EN LA ESCUELA 728 JUNTO A CARLOS PISONI DE H.I.J.O.S. RECORDARON LOS EPISODIOS DE “LA NOCHE DE LOS LÁPICES”

“Taty” Almeida respaldó la lucha docente y el reclamo de los alumnos

La referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Lidia Estela Mercedes Miy Uranga, conocida como “Taty” Almeida junto al militante por los derechos humanos e integrante de H.I.J.O.S., Carlos “Charly” Pisoni, estuvieron ayer en Puerto Madryn para participar en la Escuela 728 de una actividad con motivo de cumplirse los 43 años de la Noche de los Lápices, oportunidad en que también se refirieron al extenso conflicto que mantienen los estatales en general y los docentes en particular, con más de dos meses sin clases. En ese marco respaldaron la lucha docente de Chubut y los reclamos de los alumnos que mantienen tomadas escuelas en varias ciudades.
En tanto, ambos militantes sociales repasaron lo ocurrido el 16 de septiembre de 1976, cada uno desde su perspectiva y vivencia personal. La fecha evoca la serie de desapariciones y asesinatos perpetrados en la ciudad de La Plata, los cuales arrojaron el saldo de sólo cuatro sobrevivientes de los diez estudiantes que habían sido secuestrados; dos de ellos, padres de Pisoni, Irene Bellocchio y Rolando Pisoni, que continúan desaparecidos.
La actividad fue organizada bajo la modalidad de “mesa redonda”, donde estudiantes de varias escuelas que hoy permanecen ocupadas pacíficamente en la ciudad, escucharon atentamente los relatos de ambos, al tiempo que trazaron un paralelismo entre los reclamos estudiantiles de aquella época y los actuales, muchos de los cuales son los mismos como el Transporte Educativo Gratuito (TEG).

Desaparecidos “por ser militantes”

Tras un repaso de los estudiantes por la apremiante situación que atraviesa la educación pública en Chubut, el primero en tomar la palabra fue “Charly” Pisoni, quien recordó que el 16 de septiembre de 1976 “no fue una fecha casual, ya que en la historia no hay casualidades; el mismo día de 1955 fue la ‘Revolución Fusiladora’ (por la Revolución Libertadora) que derrocó al gobierno democrático de Juan Domingo Perón, y después los genocidas decidieron la misma fecha para llevar adelante la Noche de los Lápices, donde fueron secuestrados estudiantes que militaban en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), que era una rama de Montoneros, y que fueron desaparecidos por ser militantes políticos”.

“Se repite la historia”

También, enfatizó, “venimos a recordar que un 16 de septiembre de 2019, en Chubut, hay un conflicto en las escuelas, con los trabajadores, el cual tiene una raíz y una matriz que es el plan económico que estamos viviendo todos los argentinos; un plan económico ‘primo hermano’ de la dictadura, muy similar” y agregó que “los motivos se repiten; hoy, en una democracia de baja intensidad, donde no se respeta el estado de Derecho, vivimos cosas que ya vimos en épocas pasadas, en los 90 por ejemplo; se vuelve a repetir la historia tristemente, donde millares de personas caen en la línea de pobreza”.
Pisoni criticó duramente las políticas económicas del Gobierno Nacional, sumando a ello que “venimos a reflexionar y hablar de lo que sucedió en el pasado reciente, pero también de lo que sucede ahora, porque está conectado”.

Pasado, presente y futuro

“Muchas veces”, continuó, “escuchamos que algunos dicen que ‘hay que dejar de hablar de lo que pasó’, que ‘no hay que hablar del pasado’ y que ‘hay que dar vuelta la página’; pero, justamente, el pasado reciente está fuertemente ligado con la realidad, incluso si se buscan los nombres de quienes eran parte de la dictadura cívico militar, hoy se repiten como lo han hecho a lo largo de más de 200 años de historia de nuestro país, donde hay un sector que siempre ha tenido el poder, y un sector mayoritario de la población que algunas veces, en pocos períodos de la historia, hemos sido felices; hoy estamos tristes por lo que está pasando en Argentina y por todo lo que nosotros luchamos, que ha sido mucho”.

Cara a cara con un genocida

Pisoni, que es arquitecto, sostuvo que “hoy, tenemos un gobierno que quiere volver para atrás, impulsaron con unn sector del Poder Judicial el ‘dos por uno’ para poder liberar a los genocidas” y advirtió que “cuando nosotros nos formamos, los genocidas estaban libres”.
En este contexto, relató el momento en que se encontraba, hace varios años, pasando el rato en un bar cuando vio entrar y sentarse, en una mesa contigua, a “quien había torturado y asesinado a mis papás”, momento en que se contuvo para no arremeter contra el genocida, que tiempo después sería juzgado y condenado a perpetua.
También, destacó la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, “anuladas en 2003 cuando asumió Néstor Kirchner” y su posibilidad de ser querellante a partir de 2007 en las causas contra los genocidas, donde “me tocó ir al juicio y ver a esa persona en el juicio enfrente mío, mientras era juzgado con otros veinte; me tocó declarar y pedirles, en sus caras, que nos dijeran dónde estaban los cuerpos de nuestros padres”.
Un año después, Pisoni estaría presente en el dictado de la condena a prisión perpetua del “Turco Julián”, apodo con el que se conocía a Julio Simón, ex integrante de la Policía Federal Argentina y represor.

