PÉREZ GALIMBERTI DESTACÓ EL PROYECTO DE MODIFICACIÓN PARA EL CÓDIGO DE FORMA EN LA PROVINCIA

Procesos no penales hacia la oralidad

Chubut ha sido pionera en llevar los procesos penales al sistema oral, lo que actualmente los operadores del servicio de justicia celebran. Por estos días, se está elaborando un proyecto para reformar los códigos procesales no penales, que tiende a avanzar en una lógica similar, es decir procesos más ágiles, transparentes y efectivos.
Si bien esta iniciativa fue catalogada como una norma “de avanzada” por juristas destacados, algunos abogados particulares que ejercen en el derecho civil, comercial, laboral, familia, entre otras ramas, no lo consideran como un cambio positivo debido a que, en caso de que se apruebe la iniciativa en cuestión, tendrían que comenzar a litigar. Así, se abandonaría el formato de expedientes de papel tejidos a mano y los debates tendrían una implementación oral, grabada y con una celeridad más contundente.
Esto también representaría una modificación en el Poder Judicial de Chubut, teniendo en cuenta que los juzgados no penales tendrían que adecuarse a un nuevo código de forma. Esto no alcanza sólo a modificaciones de infraestructura, sino que también se deberá que capacitar al recurso humano para la implementación de la iniciativa.

“Renovación paradigmática”

En este contexto, el Aula Magna de la sede de Puerto Madryn de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) fue la sede de un seminario denominado “La Reforma Procesal No Penal en Chubut: Innovación y Vanguardia”. El mismo contó con la presencia del presidente del Superior Tribunal de Justicia de Chubut, Mario Vivas, y con Alfredo Pérez Galimberti, ex defensor general de la Provincia, entre otros interlocutores.
Posterior a su presentación, el ex titular del Ministerio de la Defensa Pública mantuvo una entrevista con El Diario en la que valoró el proyecto de reforma para los códigos no penales en Chubut. “Es una renovación paradigmática respecto al código anterior, que es un código escriturista. Por otra parte, transforma completamente a la organización judicial y la hace en paralelo a lo que fue la reforma procesal penal”, precisó.
Además, Pérez Galimberti indicó que en caso de que se apruebe este proyecto de reforma se terminaría con “el concepto juzgado y se reemplaza por el concepto de ‘colegio de jueces’. El juez va a tomar decisiones en audiencias, los procesos van a avanzar por audiencias y los trámites administrativos van a estar a cargo de una Oficina Judicial”.
No obstante, cabe aclarar que no todos los procedimientos se van a tramitar de la misma manera, sino que de acuerdo a la importancia o a las características de cada caso va a tener un procedimiento adecuado. Asimismo, cuando haya cuestiones que discutir o procesos de conocimiento, como puede ser un accidente de tránsito, se aplicarán todas las reglas de litigación como se aplican en los procesos penales.

“Revolución” en materia procesal

“Esto es una pequeña revolución que está pensada en función del interés del litigante. No puede ser que un proceso dure entre seis y 15 años. No puede ser que un accidente de tránsito o un desalojo duren ese tiempo. Esto tiene que resolverse rápidamente porque la gente tiene que continuar con su vida, tiene que poder dar vuelta la página y dejar el problema atrás”, consideró el ex defensor general de Chubut.
Al mismo tiempo, indicó que a lo que apunta este nuevo ordenamiento jurídico es a clarificar todos los procesos y a poner el eje en el ciudadano, en el servicio y en los principios constitucionales. “A partir de allí, se discriminarán los diferentes tipos de litigio de conflicto y qué tipo de procedimiento se le aplica, con una cuota importante de flexibilidad”, agregó.

Celeridad de los procesos

Al ser consultado sobre la celeridad que podría representar esta modificación de los códigos de forma para los procesos no penales, Pérez Galimberti hizo mención a lo que sucede en otros lugares en los que se implementan mecanismos similares. Puntualmente, indicó que esta reforma sí representaría una rapidez en los procesos judiciales en cuestión.
“En un siglo de cambios tecnológicos tan feroces, seguir atados a un expediente que se cose con una aguja de metal y que recién se va a resolver por un juez luego de que pase un montón de tiempo parece algo fantasmagórico y completamente anacrónico”, enfatizó Pérez Galimberti.

Nuevos litigantes

Por último, hizo referencia a la capacitación que tendrán que afrontar aquellos abogados particulares que ejercen sus labores en las ramas del derecho no penales, que tendrán que comenzar a litigar como se hace en el Derecho Penal. “Para el abogado es un cambio importante. La universidad tiene que reflejar este cambio desde el inicio, pero la universidad no puede adelantarse a las reformas legales porque si no estaría enseñando cosas que después no se pueden aplicar”, explicó.
“Esto supone una reforma legal, una reforma en la enseñanza legal y una reforma en la enseñanza profesional. Requiere práctica y entrenamiento, como cualquier destreza, como puede ser jugar al fútbol o jugar al básquet. Esto se adquiere con práctica y no leyendo el reglamento, porque nadie va a aprender a litigar leyendo el código procesal, sino practicando las destrezas de cómo interrogar, cómo hacer un alegato y cómo pensar un caso para planificar”, remarcó.

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