CONTRARRELOJ EL GOBIERNO DE CHUBUT BUSCA EN EL CONSENSO POLÍTICO UN ACUERDO DE GOBERNABILIDAD ANTES DE ENTRAR A OCTUBRE. REPERFILAMIENTO DE DEUDA PROVINCIAL, REPLANTEO DEL PACTO FISCAL Y SINCERAMIENTO FINANCIERO APARECEN COMO EJES OBLIGADOS EN EL SENDERO DE LAS SOLUCIONES. EL NIVEL DE POBREZA Y DESOCUPACIÓN YA NO ES UN SUPUESTO TERRITORIAL SEGÚN EL INDEC

El camino del consenso

Por Tivia Demir

Empieza una semana bisagra, donde comienza también el mes electoral por excelencia y por eso para los grandes jugadores políticos, lo que no se acomoda en octubre, ya no importa si lo hace después. Hay que despejar la playa de tanques de YPF, hay que evitar el desabastecimiento de combustibles, hay que retomar las clases, hay que pagar en tiempo y forma, hay que reperfilar la deuda, hay que establecer un plan de gobierno confiable y hay que transparentar la administración de las finanzas públicas. Demasiadas cosas para menos de 30 días.
De allí el apuro por ordenar Chubut que les agarró a ambos márgenes de la grieta. Para el oficialismo, porque la crisis de la provincia expone directamente el fracaso de un gobierno que sólo vio en el federalismo un muestrario de alianzas para legitimar el poder central. Y para la oposición, porque para colmo, el ´botón de muestra´ es de sello propio.
Dicen que el grito en el cielo al final fue de Alberto F: “hay que salir de las calles”, y a partir de allí se alinearon ´los patitos´ provinciales.
Pero ahora vendrá el momento político tal vez más complicado en territorio de Mariano Arcioni. Porque entenderse es más difícil que desentenderse. Lo primero requiere una fuerte dosis de generosidad para involucrarse en conflictos casi ajenos, lo segundo solo tomar distancia. Y en este proceso de entendimiento, evidentemente el esfuerzo mayor lo deberá poner la ´oposición´ del PJ.

Por encima

El camino del consenso es como un puente de paraguas que se transita por arriba, no ataja la tormenta, pero permite transitarla. Para la autora Yolanda Meyenberg Leycegui hay cuatro esbozos teóricos que permiten pensar el consenso. La primera se concentra en tomo al consenso como un sistema de valores que tienen por objetivo establecer la forma más adecuada para el comportamiento ético-normativo de la sociedad a partir de la constitución de un sistema de valores y obligaciones que sirva como base de integración de la sociedad. En tomo a estas teorías hay dos subdivisiones: la línea de análisis que parte del supuesto del bien común, y la que se fundamenta en la necesidad de un orden social. Esta está claro que es de difícil aplicación en la búsqueda chubutana, en una provincia donde el concepto de ´bien común´ está prácticamente herido de muerte, trasvasado por un sistema político fuertemente sospechado y con ausencia expresa de políticas públicas que puedan convencer sobre la conveniencia de respetar un orden social.
Una segunda aproximación asocia consenso y hegemonía para explicar la forma que asume la dominación en el capitalismo avanzado, al canalizar el conflicto de clase dentro de las normas y formas de representación establecidas y de neutralizarlo a partir de la incorporación de ciertos intereses de las clases dominadas al proyecto de poder de las clases dominantes. Este es probablemente uno de los marcos que intente aplicarse a partir de la sumatoria de la clase sindical a la mesa de acuerdos.

Se licúa el poder

El estudio de la ´legitimidad´ que es una necesidad imperiosa de un gobierno que deberá asumir su mandato ´propio´ en tres meses más, lleva al tercer planteamiento con respecto al consenso. En él se elabora una crítica a las consecuencias generadas por la imposición de un orden democrático-burgués y una evaluación de las crisis políticas en el capitalismo avanzado. Para Arcioni el hecho de haber logrado ser reelecto, en las condiciones que fueran, parece valerle lo suficiente para imponer su política de transición. Sin embargo la pérdida de popularidad le impide hoy por hoy poder transitar la provincia, obligándolo a gobernar tras cuatro paredes. La lógica economicista y la dedicación a la crisis le está impidiendo cualquier otro tipo de visualización de una conducción productiva y popular.
Finalmente el análisis clásico del consenso a partir de los arreglos institucionales que los gobiernos, por consentimiento, han generado para incorporar los muy diversos intereses de sus representados, determina su cuarta forma de análisis en las teorías liberales o del consenso representativo. Este cuarto esbozo es tan ideal que sencillamente cuesta pensarlo territorialmente.

