CAYERON LAS VENTAS, SE REDUJO LA PRODUCCIÓN Y AUMENTÓ EL COSTO ENERGÉTICO

En cuatro años la industria textil dejó cerca de 300 desempleados en el Valle

La industria textil fue la más golpeada por la crisis en Trelew y dejó el más alto índice de desempleo de los últimos cuatro años. En los últimos dos años se perdieron miles empleos en el sector a nivel nacional. Tan sólo el sector formal sufrirá la pérdida de 28 mil trabajadores al cabo de estos cuatro años según las estimaciones de los empresarios, quienes remarcan que el sector concentra gran cantidad de trabajo informal que no está contabilizada.
En el Valle el número de despidos en los últimos cuatro años sería cercano a los 300, en este caso todos trabajadores registrados, de acuerdo a los datos revelados por Sergio Cárdenas de la Asociación Obrera Textil (AOT), quien señaló que el caso de Trelew “son 260 despidos confirmados en cuatro años”.
El dirigente sindical reconoció que el sector textil está funcionando “en piloto automático esperando los resultados de las elecciones”, dijo al remarcar que esperan que asuma el nuevo gobierno y “haya cambios estructurales, con una visión sobre el mercado interno y tarifas accesibles para producir”, resaltó Cárdenas.

Contexto nacional

Respeto al uso de la capacidad instalada en el sector textil, en los últimos 12 meses el porcentaje se clavó en 47,8%. Para encontrar una cifra similar en el rubro, hay que retrotraerse a 2002.
La mayoría de la mano de obra empleada son mujeres. Pero además, los propios empresarios señalaron que parte del trabajo se terceriza en trabajadores de la comunidad boliviana.
Entre los principales reclamos del sector se encuentra la carga tributaria y las altas tasas de interés: «El 50% de los precios al consumidor final son impuestos», indican desde el sector empresario, haciendo hincapié en los altos costos de la energía.
La inestabilidad del dólar también es compartida por los industriales como una problemática que afecta al sector.
Respecto a la cadena de pagos en efectivo el rubro, señalan que es difícil de medir su atraso. «Prefiero no vender si sé que no me pueden pagar», señala un empresario, y agrega que «entonces no tengo mora porque directamente no vendo».
Mención aparte merece la apertura indiscriminada de importaciones. Si se toma el periodo 2015 a 2018 la importación de prendas de vestir se incrementó en 123,5%. La cifra bajó en 2019 debido a la devaluación, pero aun así sigue siendo alta: medida en toneladas, el incremento de este año respecto a 2015 es de 76,2%.

Indumentaria

La Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), dio a conocer su «semáforo» sobre la actividad en el país del mes de octubre, donde advierte que “la disminución del poder adquisitivo de la sociedad argentina explicó la fuerte contracción de las ventas minoristas de indumentaria durante el mes de agosto de 2019, que retrocedieron 17,6% según la CAME”.
Tomando la información del INDEC, en shoppings y supermercados, la disminución de las ventas de ropa se ubicó en 6,4 y 12,1%, respectivamente, comparando julio de 2019 contra el mismo mes del año anterior.
La caída en las cantidades vendidas se dio a pesar del esfuerzo de la cadena de valor por no aumentar los precios de las prendas (+47,8% en agosto) al mismo ritmo que la inflación general (+54,5%,) según INDEC.
La CIAI advierte que la caída en la demanda de ropa afectó nuevamente a la producción nacional, que se contrajo 12,8% interanual en agosto según datos recientes del INDEC, acumulando así 15 meses consecutivos de caídas.
En el mismo mes, la producción textil tuvo una mejora de 1,4% interanual, explicada fundamentalmente por el sub-rubro «preparación de fibras de uso textil».
Sin embargo, los altos costos financieros e impositivos, continúan afectando la rentabilidad operativa de las empresas del sector.

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