PARA CAMBIEMOS QUEDAR 7 PUNTOS ABAJO EN LAS PRESIDENCIALES FUE “PURA GANANCIA”. SEDE UN TURNO, PERO SE PREPARA PARA LA RECONSTRUCCIÓN CON CASI LA MITAD DEL ELECTORADO “COLONIZADO”. MACRI SE ERIGE COMO “EL GRAN OPOSITOR” CON CINCO PROVINCIAS FUERTES A FAVOR, VIDAL NO PERDIÓ NI UN VOTO EN CUATRO AÑOS Y LARRETA ARRASÓ LA CAPITAL. SUENA LA IDEA AMARILLA DE INDEPENDIZAR LA “ARGENTINA DEL CENTRO”

Porqué la plantita liberal no murió

Por Trivia Demir

La transición presidencial parece ir dándose por lo menos en imágenes de dos mandatarios comenzando a dialogar y dándose la mano, lo que el oficialismo gusta en llamar “un país normal”, pero que para muchos parece un ´complot sobreviviente´ de un poder político que casi se turnaría sosteniendo eso que se conoce como establishment. El domingo en definitiva, los resultados del ´boca-river´ político al que nos extremaron en cuanto a opciones representativas potables, expondría eso, casi un tibio empate, de esos que se definen en penales pero no termina de conformar.
El peronismo lo sabe, por eso tal vez los festejos de los líderes y principales referentes que en otra oportunidad hubiese sido puro candombe, estuvo plagado de palabras y reflexiones advirtiendo sobre lo que se recibe.
Y cambiemos, que en otro momento, como en las PASO habría mandado a todos a ´dormir´ por no mandar a los electores a otra parte, aceptó los resultados electorales casi como un triunfo. Es que guste o no Macri dejó en cuatro años nada más, una “plantita liberal” en crecimiento que mide apenas 7 menos que el histórico progresismo argentino. Un dato que a todas luces no es menor y que deberá desgranarse no sólo en el laboratorio político de los errores peronistas, sino y sobre todo en el diván social de un país con más ínfulas europeas y aspiraciones yanquis, que orgullo americano. Si no se entiende esto y no se enamora de algún modo a esa ´otra mitad´, difícilmente un populismo pueda sostener una construcción que supere uno o dos turnos electorales.

Pura ganancia

Por eso, el análisis que hace los liberales en retirada es optimista y es sencilla: “Yo no sé porque están amargados”, manifestó un referente que se mantuvo en el anonimato pero que se encargó de diseminar el análisis PRO por todos los medios y soportes posibles. “Yo estoy re contento, en este escenario desatroso económico y financiero, optar por una retirada de gestión pero un enorme fortalecimiento político es todo un triunfo. Porque con esos 7 puntos escasos que sacó Fernández sobre Macri de diferencia, se ve absolutamente condicionado por fuera y por dentro. Por fuera, porque Macri se quedó con una gran mitad de apoyo nacional convirtiéndose en una oposición absolutamente fortalecida. Y por dentro, porque Fernández estará además fuertemente condicionado por La Cámpora y el kirchnerismo duro y deberá hacer su propia construcción de poder interno. Además no logró mayoría en las Cámaras legislativas. Si quiere gobernar con el viejo sistema de ´escribanía´ no va a poder porque tiene un porcentaje muy alto en contra y deberá negociar permanentemente con Macri. Por eso yo creo que esto es un ´triunfo´ para Macri que deberá capitalizar estos porcentajes y erigirse como jefe de una fuerte oposición. Tal es así que fue evidente que en el cierre de campaña de Cambiemos se vivió ese clima triunfalista. Todo esto replantea el mapa mismo del poder en la Argentina, porque comienza a haber un equilibrio importante de voluntad popular, más allá que gobierne uno u otro sello partidario”, explica el liberal entusiasta.

Agudizando la mirada

Más allá de la lectura ´optimista´ de los simpatizantes de Cambiemos, desde la oposición también se levantaron voces que casi advirtieron que es importante comprender este ´país de mitades´, tal ´equilibrio de fuerzas´ Yin-Yang que comenzó a hacerse costumbre desde 2015 a esta parte, no solo para gobernar, sino para entender la construcción que se debe encarar como sociedad conviviente con modelos antagónicos de desarrollo, crecimiento y convivencia social. En su columna del lunes el periodista radial Fernando Borroni fue uno de los que lo advirtió con contundencia al analizar este 40% que no votó a Fernández-Kirchner y que dejó con amplia fortaleza al oficialismo.

Vidal “no perdió ni un voto”

Es para tener en cuenta que en provincia de Buenos Aires por ejemplo, María Eugenia Vidal sacó exactamente la misma cantidad de votos que en las generales de 2015 (39%), y que además contuvo a buena parte de los intendentes propios de Cambiemos. La Plata, Tres de Febrero, Lanús, Mar del Plata, Pinamar, Olavarría, Bahía Blanca y Vicente López se convirtieron en las principales victorias del armado bonaerense que perdió 14 municipios pero que ganó 7 que no se encontraban en su poder.
Y aunque para muchos Vidal “quedó en la mira de la Casa Rosada porque la provincia no acompañó (como en las PASO) la remontada general de Macri”, atribuyéndolo a que optó por hacer una campaña más autónoma despegándose y reservándose, para otros la gobernadora es la gran diferencia para sedimentar el post-macrismo e incluso la definen como “la reserva política exitosa de Cambiemos”.
Al tener la misma cantidad de votos que en 2015, más la buena elección en 2017, Vidal queda con un poder suficiente como para sentarse a negociar de otra forma con Kicillof. Es que tanto en la Cámara de Diputados provincial como la de Senadores será la primera minoría y tendrá la capacidad de poder frenar o permitir que avance cualquier norma que el gobernador electo decida aprobar. “Por esto hicimos una elección tremenda”, festejaban en el salón vip de Costa Salguero en donde se encontraban los miembros del gabinete de Vidal.

