UNA FAMILIA NECESITA MÁS DE 37.500 POR MES PARA CUBRIR LAS NECESIDADES BÁSICAS

La Patagonia es la segunda región con menos pobreza crónica de todo el país

A los argentinos cada vez les cuesta más poder hacer frente a todos los bienes y servicios necesarios para vivir, por lo que cada vez más ciudadanos caen por debajo de la línea de la pobreza. En las últimas horas el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer información en la que se precisó que una familia compuesta por dos adultos y dos niños, que no tiene que pagar el alquiler de su vivienda, necesitó durante noviembre 37.596 pesos para cubrir todas las necesidades esenciales, mientras que para no caer en la indigencia se precisaron 15.098,79 pesos.
Según los datos oficiales, ese el salto más importante del año, con una suba de 5,5% si se compara con los números de octubre. En tanto, en lo que va del corriente año, la canasta de la pobreza ya registró una variación positiva en orden del 42%. Específicamente, el incremento de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que marca el límite entre la indigencia y la pobreza, fue del 6,3% respecto de los niveles de octubre, en tanto la canasta básica total (CBT) tuvo una suba mensual del 5,5%.
Teniendo en cuenta estos incrementos, resulta que ambas canastas aumentaron en noviembre más que la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que tuvo una suba de 4,3%. Esto se debe, básicamente, a que en los últimos registros hubo un incremento mayor que la inflación general en los alimentos básicos.
En la medición interanual, las dos canastas registraron una suba del 49,2%, indicó el organismo estadístico nacional. Vale destacar que la CBA se define como el conjunto de diversos alimentos, expresados en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades de calorías de un hogar promedio. La CBT, en tanto, incluye bienes y servicios no alimentarios, como vestimenta, transporte, educación y salud.

Situaciones particulares

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Dentro de la población argentina, hay un grupo de personas que tiene la menor probabilidad de salir de la pobreza, aún en períodos de crecimiento económico. Esto es lo que se denomina “pobreza crónica”, algo que refiere una situación aún más alarmante que la pobreza en general.
Específicamente, casi la mitad de las personas en situación de pobreza crónica tiene menos de 15 años, el 70% de los pobres crónicos tienen necesidades básicas insatisfechas en vivienda o educación, y los trabajos de los adultos son precarios y sin aportes a la seguridad social y cobertura de salud. Además, sólo tres de cada 10 tienen acceso a cloacas.
Para conocer la distribución geográfica de las personas en situación de pobreza crónica es crítico para diseñar e implementar políticas públicas exitosas que permitan erradicarla, lanzaron una plataforma digital que permite analizar la pobreza crónica en cada provincia, localidad y barrio.
Desarrollada por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) junto con otras tres organizaciones muestra que casi la mitad de las personas en situación de pobreza crónica residen en el Conurbano Bonaerense (24%) y en provincias de la región Pampeana (24%). Le siguen el Noresete Argentino, con el 22%; el Noroeste Argentino, con el 19%, y Cuyo, con el 8%. En contraposición, la Patagonia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen apenas 2% y 1%, respectivamente.
Conscientes de esta situación, el Ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, se reunió en el transcurso de esta semana con sus pares de las provincias para empezar a armar un programa federal de ayuda alimentaria y coordinar los programas sociales tendientes a reducir la pobreza en la Argentina.

Postura de Nación

Allegados a Arroyo comentaron ayer que la convocatoria a todas las provincias “sin distinción ideológica” responde a una primera reunión ya que “el Ministerio de Desarrollo Social no ha trabajado con las provincias en los últimos años para tener un trato directo con los gobernadores para coordinar las políticas sociales”. La idea es realizar este tipo de encuentros cada dos meses.
Ante de asumir la presidencia, el equipo de colaboradores de Alberto Fernández identificó 1.000 puntos críticos de pobreza. Se trata de barrios del conurbano bonaerense, Rosario, Córdoba, Mendoza, Tucumán y varias ciudades del norte argentino donde la gente padece hambre de verdad, como salteado o carece de un alimento diario.
Allí el Gobierno Nacional establecerá un acuerdo con gobernadores e intendentes para hacer llegar alimentos de forma inmediata. Es que los datos que maneja Arroyo sostienen que en muchos de esos puntos críticos hay “hambre severa”. Esto es: chicos que comen salteado o no comen durante un día entero.
El mapa de la pobreza crónica también puede ser utilizado como una herramienta de gestión para el gobierno nacional, los gobiernos provinciales y los gobiernos municipales ya que les permitirá afinar los detalles de las políticas para abordar la situación de la pobreza en las zonas de mayor urgencia.

Aumento en toda la región

Situando lo que sucede en Argentina en un contexto aún más general, resulta que en 2019 los niveles de pobreza en Latinoamérica han vuelto a subir, después de que en 2018 se mantuvieran estables respecto al año anterior. La subida sigue la tendencia al alza registrada desde el fin del “boom” del precio de las materias primas en 2014, cuando terminó lo que se conoce como la “década de oro” de la economía regional. Dentro de la región, las cifras negativas afectan más a Sudamérica, sobre todo el peso de las situaciones en Venezuela, Brasil y Argentina.
Entre 2002 y 2014 la pobreza bajó del 45% al 27,8% de la población. En 2015 volvió a subir de nuevo, estabilizándose en 2018, pero experimentando un nuevo aumento este año que termina, en el que habrá alcanzado el 30,8%, según las previsiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la comisión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el desarrollo económico y social latinoamericano. En este contexto de empeoramiento de las condiciones de vida, especialmente en Sudamérica, han tenido lugar las protestas políticas y sociales que han marcado 2019.
En su informe Panorama Social 2019, publicado recientemente, la CEPAL calcula que este año la pobreza extrema habrá subido al 11,5% de la población, en un ascenso constante desde que en 2014 marcó un mínimo del 7,8%. Así, este año se habrá alcanzado un total 191 millones de pobres, de los cuales 72 millones corresponden a personas en extrema pobreza; es decir, que este año cerrará con 27 millones más de pobres que en 2014, casi todos ellos en condiciones de pobreza extrema.

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