Chubut y Córdoba las más comprometidas por su deuda en dólares
El proyecto de ley para reprogramar la deuda nacional bajo legislación local sigue sin llegar al Congreso, a la espera de una negociación del Gobierno con la oposición que permita garantizar su sanción.
Las gestiones están complicadas, porque los legisladores de las distintas vertientes peronistas no están interesados en involucrarse en el debate y alguno asegura haberlo hablado en esos términos con Alberto Fernández, antes de su viaje a Madrid.
Varios senadores del PJ conducidos por Carlos Caserio, tuvieron charlas informales en la que predominó la idea de evitar un debate sobre la deuda que Mauricio Macri emitió y no puede pagar.
«Nadie quiere participar de este problema. Ya no hay margen y por eso no nos llaman», detalló uno de los senadores presentes. Para no chocar de frente, en la Casa Rosada repetirían una estrategia que salía bien en otras épocas: llamar a los gobernadores, testear sus necesidades e iniciar una negociación con mayor generosidad.
De esas charlas, surgió una propuesta de algunos mandatarios que estaría en estudio en el Ministerio de Hacienda: incluir en la prometida ley un aval para que las provincias puedan reprogramar sus deudas en dólares, un rojo financiero que pesa se fue haciendo pesado con cada devaluación e irá sintiéndose en los próximo años. El más golpeado es Mariano Arcioni, de Chubut, con la provincia paralizada por atrasos en los salarios.
Chubut y Córdoba son dos de las provincias más comprometidas por su deuda en dólares. Una renegociación con los acreedores requiere de autorización de la Nación.
No es para menos: su deuda en moneda estadounidense oscilaría el 85% del total y con el salto del 30% de la cotización de la divisa no hay recaudación que le alcance al gobernador reelecto este año y amigo de Sergio Massa, uno de los dirigentes buscados en la Rosada para ablandar a la oposición.
Chubut al menos tiene regalías petroleras para defenderse de la devaluación, como Neuquén, también con una abultada deuda en dólares, mientras que otras provincias sólo puede cumplir con los vencimientos comprando dividas con su recaudación local, en caída libre con la recesión.
Una de las más comprometidas por su deuda en dólares es Córdoba, con vencimientos de hasta 800 millones de dólares en 2021, en medio de una caída histórica de los ingresos tributarios. Su gobernador, Juan Schiaretti, sería uno de los más interesados en una refinanciación con los bonistas para posponer los pagos al menos un par de años.
Buenos Aires fue otra provincia que en los últimos años cubrió sus gastos con emisiones en Wall Street y no tiene fácil hacerle frente los vencimientos si la devaluación no da tregua.
Para reprogramar los pagos con los bonistas es necesaria la habilitación del Gobierno nacional, porque reprogramar una deuda en dólares, en los hechos, es emitir una deuda nueva y ninguna provincia puede hacer esa operación sin autorización de la Nación. El combo se completaría con una compensación por la merma en coparticipación que provoca la baja de IVA, según se escucha en algunas oficinas del Congreso, pero siempre como una versión surgida de «algunos» gobernadores.
No hay legislador opositor que se imagine abriendo el recinto para solucionarle este problema al Gobierno y hasta lo desafían en voz baja a resolver la reprogramación por DNU, con la certeza de que en diciembre una mayoría peronista podrá anularlo si no le gusta la letra fina. Pero Rogelio Frigerio y Hernán Lacunza no se rinden. Seguirán llamando a las provincias en busca de votos. (Fuente: LPO)