LA HABÍA RECIBIDO COMO REGALO Y UNO DE SUS AMIGOS HABRÍA INTENTADO VENDERLA

Una computadora, el aparente móvil del brutal asesinato del joven de 18 años

Mientras que los dos principales acusados por el crimen de Eduardo Agustín Tesoro permanecen detenidos, avanza la investigación de la Fiscalía sobre el entorno de los tres involucrados en el hecho de sangre, ocurrido el pasado jueves 7 de noviembre en las inmediaciones de Playa Kaiser.
Por su parte, “J. S.”, de 18 años, permanece alojado en una dependencia policial local, mientras que el menor de 16 años fue enviado al COSE.
Las evidencias recolectadas hasta el momento apuntan a que el móvil del homicidio habría sido una costosa notebook que a la víctima le había regalado su padre, la cual había intentado ser vendida por uno de los imputados y, al intentar recuperarla, se desencadenó el conflicto que terminó con la vida de Tesoro.
El brutal ataque, según la hipótesis de los investigadores, habría sido cometido en el sector del Playa Kaiser donde, horas después, una persona que corría en la playa se encontró con el cuerpo de la víctima, dando aviso inmediato a la Policía.
También, se conoció que ninguna de las personas involucradas en el hecho, tanto al propia víctima como los dos acusados, contaba con antecedentes penales de ningún tipo; no obstante, la carátula de “homicidio agravado” y el hecho de que los presuntos atacantes hubieran trasladado a la víctima a un sitio donde se encontraba indefensa, podría llevar al menos al mayor de los detenidos a recibir la pena de prisión perpetua, en caso de que la causa sea llevada a juicio y que éste sea declarado culpable.

Búsqueda de comprador

Según información de la causa a la que tuvo acceso El Diario, todo comenzó cuando el padre de la víctima, que trabaja en la industria pesquera y se encontraba hasta entonces embarcado, le regaló una computadora “gamer”, diseñada para videojuegos, cuyo valor de mercado asciende a aproximadamente 100 mil pesos.
La víctima habría intentado venderla y se la habría entregado a uno de sus dos amigos para que pudieran hallar a un comprador; sin embargo, tras enterarse de la situación, la familia de la víctima lo había instado a que recuperara el dispositivo.
Una vez que el joven intentó hacerlo, se desató la disputa entre los tres y, finalmente, la víctima terminó siendo ultimada en las inmediaciones de Playa Kaiser, a unos 500 metros de la denominada “curva del Indio”.

Encontraron la computadora

El desenlace del hecho parecería ser paradójico teniendo en cuenta el posible móvil, pero la evidencia recabada hasta el momento indica que los dos amigos de Tesoro habrían querido hacerse con el dinero de la venta de la computadora.
Uno de los imputados se resistía a declarar ante la Justicia aduciendo problemas de salud pero, cuando finalmente lo hizo, testificó que había devuelto el dispositivo electrónico a la víctima y que, inclusive, lo había hecho dentro de una bolsa de compras para que Tesoro no anduviera en la vía pública con un artefacto tan llamativo, quedando expuesto a un posible hecho de robo.
Sin embargo, según la policía, la computadora terminó siendo encontrada en uno de los allanamientos realizados en el domicilio de uno de los detenidos: todavía no había sido vendida.

Analizan manchas hemáticas

Otro dato sobre el cual avanza la Justicia Penal se desprende de las requisas domiciliarias, donde los agentes de la División Policial de Investigaciones (DPI) secuestraron zapatillas y vestimenta con presuntas manchas hemáticas, las cuales fueron enviadas al CCT Conicet-Cenpat para las correspondientes pericias a cargo del área encabezada por el genetista Néstor Basso, que trabajó en varios casos policiales, entre ellos el femicidio de Diana Rojas.
La acusación de la Fiscalía es por “homicidio agravado”, teniendo en cuenta que la información recolectada hasta entonces permitiría no sólo determinar un posible interés de los aparentes autores del crimen por quedarse con el bien valuado en unos 100 mil pesos, sino que también los mismos pudieron ser ubicados en tiempo y lugar.

