ADMITEN RESISTENCIAS EN ALGUNAS PROVINCIAS Y SECTORES

Aseguran que la Ley Micaela tiene amplia aceptación en términos sociales

Durante la visita de los padres de Micaela García a Puerto Madryn, acompañaron la comitiva dos integrantes de la Fundación Micaela García “La Negra”, una entidad con abordaje en temáticas de género y presidida por Andrea Lescano.
Se trata de Agustina Díaz, una referente de la entidad, así como también Micaela Trabichet, quienes militaban activamente junto a Micaela hasta que esta última fuera asesinada en el año 2017.
En este contexto, desde la Fundación reconocieron que, a pesar de la aceptación social y el amplio recibimiento y aprobación que tuvo la normativa en todo el país, todavía en algunas provincias, incluso en Entre Ríos, y en algunos municipios, hay resistencias que “si bien no son plasmadas en palabras, quedan en evidencia al momento de su aplicación”.

Activismo y compromiso

En diálogo con El Diario, Díaz comentó que “la Fundación nació muy poquito tiempo después del femicidio de Micaela, por la voluntad de sus padres, compañeras de militancia y otros familiares que participan” y describió que “como lema, busca ‘construir la sociedad que Micaela soñó”.
A ello, agregó que la joven asesinada en Gualeguay, Entre Ríos, “era una joven mujer excepcional, comprometida con las causas sociales y de género, activista de ‘Ni Una Menos’, y la idea es poder continuar con esos sueños que ella tenía en su vida; para ello, tenemos distintas tareas, al tiempo que la sede está en Concepción del Uruguay, en Entre Ríos, donde se desarrolla toda una serie de talleres y, permanentemente, hay actividades de formación”.

“Nos sentimos contenidos”

A partir de la sanción de la Ley 27.499, “a fines del año pasado, se está llevando adelante todo este ciclo de concientización con respecto a la misma”, remarcó Díaz, añadiendo que “con distintos perfiles, vamos involucrándonos en diferentes temas de la Fundación, desde lo personal, desde la militancia política también, ese es el trabajo que estamos realizando actualmente”.
Consultada sobre las experiencias recolectadas a lo largo del país, refirió que “el recibimiento en cada localidad es muy cálido y hermoso, nos sentimos muy contenidos; para mí no es muy fácil de hablar de una compañera, de una amiga, que ya no está y que era tan importante para mí y para el resto de mis compañeros y compañeras”.

“Su muerte no fue en vano”

Sin embargo, la referente de la Fundación destacó que “cuando venimos a localidades como Puerto Madryn, donde el trabajo es muy amplio y con más compromiso que incluso nuestra provincia y sus localidades, en lo particular me siento muy bien y sentimos que la muerte de nuestra compañera y amiga no fue en vano, y que en distintos puntos del país se está haciendo Justicia”.
Con respecto a la “resistencia” a la implementación de capacitaciones en materia de género a los distintos poderes del Estado, vinculada a compartimientos culturales estancos, Díaz planteó que “cuando fue el tratamiento de la Ley, a nivel nacional, como dicen los papás de Micaela, casi fue aprobado por unanimidad en ambas Cámaras”.

Rechazo e insólito amparo

Esto último, “con la excepción del diputado (Alfredo) Olmedo, que se negó; de hecho, al ser aprobada la Ley, intentó presentar una medida cautelar para no tener que hacer la capacitación”, recordó, puntualizando que “siempre nos preguntamos por qué, si bien hubo casi 300 votos afirmativos al momento de la aprobación de la Ley, una normativa similar no se había aprobado con anterioridad”.
Sobre este punto, sostuvo que “esto tiene que ver con que hoy, por suerte, frente a toda la fuerza que tiene el movimiento de mujeres es muy ‘políticamente incorrecto’ decir que uno no estaría a favor de esto; pero después, no se toman las medidas políticas necesarias para que esto se instrumente”.

Incumplimientos

En el mismo sentido, la militante de género expuso que “en líneas generales, el nivel de aceptación es mucho más grande que en otras leyes como la de Educación Sexual Integral (ESI) y otras que han sido debatidas y más resistidas”, aunque reconoció que “la Ley nacional hoy está en incumplimiento y se han vencido todos los plazos y el Instituto Nacional de la Mujer tampoco está cumpliendo con los plazos estipulados por la propia norma, lo cual habla de que sí hay resistencias, que si bien no se ponen en palabras, al momento de la aplicación existen”.

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