Juventud de ayer y hoy

A su turno, “Taty” Almeida, de 89 años, destacó la presencia de jóvenes estudiantes en la sala, quienes organizaron la actividad, y reconoció que “ver esta juventud es una tranquilidad para las Madres, de las cuales lamentablemente quedamos pocas, así como también pocas Abuelas y familiares; pero estamos tranquilas, porque vemos esa militancia estupenda”.
Además, aclaró que “no hay que tenerle miedo a la palabra militancia, porque es sinónimo de compañerismo, compromiso, el ocuparse del otro, más allá del partidismo; militantes eran nuestros hijos”.

“Tengamos memoria”

Tras un repaso por su historia familiar, rememoró que su hijo “Alejandro tenía 20 años cuando lo desaparecieron en el año 1975” y pidió que “tengamos memoria”, ya que “ese terrorismo desde un Estado no empezó el 24 de marzo de 1976, sino en el 74 y 75, con la Triple A, López Rega, Isabel Perón, que era una títere, pero era la Presidenta”.
Un 17 de junio de 1975 fue secuestrado Alejandro. “Estaba cursando el primer año de medicina, trabajaba y era un militante político; no me lo había contado, me preservaba y yo ignoraba todo”, reconoció.
Sobre esto último, Almeida contó que “con las Madres nos juntamos porque nos desaparecieron lo más preciado que tiene una mujer, que es un hijo; en mi caso, tengo que confesar que toda mi familia era de militares; mis padres, cuñado, todos” y agregó que “lo único que yo sabía de política es que yo era una ‘anti’ peronista y ‘gorila’”.

Entre enemigos y genocidas

A ello, sumó que “socialmente, yo conocía a tantos genocidas como (Jorge) Arguindegui, que era jefe de Policía en el año 1975; mi padre, oficial de Caballería que murió en 1961, había sido jefe de él” y recordó que “(Orlando Ramón) Agosti fue compañero de uno de mis cuñados, padrino de uno de mis sobrinos, lo conocía de siempre; el general (Ramón Juan Alberto) Camps, de Paraná, Entre Ríos, de donde mi familia era oriunda, así que yo lo conocía de cuando era jovencito”.
En esta línea, Almeida sostuvo que “con ello quiero decir que, socialmente, conocí a todos estos genocidas, pero lo ignoraba; no me entraba en la cabeza que esos tipos ‘ya eran’ los culpables; para mí, los únicos culpables eran los peronistas”.

“¿Quién te falta a vos?”

El relato “Taty” fue determinante: “Yo me siento ‘parida’ por mi hijo, no al revés. Recuerdo que un periodista, un 24 de marzo, me preguntó qué había sentido en esa fecha en 1976, y le dije que le iba a responder ‘con la cabeza de la Taty Almeida de esa época’, respondiéndole que en aquél entonces pensé ‘al fin se van estos negros de m… y vienen mis conocidos, voy a recuperar a Alejandro’. Eso es lo que yo creía. Y cuando me acerqué a Madres (de Plaza de Mayo), me resistía, ya que con el ‘currículum’ que tenía, pensarían que era una espía. No me animaba, hasta que un día con mi hija Fabiana fuimos a la casa de Madres, en la calle Uruguay en aquella época, donde me atendió una dama increíble, María Adela Gard de Antokoletz, que buscaba a su hijo abogado Daniel, hasta hoy desaparecido. Me atendió y me preguntó lo único que se preguntaba a una madre cuando se acercaba por primera vez: ‘¿Quién te falta a vos?’. No importaba ni la política ni la religión. Ahí, por fin, hice mi catarsis”, describió.

Paralelismo y similitudes históricas

Una vez concluidas las primeras alocuciones, los entrevistados, en este caso Almeida y Pisoni, se convirtieron en entrevistadores y llevaron adelante un interesante intercambio con alumnos referentes de las siete escuelas hoy ocupadas pacíficamente en Puerto Madryn.
Uno de los puntos donde mayor énfasis se hizo fue en las coincidencias de muchos de los reclamos de los estudiantes desaparecidos, con aquellos que hoy se ocupan de llevar adelante, acompañados por trabajadores de la educación pública, con el fin de visibilizar la situación que atraviesan las escuelas.
En este sentido, no fue casual que el lugar escogido para el encuentro fuera un establecimiento ocupado por su comunidad educativa, lo que puso aun más énfasis en la temática abordada: casualmente, una de las exigencias de los estudiantes durante septiembre de 1976 había sido el boleto estudiantil gratuito, que hoy tiene su correlato en el pedido de una implementación efectiva del TEG, entre otras cuestiones.

En lucha permanente

La jornada transcurrió ante la presencia de prácticamente un centenar de asistentes, entre ellos docentes, familias e incluso algunas figuras políticas locales y provinciales, entre ellas el edil Franco Albanesi, la diputada Alejandra Marcilla y el ex concejal Jorge Andurell, actual director de la Escuela 728 donde se llevó a cabo la actividad.
Tal vez uno de los aspectos más llamativos fue, efectivamente, el lugar donde se realizó la convocatoria, tratándose de una fecha que en otras ocasiones hubiera sido conmemorada a través de un acto popular y en la vía pública, pero que, en esta ocasión, evocó la situación de la educación pública para recordar la militancia de aquellos estudiantes y los de hoy. Así lo resumió “Taty” Almeida en una de sus frases: “La única lucha que se pierde es la que se abandona”, expresó, para luego ser ovacionada por los presentes.

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