En los últimos años se ha evidenciado un fuerte crecimiento en Argentina del desarrollo de las energías renovables. De hecho, desde la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia, este tipo de mecanismos se incrementó considerablemente, enfocándose específicamente en la energía eólica y solar. Chubut, al igual que casi toda la Patagonia y sur del país cuentan con una predominancia lógica del recurso eólico.
No obstante, por las restricciones cambiarias y la suba del riesgo país, las energías renovables están atravesando una coyuntura complicada en Argentina. Este fue uno de los temas centrales de los que se habló en la cuarta edición de AIREC Week, el evento de networking de energías limpias más importante de nuestro país. En dicha oportunidad, los participantes coincidieron en que no están dadas las condiciones para el lanzamiento de la ronda 4 del Renovar, y remarcaron la necesidad de impulsar proyectos de menor escala con capital propio para poder salir adelante.
Al respecto, el presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER), Marcelo Álvarez, especificó que “la diversificación de la matriz energética no es una mera sustitución tecnológica sino un salto cualitativo, que involucra al ciudadano en la generación y gestión de la energía. Por ende, debemos tratar esto como una política de Estado. Hay oportunidades y posibilidad de desarrollar buena parte de la cadena de valor localmente y para eso hacen falta políticas de estímulo activas”.

Proyectos de menor escala

A su turno, Marcelo Lando, CEO de Ledesma Renovables, realizó una propuesta alternativa para enfrentar a la crisis actual. Particularmente, apuntó que “si los problemas económicos no se solucionan al corto plazo, hay que apelar al desarrollo de proyectos de menor escala financiados bajo la modalidad full equity, es decir con capital propio. El mundo en general está avanzando en una dirección y a pesar de los problemas no podemos escapar de esa tendencia. Lo que ocurre es que sin financiamiento vamos a crecer mucho más lento”.
Por su parte, Martin Parodi, director general de Total Eren Argentina, manifestó que “el sector necesita continuidad porque hay un mercado hecho para las renovables”. Asimismo, apuntó contra los problemas que recientemente atravesó su compañía: “Si bien no tuvimos inconvenientes con los proyectos solares, sufrimos las consecuencias del deterioro de la macroeconomía en los proyectos eólicos. Sumado a eso, en medio de la construcción de los parques Malaspina y Vientos de Hércules, la firma alemana Senvion proveedora de aerogeneradores se declaró insolvente”.

Implicancia en las provincias

En este contexto, el diputado Juan Carlos Villalonga hizo referencia a esta problemática, considerando que “es mucho lo que se juega en el terreno de las provincias”. En el marco de la idea que los distritos pretenden trasladarse de los recursos fósiles a los renovables, el legislador afirmó que “hay muchas ideas con las que debemos batallar, es común escuchar que las energías limpias no dejan ganancia pero hay que derribar ese pensamiento difundiendo entre otras cosas la generación distribuida”.
Algunas provincias como Córdoba y Mendoza se mostraron abiertas al modelo de generación de energía eléctrica por medio de muchas pequeñas fuentes de energía cercanas a la zona de carga. Al respecto, Villalonga destacó que “es fundamental que las provincias que ya dieron el paso en cuanto a generación distribuida cuenten su experiencia a las demás porque hay que saldar una grave incomprensión”.

Del quién al para quién

En el panel dedicado al análisis macroeconómico, Ramiro Castiñeira, economista de Econométrica S.A., reflexionó hacia el futuro: “Argentina apuesta al mercado interno cuando todo el mundo apuesta a la globalización. En los primeros seis meses de la nueva gestión vamos a saber qué va a pasar en los próximos cuatro años”.
Segundos después formuló las siguientes preguntas: “¿Qué Alberto Fernández se va a sentar a negociar?, ¿el de los 90?, ¿el del kirchnerismo o el peleado con el kirchnerismo? Hay muchos Alberto Fernández, pero el 10 de diciembre solo uno se sienta en la silla”. Además, concluyó: “Si Argentina no se sube al tren de la globalización es porque no quiere cambiar las reglas”.