedores.
Muchos de ellos surgieron como merenderos y debieron reconvertir su estructura y logística para responder a la necesidad alimentaria de cientos de familias de diferentes barrios que, por distintas situaciones, no llegan a cumplimentara los requerimientos nutricionales básicos.
Uno de los merenderos que hoy día funciona como comedor es “Caminando Libres”, ubicado en el barrio Alta Tensión, que días atrás realizó actividades de manera anticipada por el Día del Niño, y desde el cual advirtieron una creciente asistencia, tanto de niños y niñas pequeños como de grupos familiares.
En el lugar, que se encuentra impulsando la construcción de la “casa propia”, se sirve la clásica “copa de leche” tres días a la semana y dos veces se elaboran viandas para las familias; una iniciativa que cuenta con la solidaridad y la colaboración de vecinos de la comunidad, como también de comerciantes y empresas privadas.
Muchos de los merenderos y comedores que actualmente funcionan en la ciudad, no se encuentran formalmente registrados en el padrón de organizaciones de la sociedad civil, algo que responde a la premura con la que buscan hacer frente a la demanda alimentaria, un circuito que, lamentablemente, avanza más rápido que el administrativo por la situación económica actual.

Necesidades que persisten

En diálogo con El Diario, una de las personas que colabora activamente con la entidad, Alejandra, reconoció que “ha aumentado la concurrencia, tanto en la leche como en la comida; este merendero da tres veces por semana lecha y dos, viandas de alimento”, al tiempo que se refirió a la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran los chicos y chicas que semanalmente concurren el comedor: “Todos ellos concurren a la escuela, aunque también hay necesidades de útiles escolares, ropa y zapatillas, frente a lo cual nosotros nos ponemos en campaña y conseguimos”.
Además, sostuvo que “el tema más complicado que tenemos es el de la construcción, ya que hemos realizado gestiones para levantar el salón, que es solamente de 7 por 5 metros, y a partir de distintos eventos que realizamos, hemos podido comprar todo el material, sin mencionar que dos importantes corralones privados nos donaron todo el revestimiento, las aberturas, la mesada, la grifería; otra empresa nos donó las cañerías, y lo que resta es la mano de obra”.

Ladrillo a ladrillo

De este modo, remarcó que “nos habíamos puesto una fecha límite, que era el pasado 4 de agosto, y si para ese día no teníamos ninguna novedad, positiva o negativa de la Municipalidad, en caso de que el material llegue, comenzaremos entre todos a pegar los ladrillos” y sostuvo que “cualquier mano de obra que quiera sumarse, será bienvenida; el material fue pedido el sábado y llegaría en la semana; son materiales que se compraron en base a la recaudación de los eventos”.
Desde hace varios meses, el merendero/comedor “Caminando Libres” se encuentra llevando a cabo las distintas gestiones, tanto administrativas como económicas, para levantar una sede propia; ello, teniendo en cuenta que el espacio donde actualmente está ubicado y donde ya fue construida la platea, cuenta con un modesto cuarto edificado en el ingreso, donde se elaboran las viandas y se sirve la merienda a los pequeños; sin embargo, ante inclemencias climáticas, la logística para hacer frente a la demanda se torna cada vez más difícil.

Festejos y apoyo comunitario

En otro orden, Alejandra destacó la concurrencia que tuvieron los festejos anticipados por el Día del Niño, que convocaron a más de un centenar de participantes, que recibieron juguetes “de primera mano y nuevos”, donados por distintas jugueterías de la ciudad, así como también alimento de la mano de vecinos que colaboran activamente y comercios gastronómicos que también se han sumado a la iniciativa desde hace tiempo.
“Fueron unos cien chicos y unos treinta adultos, y las actividades salieron de manera perfecta, estuvo muy bien organizado”, contó, recalcando que “muchos comercios de Madryn, entre ellos jugueterías y librerías, nos donaron juguetes nuevos en bolsas y cajas, de manera totalmente desinteresada”.
También, “a través de cadenas de WhatsApp que realizamos logramos reunir mucha comida, y el evento contó con una gran torta; había de todo, chocolate, gaseosas, inflables, un payaso, la verdad es que ha salido muy bien”.