COMENZÓ LA VEDA ELECTORAL ANTES DE LAS ELECCIONES PRIMARIAS ABIERTAS Y OBLIGATORIAS EN LA ARGENTINA. CIERRES DE CAMPAÑA CON INTERROGANTES ABIERTOS Y ´AGRIETADO´ NERVIOSISMO. LOS CÁLCULOS DE LOS ANALISTAS Y LA CURVATURA DEL ESPACIO ´PUEBLO´. LLAMATIVA ´PAX´ DISCURSIVA DE ´JUNTOS´ Y AUSENCIA DE CRISTINA EL DOMINGO EN ´TODOS´

No va más…

Por Trivia Demir

Finalmente ayer cerró la campaña también el presidente Mauricio Macri, que va por la reelección con el frente Juntos por el Cambio. Fue en Vicente López, distrito en el que ganó todas las elecciones y cuyo intendente es Jorge Macri, su primo. “Es realmente muy emocionante estar junto a todos los argentinos, faltando tan poco para definir el futuro de nuestro país para siempre”, afirmó. Sin embargo hubo mucha sensibilización y también nerviosismo tanto en el discurso como en las escenas que rodearon al oficialismo en el último esfuerzo electoral previo a las PASO. Bien lejos del exitismo que mostró el Frente de Todos al estilo peronista. A partir de hoy, la veda electoral está planteada y el domingo definirá que lado de la grieta tenderá a prevalecer en octubre.

El mapa de las conjeturas

Un vistazo rápido de los números ayudaba a entender anoche parte de los porqués de la campaña rumbo a las PASO 2019 para las que quedan dos días. La peregrinación sagrada a tierra bonaerense, la importancia de Córdoba, la preponderancia macrista en la Ciudad y el foco K en el Norte argentino. Además, calculadora en mano, los analistas reinterpretaban cuánto «pesa» cada provincia en el total nacional, buscando labrar una tendencia a costa de probabilidades.
En ese marco, dicen que el mapa electoral de la Argentina, con los datos oficiales para las primarias de este domingo, puede dividirse en cuatro:
Primero, que la provincia de Buenos Aires sola, concentra casi el 37% de todos los votos del país: 12.515.361 electores habilitados. Respecto a 2017, se agregaron unos 737 mil votantes nuevos, un poco por encima de la media del resto del país, y por eso aumentó aún más su influencia.
En segundo lugar hay que considerar que otros tres distritos, parejos, se quedan con poco más de 24,5% del total: Córdoba (8,71%), Santa Fe (8,18%) y Buenos Aires, la ciudad (7,65%). Hasta hace una década, la Capital era el segundo distrito con más electores, pero fue perdiendo peso y hoy está cuarto.
En un tercer escalón, cuatro provincias tienen más de 3% cada una respecto al total nacional, y suman 14,16 puntos: Mendoza (4,22%), Tucumán (3,68%), Entre Ríos (3,25%) y Salta (3,01%).
Por último que las 16 provincias restantes, con Chaco en un extremo (2,72%) y Tierra del Fuego en el otro (0,40%), completan los 24,33 puntos que faltan. Mucho repartido entre muchísimas.
Esta división de cuatro, a su vez, dicen que puede simplificarse en dos: entre las dos Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe concentran el 61,52% del padrón. Los otras 20 provincias se quedan con menos del 39%.
Cuando se hace la discriminación, una por una, impactan, claro, los números bonaerenses: un punto porcentual en ese distrito significa un 0,37 a nivel nacional.
Un ejemplo: si el Frente de Todos le saca a Juntos por el Cambio 10 puntos en la Provincia -como sugerían algunas encuestas antes de la veda de publicación de sondeos- implicará una distancia de 3,7% en el total. Es una de las grandes apuestas de Alberto Fernández y Cristina Kirchner: arrasar allí para garantizarse un triunfo en todo el país.
En espejo, el Gobierno mandó a María Eugenia Vidal al frente para tener, al menos, una derrota digna, si es que esto sucede. El arrastre de abajo para arriba que pueda conseguir la gobernadora explica, en parte, por qué Mauricio Macri y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, se negaron a separar la elección provincial de la nacional.
En ese marco, la primera incógnita es cuánto podrá en la práctica ayudar la mandataria; la segunda, si el efecto inverso, la peor imagen del Presidente en el distrito, no terminará abortando la reelección de Vidal en octubre. Ambas dudas también generan ansiedad en el kirchnerismo.

