SEGÚN UN INFORME DEL INTA

Dos millones de hectáreas corren riesgo de incendio en la provincia de La Pampa

Según un informe del INTA, un área equivalente a aproximadamente el 14 por ciento de la superficie de la provincia de La Pampa fue clasificada como de alta peligrosidad para la próxima la temporada que va de noviembre de 2019 y marzo de 2020.
El índice de peligrosidad de incendios del INTA confirma que casi tres millones de hectáreas del sudoeste de Buenos Aires, La Pampa y Río Negro están en riesgo. El índice de peligrosidad de incendios del INTA confirma que casi tres millones de hectáreas del sudoeste de Buenos Aires, La Pampa y Río Negro están en riesgo.

Pronóstico de alerta

Desde 2016, el INTA de La Pampa realiza un pronóstico con los lugares de mayor riesgo de incendio en la temporada estival, cuando se generan las altas temperaturas y, por este motivo, aumenta el peligro de incendio.
Pablo Vázquez, especialista en gestión ambiental y recursos naturales del INTA Anguil, explicó a la Agencia CTyS-UNLaM: “Las áreas que habíamos identificado en riesgo en 2016 coincidieron con los lugares donde, luego, ocurrieron los incendios más fuertes”.
“Al año siguiente, volvimos a hacerlo y encontramos nuevamente coincidencias”, agregó el experto. Tras tres años de campañas, el informe concuerda en un 85 por ciento con las zonas en las que posteriormente ocurrieron siniestros.
En 2016, se identificaron tres millones de hectáreas en alerta, mientras que la cifra disminuyó a dos millones para las siguientes temporadas de altas temperaturas en el informe presentado en mayo de este año.
En cuanto a los incendios reales, solo en La Pampa ardieron desde 2016 más de un millón y medio de hectáreas cada año, lo que representa casi 50 veces el promedio histórico de la provincia y aproximadamente un 10 por ciento de la superficie total de La Pampa.
La excepción fue el año 2018. Si bien se habían identificado dos millones de hectáreas de alto riesgo, solo se incendiaron 150.000 debido a las condiciones húmedas de ese verano en particular.
Según indicó Vázquez, los factores que hacen a una zona más propensa a quemarse son: “La acumulación de material fino (pastizales secos), necesario para que el fuego pueda iniciarse, y un registro de más de diez años sin prender, ya que esto implica elevadas acumulaciones de material combustible, la presencia de leñosas y de procesos arbustivos”.
También resaltó la relevancia de tener en cuenta “la accesibilidad al lugar, ya que el riesgo de un sitio alejado y con malos caminos será mayor al de uno cercano a dotaciones de bomberos y Defensa Civil, con buenas rutas.”
Además, son considerados en la evaluación la cercanía a sitios urbanizados, reservas naturales, tendido eléctrico de alta tensión y presencia de gasoductos.

Prevención

La ventaja que tiene la realización de este tipo de informes es organizar la acción preventiva. Son entregados al gobierno provincial, Defensa Civil y al Sistema Federal de Manejo del Fuego (Ministerio de Seguridad de la Nación) con seis a ocho meses de anticipación a la temporada de incendios.
El investigador afirmó que “la entrega de la información a las autoridades pertinentes permite que sea evaluada a campo para definir sitios más peligrosos donde deberían repasarse las picadas, priorizar quemas prescriptas y decidir dónde ubicar estratégicamente las bases operativas transitorias (BOT). Es una herramienta de apoyo logístico”.
En 2016, el INTA realizó un informe de estado de situación de las condiciones de peligrosidad de incendios a solicitud del Estado provincial. El trabajo coincidió con el área incendiada posteriormente ese año con mucha anticipación, por lo cual se decidió perfeccionar el modelo y evaluarlo más profundamente. Este es el cuarto año consecutivo que se realiza y la idea es continuarlo todos los años. (Fuente: Agencia CTyS-UNLaM)

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