PESE A LOS AUMENTOS, DOS HABERES MÍNIMOS SIGUEN SIN CUBRIR LA CANASTA BÁSICA

El salario mínimo vital y móvil en octubre llegará a los 16.875 pesos

Tras varias discusiones y debate sobre los porcentajes en los que se incrementaría, finalmente ayer el Gobierno Nacional publicó en el Boletín Oficial una resolución por la cual se fijará un aumento escalonado del salario mínimo, vital y móvil (SMVM). Puntualmente, habrá incrementos en los meses de agosto, septiembre y octubre de los haberes para los trabajadores del sector privado y la Administración Pública Nacional.
La Resolución 6/2019 del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación establece el ingreso mínimo a partir del 1 de agosto del corriente año en 14.125 pesos para todos los trabajadores mensualizados que cumplen la jornada legal completa, mientras que se fijó en 70,62 pesos por hora para los jornalizados.
En tanto, desde el 1 de septiembre, la remuneración para los mensualizados ascenderá a 15.625 pesos y la hora para los jornalizados lo hará a 78,12 pesos, a la vez que a partir del 1 de octubre, los ingresos subirán a 16.875 pesos y 84,37 pesos, respectivamente. Además, mediante la misma resolución, se incrementan los montos correspondientes al mínimo y máximo de la prestación por desempleo durante los meses de agosto, septiembre y octubre. Estas sumas fueron establecidas el viernes último tras la sesión plenaria del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil.

Solicitud denegada

Tras la reunión de la semana pasada, la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT) mantuvo su reclamo de elevar el mínimo de 12.500 pesos, establecidos en agosto del año pasado, a 31.148 pesos, lo que representaría un aumento de 150%. Así, los haberes básicos coincidirían con la Canasta Básica Total de junio, que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) consideró como el piso para no ser pobre en la Argentina. “No nos conformó este valor”, dijo Héctor Daer al salir de la reunión, quien descartó medidas de fuerza por este tema.
“Estamos próximos a una elección y cambio de gobierno. Lo que tiene que pasar es un cambio de modelo económico. La vulnerabilidad que vivimos estos días es un termómetro de lo que pasó. El repudio con el voto ya sucedió”, agregó el co-secretario general de la central obrera.

Postura del Gobierno

Asimismo, la intención inicial de la Casa Rosada era acordar un aumento del 30%, que fijaría el salario mínimo en 16.250 pesos. Pero finalmente agregó cinco puntos más, aunque la cifra se mantiene por debajo de la inflación anual a nivel nacional de 54,4%.
Vale recordar que de la reunión también participó el secretario general de la Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Esteban “Gringo” Castro, quien fue invitado a última hora por el Gobierno.

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Dos salarios mínimos siguen sin superar la pobreza

Vale recordar que durante julio de este año la variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) con respecto a junio de 2019 fue de 2,9%, mientras que la variación de la canasta básica total (CBT) fue de 2,5%. La primera determina la línea de la indigencia y la segunda la de la pobreza.
Las variaciones interanuales de la CBA y de la CBT resultaron del 57,3% y 58,6%, respectivamente, según informó el propio INDEC. Así, para no caer en situación de indigencia y poder cubrir el costo de la canasta básica de alimentos, el ingreso familiar (en un hogar de cuatro integrantes) debió ser de 12.773,78 pesos (el mes anterior había sido de 12.409,72 pesos).
En tanto, el precio de la canasta básica total fue de 31.934,44 pesos para un hogar de cuatro integrantes. En la medición anterior, había sido de 29.493,65 pesos, un 2,5% menos. Así las cosas, una familia integrada por dos adultos y dos niños en la que se perciban dos haberes mínimos de agosto (14.125 pesos cada uno) tampoco llegarían a cubrir los bienes necesarios para escaparle a la pobreza.

Pobreza e indigencia en Chubut

En tanto, en la Patagonia y en Chubut esta situación también impactó con una fuerza contundente. Puntualmente, en la región más austral del país la pobreza alcanzó al 24,9% de las personas, lo que quiere decir que prácticamente uno de cada cuatro habitantes de la Patagonia no llega a cubrir los costos de la CBT. En tanto, la indigencia llegó al 3,2% de las personas de dicha región, quienes ni si quiera pueden adquirir los productos establecidos en la Canasta Básica Alimentaria (CBA).
En Chubut la situación difiere dependiendo de las localidades que se miden. Si tenemos en cuenta lo que ocurre en Rawson-Trelew, la realidad es mucho peor, teniendo en cuenta que allí el 35,3% de las personas no llega a cubrir la CBT, mientras que la indigencia trepa al 4,3%.
En contrapartida, en el aglomerado Comodoro Rivadavia-Rada Tilly la pobreza es menor a la que se da a niveles generales en la Patagonia: 22%. Misma lógica se da en los números de indigencia, remarcando que en las localidades del sudeste chubutense la cifra llega al 2,9%.

Contracción del salario mínimo

Al respecto, un informe publicado por Cifra mostró que el salario mínimo sufrió, hasta marzo, cuando el Gobierno Nacional adelantó la suba de junio, una caída extraordinaria y muy superior a la del salario real promedio. De hecho, se contrajo 24,8% entre noviembre del 2015 y marzo del 2018, a pesar del mencionado adelantamiento de la última cuota que correspondía a junio. Todo esto, obviamente, es sin tener en cuenta los incrementos en los haberes mínimos anunciados ayer, los cuales todavía no se vieron reflejados en los pagos de salarios.
Esa dinámica de fuerte deterioro explica, a su vez, lo mucho que empeoró la mencionada relación entre dos salarios mínimos y la línea de pobreza. En abril del 2016, cuando Cambiemos publicó la primera estimación de la CBT, el sueldo mínimo era 6.060 pesos y la línea de pobreza para una familia tipo era 11.320 pesos. Es decir: al principio de la gestión del actual Gobierno, dos salarios mínimos alcanzaban y sobraban para cubrir la canasta familiar.
Desde Cifra afirmaron que “en las dos últimas reuniones del Consejo del SMVM el Gobierno dispuso unilateralmente su actualización, ante la falta de acuerdo de las partes”. “Los aumentos dispuestos estuvieron sesgados hacia las propuestas del sector empresario e implicaron importantes pérdidas reales en el salario mínimo, que implican un deterioro de este instrumento como piso salarial. Y continúa perdiendo poder de compra ante la persistencia de una elevada inflación”, advirtió el centro.
Vale recordar que en noviembre del 2015 el salario mínimo era 5.588 pesos y por ende la suba hasta alcanzar los 12.500 pesos actuales fue de 123,6%, número muy inferior al 211,1% en que trepó la inflación acumulada entre aquel mes y abril del 2019. Por eso, al utilizar esa inflación para deflactar, la contracción real del SMVM fue de 28,2% en abril.

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