Una sola película, dos subtitulados distintos

El antecedente que usan en los dos campamentos para hacer cuentas y pronósticos es la elección en primera vuelta de 2015. Si bien, a priori, uno podría tentarse con comparar PASO contra PASO, analistas y políticos coinciden en que, como está el escenario político, es más atinado confrontar números de octubre de 2015 con agosto 2019. ¿Y qué pasó en la Provincia en aquella primera vuelta de hace cuatro años? Daniel Scioli le sacó sólo 4,5 puntos de ventaja a Macri (38,3% a 32,8%, unos 428 mil votos más) que, a nivel nacional implicaron 1,6. Muy poco teniendo en cuenta el peso histórico del PJ allí y que Scioli venía de ser ocho años gobernador.
Para quedar a menos de 3 puntos en el total de la primera vuelta de 2015 (37,08% el FPV contra 34,15% de Cambiemos), además de esa performance digna en la Provincia, Macri ganó en toda la franja del centro del país: Mendoza, San Luis, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
El país se dividió como la camiseta de Boca; en las provincias del Norte y del Sur (incluida la provincia Buenos Aires) prevaleció el celeste K; el medio (incluida la ciudad de Buenos Aires) se pintó de amarillo PRO, según Clarín.
Dentro de los triunfos macristas, lo de Córdoba fue histórico: Cambiemos le sacó allí a Scioli 737.112 votos de diferencia en octubre de 2015: 2,8 puntos a nivel nacional. Mirado de otra manera: de cada 100 votos en todo el país, 8,71 se juegan en Córdoba; pero de cada 100 votos que consiguió Macri, 13,4 los obtuvo en esa provincia. Es decir, pasó la media por lejos.
La otra gran victoria de líder de Cambiemos fue en la Capital: 524.747 votos arriba, otros 2 puntos más de diferencia en el total país.

Nada es lo mismo

En trazo grueso, en el Gobierno creen que pueden mantener la diferencia porteña pero será casi imposible repetir el cordobazo. Aquella vez, Scioli quedó tercero, debajo de Sergio Massa, que tenía el apoyo del cacique local José Manuel de la Sota. Al volver Massa al ruedo K, y con Roberto Lavagna no tan fuerte como «tercer candidato», se presume que la brecha de 34 puntos contra Scioli (53% a 19%) ahora estaría más cerca de 20.
Respecto a Mendoza y Santa Fe, las otras dos provincias donde Macri sacó buena ventaja (102.750 votos en la primera y 42.783 en la segunda), también tiene pronóstico diferente: por el arrastre del gobernador radical Alfredo Cornejo, que encabeza para diputados, se cree que Juntos por el Cambio puede hacer otra buena elección; más difícil se presenta para el oficialismo Santa Fe, con flamante mandatario peronista electo (Omar Perotti). y donde la recesión económica se siente fuerte.
En el campamento kirchnerista, como se comentó, también diagraman sus pronósticos en función del resultado de Scioli en la primera vuelta de 2015. Aspiran a superar ese 37%, claro, y a que la diferencia sobre Macri sea mayor a aquellos casi 3 puntos. Pero las dudas, en el Frente de Todos, apuntan a dos cuestiones. Una general, que es que ya no está Cristina en el Gobierno (con lo que eso implica para provincias dependientes de la Nación) y Cambiemos está más instalado, lo que dificultaría repetir brechas de hasta 40 puntos porcentuales como pasó hace cuatro años. Y otra más puntual, con provincias como Jujuy y Corrientes, que pasaron directamente a manos del actual oficialismo y esto también les podría jugar en contra.

Apenas un dato

Lo concreto en estas primarias es que a horas del escrutinio, ninguna de las fuerzas parece tener certezas de un triunfo contundente. Tampoco hubo ataques descarnados de campaña en la recta final, ni exceso de golpes bajos de enrostre de causas judiciales o enchastres personales, como en otras oportunidades. Más bien se podría decir que vuela en el aire hasta una extraña ´pax desarmada´. Y finalmente un dato que llamó la atención es que si Alberto festeja o se lamenta el domingo, lo hará solo, ya que Cristina Kirchner lo hará a la distancia. Si no hay cambios de último momento, la expresidenta anunció que volará el jueves a la noche a Santa Cruz y recién podrá regresar el lunes por la mañana. «No hay aviones para el regreso», justificaron desde su entorno. Ese día, el Frente de Todos tendrá un único búnker. Será en el Complejo C, sobre avenida Corrientes, en el barrio de Chacarita. Ahí se reunirán, al atardecer, los principales candidatos nacionales, bonaerenses y porteños, pero no estará Cristina. “…tampoco estuvo en el bunker de Daniel Scioli, en 2015…”, advirtió una columnista porteña. Habrá que ver…

Fuentes: IP, NA, LPO, EI, propias

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