El reconocido activista ambiental Gastón Caminata de «Yo Amo Mi Playa» se encuentra trabajando en una propuesta para que las playas no continúen con la contaminación de las colillas de cigarrillos.
En este caso, especialmente la playa bonaerense de Pinamar, donde la iniciativa será tratada el 25 de octubre en el Concejo Deliberante por Playas libres de Colillas continuando con el mismo criterio de la ordenanza Playas libres de Humo.
De aprobarse el proyecto iniciativa se salvarán cerca de 126 millones de litros de agua y Pinamar sería la primera localidad costera en adoptar una medida de estas características y se cree que lo van a incorporar en muchas otras ciudades.
El fumador deberá caminar hasta donde estén colocados los ceniceros, uno por cesto de basura en toda la playa, ese será el lugar autorizado.
Pinamar ya avanzó con las bolsas plásticas, pajitas de un sólo uso y ahora llegó el momento de las colillas de cigarrillos.

Trabajo en las playas

La ONG «Yo Amo mi Playa» trabaja a favor de la salud del planeta, de las playas, los océanos y de la biodiversidad, que también organiza actividades en Puerto Madryn, como los barridos de playa en la temporada estival, distribuyendo bolsas y guantes y convocando a los veraneantes a participar de la limpieza. Además de brindar charlas sobre concientización y la importancia de las 4R: Rechazar, Reducir, Reutilizar y Reciclar.
Forma parte de Big Human Wave, una organización sin fines de lucro dedicada a la protección y el disfrute de los océanos, olas y playas a través de una red de activistas de gran alcance distribuidos alrededor de muchas regiones costeras alrededor de todo el mundo y cuenta con el apoyo del MAyCDS , el SEPA y empresas de Puerto Madryn.
Desde la red de Surfrider Foundation señalan que una colilla de cigarrillo contamina 70 litros de agua, el plástico no se degrada y envenena los océanos amenazando la supervivencia de las especies marinas, ya que los animales marinos se lo tragan o se enredan en ellos, provocando su muerte. En el Pacífico hay incluso un “continente de plástico” unas cinco veces del tamaño de Francia.
La red de Surfrider Foundation trabaja en un conjunto diverso de problemas costeros que van desde la calidad del agua, la disminución en el uso de plástico y sus efectos en el medio ambiente marino, la protección de las costas y zonas de surf, entre otros. Sin embargo, el denominador común es que todas estas campañas son posibles gracias a los esfuerzos de cada uno de los voluntarios que forman parte de la fundación y quieren hacer una diferencia.