El relame de la alquimia numérica

En esta misma línea sobre ´la derrota que no fue tal”, reflexionaban referentes como Aníbal Ibarra y Eduardo Epsteyn analizando de fondo, el origen de los votos de la elección del domingo, datos que publicó el analista Zuleta Puceiro, advirtiendo que “como todo análisis pos electoral se trata de hipótesis y especulaciones, pero sirven para el análisis”.
De acuerdo a la radiografía de guarismos, los números indican que efectivamente el oficialismo si bien no ganó, no salió mal parado en términos de poder. Los datos duros a reflexionar línea a línea indican:
.“A Macri lo votaron 2.348.000 personas más que en las PASO, y a Alberto Fernández 267.000 más”.
. “Hubo 480.000 votos en blanco menos. Lo que equivale a casi 500.000 personas disconformes en las Paso que decidieron salir a votar para evitar que ganara el peronismo”
. “Centurión, Espert y Lavagna perdieron 870 mil votos, que pudieron alimentar el voto a Macri”.
. “Se sumaron 735 mil personas que no habían votado en las Paso”.
. “De las cuatro fuerzas que no alcanzaron el piso para ir a las generales, tres son de centro derecha y totalizaban 128.000 votos. Esos votos pudieron ir también a Macri”.
De este modo, Mauricio Macri había definido como un «palazo» la derrota en las PASO, esta vez repuntó más de 7 puntos, alcanzó el umbral del 40% y recuperó todo el corredor central del país. Si bien perdió la presidencia y acotó la experiencia de Cambiemos en el poder a cuatro años, quedó muy bien parado para la etapa posterior, y sobre todo amplió la brecha representativa en las urnas de la derecha liberal. Con esto, fuera y dentro del país sus íntimos ya promueven que “difícilmente el resto de los actores de su espacio puedan ignorar que Macri es la principal figura de la oposición a nivel nacional”. Y él mismo ya dio una pista cuando dijo que continuaría trabajando con ese objetivo. Con este resultado, para el oficialismo la gira «Sí se puede» fue un éxito de recuperación electoral y de afiance de ideología pura.

Larreta, otro “reservorio” fortalecido

Además de la buena perfomance de Vidal, de la digna capitulación de Macri y del afiance de la derecha en las urnas, los entusiastas liberales afirman que en Ciudad de Buenos Aires, “por primera vez desde que los jefes de gobierno se eligen por el voto popular, no es necesario recurrir a un ballotage, porque Horacio Rodríguez Larreta consiguió ser elegido con un resultado abrumador de 55% de los votos y 20% de diferencia sobre Matías Lammens. No solo quedó como el único representante de Pro con control territorial tras las derrotas de Macri y de Vidal, sino que se perfila como la figura aglutinante del posmacrismo. Sin embargo, no estará solo al frente de ese proceso. Es clave su buena relación con Vidal, con el radicalismo, con Monzó y con Frigerio”, afirman las fuentes internas.

El dominio sobre el centro del país

Así las cosas, manteniendo Cambiemos un contundente dominio sobre CABA, con una muy buena elección de Vidal que de 2015 a la fecha no perdió ni un voto, y considerando las provincias que retuvo el liberalismo, hay que pensar en una conducción difícil del peronismo y sobre todo una puja permanente por el retorno al poder cada cuatro años si no se revierte esta construcción ´ideológica´ que logró dejar plantada Cambiemos. De hecho, ya surgió un ruido mediático ´amarillo´ de “independizar a la Argentina del Centro” (ver https://www.perfil.com/noticias/actualidad/argentina-del-centro-idea-para-independizar-cinco-provincias-que-gano-mauricio-macri.phtml )
Se basa en el cuadro que quedó plasmado el domingo donde según los analistas, “Fue muy notable el cambio que se produjo en el resultado electoral en toda la franja central del país, una zona marcada por la actividad rural y por centros urbanos de clase media. Macri no solo logró dar vuelta la elección en Mendoza, que había perdido en las PASO, sino que también se anotó ajustados triunfos en dos provincias muy difíciles para Cambiemos, como Santa Fe y Entre Ríos. A eso se sumó que amplió su ventaja en Córdoba, por lo que si se agrega su triunfo en Capital se quedó con todos los principales distritos, con excepción de la provincia de Buenos Aires. También fue sorprendente su éxito en San Luis”.
En fin, la transición comenzó y con sonrisas de consenso y palabras de comprensión en pos del desvencijado bien común, porque como decía Pablo Castellano Cardalliaguet al fin y al cabo,“el liberalismo consiste en privatizar las ganancias y socializar las pérdidas”, no?

Fuentes: NA, Continental, Perfil, LN, propias

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