En serio o en joda

De hecho, en la incipiente ´mesa de consenso´ chubutense por ahora se han sentado sectores de poder, e incluso se ha sugerido participar hasta la Iglesia como presunta resguardadora de los intereses comunitarios. Sin embargo poco y nada se consideró a las organizaciones sociales o actores intermedios como señal de cambio en el enfoque y en la necesaria apertura de mesa que debería darse para que el consenso se materialice en algo más que en una dilación electoralista.
Por eso todo indica que para ir a fondo con la búsqueda de superación de la crisis, el primer paso debería ser del propio gobierno, sincerando y renegociando la deuda publica provincial, rompiendo con el pacto fiscal y regravando progresivamente los sectores más privilegiados, además de establecer lineamientos claves en políticas públicas destinadas a atenuar el ajuste, como así refuerzos presupuestarios inmediatos para salud, educación y trabajo, entre las primeras medidas de un plan de emergencia que invierta las prioridades a favor del pueblo chubutense. Sin algo de todo eso, es probable que la gente que hoy se manifiesta salga de las rutas bajo negociaciones de momento, pero para ser reemplazada a corto plazo por otros sectores indefectiblemente.

El hambre no piensa

Es que la teoría ya superó cualquier especulación política. Si hasta hace poco el arcionismo pensaba que su problema de legitimidad se trataba de un mero entredicho con los estatales que se solucionaría ni bien comenzara a pagar en tiempo y forma, la noticia es que se sobreestimó en exceso la realidad, que de por si es bastante abrumadora. En la provincia no funcionan muchos servicios públicos, no hay clases por el paro de docentes, la justicia está virtualmente paralizada, y en cuanto a la salud, solo funcionan las guardias, que atienden los casos de emergencias. Un escenario que difícilmente pueda revertir solamente un gesto de amiguismo partidario.
El fondo oscuro de un territorio sin plan de contención muestran como los índices de pobreza reflejaron en el último año el deterioro de las condiciones de vida de los chubutenses. De acuerdo a cifras del Indec, entre el segundo semestre de 2017 y el de 2018 la cantidad de personas bajo la línea de pobreza aumentó casi 10 puntos porcentuales. “El conglomerado de Rawson-Trelew tiene una pobreza de 35,3%, por encima del promedio nacional (32%), mientras que en Comodoro Rivadavia-Rada Tilly es de 22%. Esto implica que el eje Rawson-Trelew tiene, por lejos, el indicador de pobreza más alto de la región patagónica. En el mismo lapso, la tasa de indigencia se duplicó a nivel provincial: pasó de 1,7% del total de la población a 3,5%”, detalló un informe de TN.
Además, las últimas cifras oficiales muestran un deterioro del mercado de trabajo en Chubut, a tono con lo que sucede en el resto del país y hasta mayor. La desocupación llegó en el primer trimestre de 2019 a 12,3% en el conglomerado Rawson-Trelew, más de dos puntos porcentuales por encima del promedio nacional, que fue de 10,1%. Pero otro indicador relacionado que no es auspicioso para la provincia es el de la población ocupada. Mientras a nivel nacional corresponde al 42,3% de los habitantes, en Rawson-Trelew fue de 39,1%. Además, estas dos ciudades tienen el porcentaje más alto de la región de personas ocupadas que buscan un nuevo trabajo para complementar sus ingresos, con 16,4% del total.
Es entendible que el consenso político es visto como un logro civilizatorio importante, pero conduce a negociaciones largas y pocas soluciones concretas. Los partidos están de acuerdo en lo esencial, pero buscan a base de palabras transmitir los detalles que los diferencian (con menos ideología y más personalismos) ocupando sus espacio en la historia. Y en Chubut, lo que menos hay es tiempo.
En el medio dicen que se labraría una especie de ´contrato de consenso´ sobre el que se puedan medir los ´cumplimientos´ de los esfuerzos, a propósito de un temor siempre vigente entre los dos sectores del peronismo que acceden a la ´operación cicatríz´ a regañadientes.
La idea de esta sanación partidaria no está mal, pero la política deberá salir tarde o temprano de la cueva de la abstracción para que se pueda contabilizar algún éxito colectivo. Quien así no lo entienda, es porque no está dispuesto a ningún ´consenso´. De hecho esta palabra de moda, se podrá intentar deformar pero hasta cierto punto ya que la etimología latina “consensus” significa «con la aprobación de todos», un sentido que al final de cuentas, será la medida del resultado. Como decía Freud, “Si dos individuos o grupos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos”. Habrá que ver…

Fuentes: NA, LPO, TN, propias

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