CREER O REVENTAR

¿Qué dicen los anillos de polvo alrededor del Sol?

Desde el origen de los tiempos, el hombre ha vivido con fascinación los eclipses solares. Este fenómeno de alineación entre el Sol, la Luna que lo oculta a nuestros ojos y la Tierra es de mucho interés para los científicos, que sólo en ese momento pueden observar ciertos fenómenos que ocurren en nuestra estrella.
Pero la NASA ya no sólo mira al Sol desde tierra o desde satélites algo más cercanos. Desde el 12 de agosto de 2018, tiene un infiltrado solar, la sonda Parker, que en estos momentos se encuentra a tan sólo 24 millones de kilómetros del Sol, es decir, unos 35 radios solares: una distancia nunca antes alcanzada por una misión espacial. Los misterios que desvela se han hecho públicos días atrás, en una serie de artículos simultáneos de la revista Nature.

Una misteriosa zona libre de polvo

Alrededor del Sol hay múltiples anillos de polvo. Están en las órbitas de los planetas, como la Tierra, Venus o Mercurio. Son los vestigios de la formación del Sistema Solar, restos de cometas y escombros de las colisiones de asteroides. Los científicos los estudian para saber su composición y cómo se mueven en el espacio. Con ello intentan entender el origen de los planetas.
El anillo de polvo en la órbita de Mercurio fue descubierto por casualidad el año pasado por los investigadores del Laboratorio de Investigación Naval de EEUU en Washington Guillermo Stenborg y Russell Howard. No buscaban el anillo en sí, sino todo lo contrario, una enigmática zona libre de polvo muy cerca del Sol de la que se habla desde hace décadas pero que nunca se ha visto.

Menos perfil de intensidad

Se cree que las altas temperaturas del Sol transforman en gas cualquier partícula de polvo muy próxima, dejando una discontinuidad de residuos llamada DFZ (siglas en inglés de Dust Free Zone). Como dar con esta región sin partículas sólidas es complicado si se mira desde la Tierra, Howard y sus colegas idearon una técnica y diseñaron un instrumento que se ha instalado a bordo de la sonda Parker para poder verla. Es la cámara Widefield Imager for Solar Probe (WISPR) que muestra ahora, por primera vez, los primeros signos de la existencia de la zona libre de polvo alrededor del Sol.
Lo que «WISPR ve, es una disminución muy suave en el perfil de intensidad» de luz reflejada por las partículas, «lo que indica que no se produce una desaparición repentina del polvo», ha afirmado a Russell Howard, autor principal del hallazgo publicado este miércoles en la revista Nature. Son datos preliminares en los que se constata una disminución en la intensidad de luz de la F-corona solar en comparación con lo que se ve -de nuevo- más allá» de esta zona oscura, ha explicado Howard.

Una antigua predicción

«De descubrirse que existe la zona libre de polvo, se confirmará una predicción hecha hace 90 años. Estas observaciones ayudarán a mejorar las teorías relacionadas con la forma en que el polvo pasa de ser una partícula sólida a un gas. Se desconoce la composición del polvo y se desconoce si hay más de un tipo», ha añadido.
El investigador espera a que la sonda Parker se acerque más al Sol para obtener datos definitivos de la zona libre de polvo. El 26 de diciembre, Parker ya volará cerca de Venus. A finales de enero de 2020, el satélite estará a tan sólo 28 radios solares de nuestro astro, con un alcance de visión de 8 radios solares. «Creemos que a esa distancia veremos la zona libre de polvo, a menos que ocurra algo nuevo», ha adelantado Howard.
El trabajo de Russell Howard y sus colegas, además, describe erupciones muy pequeñas de plasma expulsadas por el sol y que observan con dos formas, las denominadas cuerdas de flujo magnético (ya evidenciadas antes) y las islas magnéticas «predichas, pero aún no observadas» hasta ahora, como escriben en su estudio.
De este modo, los estudios publicados detallan los primeros resultados de la nave Parker, que estudió los anillos de polvo alrededor del Sol, el origen del viento solar y el campo magnético.

ÚLTIMAS NOTICIAS