Localizados en el lugar

Sobre esto último, en la declaración de uno de los acusados, este dijo que le había devuelto el dispositivo electrónico a Tesoro y, a su vez, que no había salido de su casa durante la madrugada del jueves, momento en que la víctima fue asesinada.
Esta versión fue respaldada, incluso, por la tía de uno de los detenidos, que advirtió que su sobrino “no salió de la casa” y que “es un perejil”.
No obstante, al momento de testificar, los investigadores constataron y explicaron al imputado que el registro de la antena de los teléfonos celulares lo ubicaban tanto a él como a su otro amigo –y presunto autor– y a la víctima en las inmediaciones de la avenida Hansen, a pocos metros del lugar donde finalmente fue hallado el cuerpo.

Cómo lo llevaron al lugar

Lo que todavía no fue determinado, pero que no impediría que la Justicia avance con las pruebas sobre los acusados, es cómo arribaron a Playa Kaiser los dos presuntos autores y la víctima.
Aparentemente, se habrían trasladado en un vehículo, lo que siembra dudas respecto de si Tesoro acudió al lugar engañado, para luego ser atacado en la zona de arbustos, desde la cual el cuerpo fue posteriormente arrojado hacia la playa, o bien si fue llevado en un vehículo ya golpeado.
Las manchas hemáticas requisadas en el sitio donde hallaron el cadáver no indican un rastro extenso, por lo que se presume que el joven habría sido asesinado en el lugar.

Alevosía

Para los fiscales del caso, Daniel Báez e Ismael Cerda, el homicidio fue cometido con alevosía, no sólo por las características de la agresión –dos puñaladas en el cuello y cinco en el abdomen–, sino también porque la víctima fue trasladada a una zona alejada del casco urbano “para actuar sobre seguro” y en horario de madrugada.
Además, uno de los imputados practicaba Tae Kwon Do, entendido como un agravante por la Justicia, ya que su destreza lo habría puesto en superioridad de condiciones físicas frente al joven de 18 años.
Como si ello fuera poco, el informe del Cuerpo Médico Forense concluyó que fueron dos las armas blancas que provocaron las heridas, aunque las mismas todavía no pudieron ser incautadas ya que no se encontraron en las viviendas requisadas.

Sin antecedentes

Lo verdaderamente llamativo del caso es que, de comprobarse fehacientemente que los dos jóvenes actualmente imputados cometieron el crimen, la motivación del mismo dejaría entrever un homicidio motivado por el interés económico de los participantes.
Por un lado, el ofrecimiento de uno de los amigos de la víctima para vender su computadora y contar con dinero en efectivo y, por el otro, la intención de este último –o estos últimos– de no desprenderse de la misma, llegando al límite de quitarle la vida a su propietario y cometiendo errores que dan cuenta de un plan que los habría superado.
Ello es explicado, en principio, por la negativa de los acusados sobre su presencia en el lugar, luego de lo cual las pericias informáticas determinaron que sus teléfonos celulares estaban activados cerca del predio donde Tesoro fue asesinado; y, por otra parte, las presuntas manchas hemáticas halladas en la vestimenta incautada, y la propia computadora que según la Justicia se encontraba en el domicilio de uno de los imputados.
Otro aspecto que llama la atención es que ninguno de los dos acusados -así como tampoco la víctima- contaban con antecedentes penales, lo que obedecería a un hecho consumado desde la impulsividad de apropiarse del bien del joven de 18 años.

Las últimas horas de la víctima

Sobre las última vez en la que Tesoro fue visto con vida, fuentes judiciales indicaron que el joven abandonó la vivienda del barrio Pujol en la que convivía con su familia alrededor de la una de la madrugada del jueves; horas después, el cuerpo del joven sería hallado por un ocasional corredor a escasos metros del Club de Rugby, en la zona de Playa Kaiser.
Desde la familia de uno de los acusados indicaron que el individuo nunca salió de su casa del barrio San Miguel durante la noche del miércoles y la madrugada del jueves, no obstante la evidencia recabada por la Fiscalía habría desestimado dicha versión.
Tesoro, además, sufrió una fuerte golpiza con lesiones traumáticas tanto en su rostro como en uno de los miembros superiores, mediante golpes de puños y patadas; al mismo tiempo, presentó múltiples lesiones cortantes, entre ellas heridas defensivas en la mano y siete puñaladas, dos en la región lateral derecha del cuello y cinco en el abdomen, de acuerdo a la pericia forense. El informe concluyó que las lesiones en el paquete vascular de cuello fueron las que finalmente le ocasionaron la muerte.

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