La problemática del abuso sexual en menores continúa siendo motivo de preocupación, luego de que se conocieran las cifras de aquellos casos atendidos en el Hospital Zonal “Dr. Andrés Ísola” durante el curso del 2018.
Si bien la cifra supera los 90 protocolos de atención realizados a víctimas de este delito, entre ellas mayores y menores de edad, el dato más preocupante tiene que ver con aquellos niños y niñas atendidos en el Servicio de Pediatría, cuya edad varía desde los cero hasta los catorce años, y donde los casos se ubicaron en el 50 por ciento del total para el año que culminó.

Índices preocupantes

En este sentido, según información a la que tuvo acceso El Diario, hasta mediados de diciembre, los casos que atendió inicialmente el Servicio de Pediatría del Hospital y que derivaron en el protocolo de abuso sexual infantil totalizaron 45, donde el grupo etario afectado fue de cero a catorce años de edad; actualmente, un equipo interdisciplinario integrado por psicólogos y profesionales sanitarios trabaja en este tipo de hechos, asistiendo a las víctimas.
Asimismo, los más de 90 casos totales que incluyen los anteriores y mayores de edad, exhiben un indicador preocupante, habida cuenta de las resonantes causas judiciales que han tenido lugar en los últimos tiempos y que involucraron, en su mayoría, menores de edad; varias de las cuales finalizaron con veredicto de culpabilidad para los acusados.

Protocolo de asistencia

A nivel nacional, actualmente rige el Protocolo para la Atención Integral de Víctimas de Violaciones Sexuales, el cual “está diseñado para la atención de personas víctimas de violaciones producidas en cualquier etapa de sus vidas y hasta seis meses después del episodio” e “incluye los cuidados médicos y medidas preventivas de aplicación inmediata, y el procedimiento para realizar un ANP (aborto no punible) por causa de una violación”, según se explica desde el Ministerio de Salud de la Nación.
En el caso del abuso sexual infantil, el mismo “requiere de la intervención de un equipo especializado”, señala oficialmente la cartera sanitaria, advirtiendo que “en niñas y adolescentes, la presencia de un embarazo es, en muchas ocasiones, el primer signo de existencia de una situación de abuso” y remarcando que “en estos casos, y cuando es la voluntad de la víctima, debe procederse a su interrupción y luego derivarse al equipo más idóneo para el tratamiento del abuso sexual”.

Abordaje local

Normalmente, los equipos interdisciplinarios están integrados por un pediatra, un trabajador social, un bioquímico, un bioquímico, un psicólogo y un psiquiatra, con el fin de atender todas las eventuales necesidades de asistencia y contención de la víctima, tanto a nivel físico como también psicológico y emocional.
En cuanto al protocolo que se realiza en Puerto Madryn, una vez radicada la denuncia, la Justicia dispone que la primera actuación sea realizada por un médico forense, acompañado de un ginecólogo o ginecóloga; también, integran el equipo una pediatra y una psicóloga por parte del Hospital.
En el ámbito judicial, se encuentra disponible el Servicio de Atención a la Víctima y otras áreas de contención para la familia y el paciente; una vez que se realiza el protocolo, el seguimiento de la víctima tanto en lo físico como en lo psicológico, se lleva adelante por parte del equipo interdisciplinario encabezado por una pediatra y una psicóloga.

Abuso intrafamiliar

Según estadísticas nacionales, el 53 por ciento de los abusos ocurren dentro del hogar de la víctima y el 18 por ciento en la vivienda del agresor; el diez por ciento tiene lugar en la casa de algún familiar.
La mayoría de las víctimas, un 47 por ciento, tiene entre 6 y 12 años, mientras que un porcentaje menor pero significativo (28%) corresponde a menores de cero a cinco años, y el restante 25 a adolescentes entre los 13 y los 17 años.

La edad de los agresores

En cuanto a los agresores, en el 75 por ciento de los casos se trata de un familiar, en el 40 por ciento el padre y en el 16 por ciento, el padrastro.
Otro indicador no menor es que el 89 por ciento de los abusadores es de género masculino; de acuerdo al rango etario de estos últimos, el 49 por ciento tiene entre 18 y 40 años, el 39 por ciento entre 41 y 60 años, y el 12 por ciento, más de 61 años.