El impuesto al movimiento, ahora en Chubut
Por Lazarillo de Tormes
Por estos días, buena parte de la ciudadanía manifestó su rechazo a algunas de las medidas nacionales que impactarán en la “parte dólar” de la economía individual, principalmente en relación al efecto de la solidaridad propia en manos ajenas, que encarecerá las compras de dólares y las compras “en” dólares, tanto de bienes como también de servicios.
Si bien desde el llano se aclaró que el 30 por ciento de recargo o penalización se convertirá en un 8 por ciento para servicios digitales como Netflix, Spotify, Tinder y similares, en Chubut la lupa parecería estar puesta en replicar dicho impuesto, con claros fines recaudatorios.
Impuesto, regulación, subsidio
El dos veces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, fue un acérrimo defensor de la presión impositiva que en dicho país prevalece hasta la actualidad.
Una de sus frases más reconocidas rezaba: “Si se mueve, póngale un impuesto” (“If it moves, ‘tax’ it!”), corolario de uno de los aspectos más fuertes de su gestión, donde la recaudación impositiva se encontraba a la orden del día.
No obstante, la conocida frase del mandatario, que supo llevar adelante una prolífica carrera como actor antes de dedicarse a la política, no termina allí: “Si se mueve, póngale un impuesto. Si se sigue moviendo, regúlelo. Y si deja de moverse, subsidielo”.
Doble impuesto
En la provincia de Chubut, el Código Fiscal aprobado durante la última Sesión Extraordinaria, incluye una letra para nada chica que establece que “todas las compras que realicen desde Chubut a través del comercio electrónico tendrán un recargo por Ingresos Brutos”.
Concretamente, aquél ciudadano o ciudadana con residencia en la provincia, que adquiera un bien o contrate un servicio cuyo destino de pago se encuentre fuera del país, deberá pagar dicho “plus”, con el sólo fin de incrementar la recaudación de las arcas del Gobierno Provincial.
El impacto en las TICs
Lo que parecería no haber sido analizado, previamente o durante la fugaz Sesión que despidió un extraño 2019, es el impacto que dicho impuesto, ahora por partida doble (Nación/Provincia) tendrá en uno de los sectores que atraviesa un pleno desarrollo a nivel provincial, que es el de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs).P
En el caso de Puerto Madryn y Trelew, ambas ciudades apuntan a consolidar un segmento donde el emprendedurismo se ha visto reflejado en las últimas convocatorias a ExpoTIC, un evento que reúne a desarrolladores y especialistas de distintas ramas de la informática.
Ocurre que, en una amplia mayoría, quienes se dedican al desarrollo de productos informáticos utilizan software y servicios internacionales, sujetos al ahora “doble impuesto”, algo que encarecerá no solamente el costo para producir, sino el precio final de este tipo de servicios.
¿Qué hacer?
Cabe recordar -y destacar- que Puerto Madryn produce software “for export”, es decir, para otros países que contratan los servicios de un espacio que se encamina a constituir el Polo Informático en la ciudad del Golfo, el próximo año.
Eso sí, con viento a favor, y con la tremenda ironía que el tan polémico “impuesto al viento”, que en su momento no prosperó, ahora parecería haber vuelto con el “impuesto al movimiento”, muy al estilo de Reagan, pero en español y con impronta chubutense.
Lo que resta conocer es si, una vez en su plena aplicación, el Estado Provincial sabrá qué hacer con lo recaudado o continuará siendo deficitario, no sólo en términos económicos.
Los “vikingos”, ejemplo a seguir
Lo cierto es que en países como los nórdicos, donde la presión impositiva es de las más altas del mundo, los ciudadanos y ciudadanas viven mejor porque ven reflejado en su día a día el producto del casi medio salario que el Estado utiliza para mejorar rutas, espacios públicos, educación, seguridad y salud, entre otras cuestiones; todas ellas, áreas que hoy se encuentran en serios aprietos en el territorio provincial, principalmente por falta de fondos o por la incorrecta administración de los mismos.
En una provincia donde el uso del dinero público evoca serios cuestionamientos, fabricar impuestos para recaudar más sin ofrecer nada a cambio, parecería constituirse como una mala copia de una vieja, vieja gestión, donde un gobernador -casualmente Ronald Reagan- dos veces electo en el Estado de California (1966 a 1975), dijo algo un poco cierto: “No tenemos una deuda de 3 mil millones de dólares porque no hayamos cobrado demasiados impuestos. Tenemos una deuda de 3 mil millones de dólares, porque gastamos demasiado”.