Un nuevo incendio amenaza las mansiones de Los Ángeles

Una enorme columna de humo en medio de Los Ángeles recordaba este lunes por la mañana a California el peligro que suponen las extremas condiciones de sequedad y viento que obligaron a declarar el estado de alerta en todo el Estado durante el fin de semana. Los matorrales de las colinas al lado del museo Getty comenzaron a arder de madrugada por causas desconocidas. Se trata de un enclave rural en el oeste de la ciudad que atraviesa algunos de los barrios más ricos de Estados Unidos y que se sumó a la docena larga de incendios activos en el Estado, uno de los cuales amenaza poblaciones enteras al norte de San Francisco.
El incendio del Getty era pequeño en extensión a primera hora de la mañana, con unas 200 hectáreas quemadas, pero su cercanía a las casas disparó la sensación de peligro en la ciudad de Los Ángeles y paralizó un lunes por la mañana una de las zonas más privilegiadas del mundo. La autopista 405, que sirve como arteria esclerosada para mover todo el tráfico del oeste de la ciudad, fue cortada por razones de seguridad en plena hora punta. Las clases se suspendieron en todos los colegios de Santa Mónica y Malibú, así como en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), cuyo campus está a pocos kilómetros del incendio.
Mientras, en la zona vinícola al norte de San Francisco, la extensión del incendio bautizado como Kincade se había duplicado prácticamente durante el fin de semana y ya abarcaba 27.000 hectáreas. Las rachas de viento superaron las previsiones y llegaron en ocasiones a los 160 kilómetros por hora. En vídeos compartidos en redes sociales se podían ver árboles ardiendo en cuestión de minutos. El fuego había crecido tan rápido que los bomberos anunciaron que ya no estaba controlado al 10%, cifra del domingo, sino al 5%.

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