CREER O REVENTAR

La NASA elige ideas

El Space Apps Challenge es un proyecto de la NASA para impulsar el desarrollo de proyectos que solucionen distintos retos relacionados con el medio ambiente y la exploración espacial. Desde la primera edición, celebrada en 2012, han participado miles de equipos en ‘hackatones’, competiciones que tienen lugar en distintas ciudades del mundo. De la edición madrileña, celebrada el domingo, salieron dos equipos ganadores que competirán en la final internacional, Mnemosyne y Oceans Inside.
«Para nosotros es importante patrocinar eventos como estos porque hay mucho talento en España, siendo esta una oportunidad única para aprovecharlo y desarrollarlo. Además, es importante patrocinar el emprendimiento, los jóvenes son la generación del futuro y serán, por ejemplo, fundadores de compañías que nacerán de ideas como las defendidas aquí», explicó Frank Talluto, agregado de la Embajada de Estados Unidos.
En concreto, en la edición de este año, las categorías en las que los distintos equipos compiten son: ‘Planetas cercanos’ y lejanos’, ‘Viviendo en nuestro mundo’, ‘Los océanos terrestres’, ‘Hacia las estrellas’ y ‘Nuestra luna’. Este último hace referencia 50 aniversario de la llegada a la Luna, celebrado este verano.

Venus

En 1982, el programa soviético Venera se propuso enviar dos sondas a este infierno ámbar. La mayor parte de los datos se captaron y enviaron durante el aterrizaje del módulo terrestre. Diseñado para durar 32 minutos, aguantó hasta 127. En la actualidad, el desafío al que se enfrenta la NASA es enviar un módulo que permanezca más tiempo operativo sobre la superficie del planeta.
El equipo Mnemosyne propuso una solución al reto de diseñar un enfoque mecánico, en cuanto al almacenamiento de datos, que funcione en ambientes tan hostiles y extremos como la superficie de Venus, cuya atmósfera es 90 veces superior a la terrestre, las temperaturas rondan los 460 grados y sus nubes son de ácido sulfúrico.

Altas temperaturas

La dificultad de esta categoría es doble: materiales que aguanten altas temperaturas y sistemas de grabación de datos que no dependan de la electrónica y el magnetismo. «Hemos cogido uno de los ‘challenges’ más técnicos, requiere saber bastante de ingeniería. Hay que echar números, hacer modelos 3D, saber de procesos de fabricación y de materiales», subrayó Yeray García Rueda, ingeniero aeroespacial portavoz de AutoMech, otro de los equipos que competían en la categoría de ‘planetas cercanos y lejanos’.
El dispositivo micro-electro-mecánico presentado por Mnemosyne no sólo tendría utilidad fuera de nuestro planeta, también podría usarse para recopilar datos en volcanes o en lugares con altas dosis de radiación. Según señalaron los miembros del equipo, «la importancia de comprender los procesos que ocurren en Venus radica en la hipotética similitud que tendría con la Tierra si continuara aumentando el efecto invernadero. Un análisis más detallado podría permitir a los científicos analizar nuevas ideas para frenar el cambio climático».

Plásticos marinos

Por su parte, Oceans Inside presentó un sistema capaz de limpiar los plásticos de los océanos. Concienciados del problema que suponen para ecosistemas marinos, el principal problema es la dispersión a diferentes profundidades y sus variaciones de tamaño. Existen barreras que flotan y acumulan plásticos, pero su propia naturaleza pasiva supone un problema de rapidez y de efectividad, puesto que con las mareas y el viento tiende a romperse en algunas zonas.
El equipo propuso una barrera activa de drones marinos que se conectan entre sí, formando una ‘serpiente marina’. Como son módulos que podrían separarse y juntarse, los dañados se desecharían de forma autónoma, permitiendo al resto continuar con su trabajo. Gracias a la información satelital de la NASA, este dispositivo ‘mente colmena’ podría guiarse a las zonas donde se hayan detectado cúmulos de plástico. Una vez hubiera recogido la cantidad suficiente de plástico, se cerraría hasta que un barco acudiera a recoger los desechos almacenados.

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