MADRYN LOGRÓ A UN MES DE GESTIÓN DE GUSTAVO SASTRE, SENTAR A LAS PRINCIPALES FUERZAS VIVAS LOCALES A PENSAR UNA MESA AMPLIA CON MENOS HAMBRE. EN PATAGONIA EL LIBERALISMO DEJÓ UN DESASTRE SOCIAL CON 295 MIL POBRES, 120 MIL PERSONAS QUE BUSCAN EMPLEO Y 93 MIL QUE TRABAJAN EN NEGRO. EL ESTABLISHMENT SABE QUE DEBE ESTABLECER OTRAS REGLAS PARA ZANJAR ASIMETRÍAS

El hambre no es un juego

Por Trivia Demir

Una mesa sumamente amplia de mentes pensantes, voluntades latentes y caras apesadumbradas sintetizó en fotos el interesante apoyo que comprometieron ayer más de setenta entidades del Golfo Nuevo que apoyarán a la Municipalidad de Puerto Madryn en su estrategia contra las asimetrías sociales, la pobreza y lo que políticamente se sintetiza como “hambre”.
La iniciativa promete un abordaje interdisciplinario para acompañar las políticas públicas que liderarán localmente el alcalde Gustavo Sastre y su vice, Noelia Corvalán, comandando un gabinete joven y con fuerte sentido solidario. Pero además se sabe que habrá banca constante y sonante de parte de las empresas en el marco de sus políticas de Responsabilidad Social Empresaria en un momento donde los municipios chubutenses que ya fueron anticipados sobre la imposibilidad de asistencia provincial, y que vienen cobrando porcentajes mínimos de lo que les corresponde por coparticipación federal dada la situación macro, deberán tener la repentización de reflejos para conseguir alternativas de financiamiento tal como lo está haciendo Sastre, apuntalado por su hermano, el vicegobernador que ayer fue otro protagonista de la convocatoria.

La otra gestión

Mientras esto sucedía en Madryn, en Buenos Aires, el gobernador Mariano Arcioni, junto a la ministra de Desarrollo Social, Familia, Mujer y Juventud, Cecilia Torres Otarola, se reunieron con el ministro de Desarrollo Social de Nación, Daniel Arroyo, para firmar la adhesión al ‘Plan Argentina contra el hambre’, y contar con el acceso a líneas de capacitación para la población mediante el financiamiento a productores de la economía social y popular, y asegurarse 12 mil tarjetas “Alimentar”, lo que equivale a más de 60 millones de pesos que se sumarán cada mes “para garantizar el acceso a la alimentación de quienes más lo necesitan”, dicen.
El interrogante es en una provincia con más de 500 mil habitantes, de los cuales casi el 10% tiene complicaciones de empleo, de ingresos genuinos y por ende de alimentación, a donde irán a parar las 12 mil tarjetas de asistencia y en todo caso, si alcanzan.
Para Patagonia pensar en términos de escasez tanto como para hablar de “hambre” es preocupante, y en ese marco, más que entendible que movilice a las fuerzas vivas. Porque es una realidad innegable y ya cuantificable. Que la cuarta provincia exportadora de la Argentina esté con serios indicadores, mucho más. De allí que Puerto Madryn a apenas un mes de gestión, comience con una política activa, participativa, y con sólido marco académico a ´agarrar el toro por las astas´.

Los números hablan

El columnista Marcelo García detalla un pormenorizado análisis desde el sitio Extremo Sur al abordar las necesidades extremas regionales: El concepto de «tierra arrasada» bien puede aplicarse a la Patagonia en el terreno de los devastadores efectos dejados por el macrismo en lo que se refiere a la pobreza y la falta de empleo. Desde que se inició el gobierno de Macri y hasta el primer semestre de 2019 en las provincias patagónicas se registraron 295 mil pobres. Hasta el tercer trimestre de este año se contabilizaron 120 mil personas que no tienen trabajo o buscan conseguir un empleo. Además, hay casi 93 mil trabajadores en negro que no tienen descuentos jubilatorios.
Los efectos de la crisis, la inflación, el desempleo y el hambre golpearon con dureza en las cinco provincias patagónicas causando enormes estragos sociales por efecto nacional –a lo que se sumó a la incapacidad de los gobernadores para generar alternativas y aportar respuestas a sus gobernados-. Ahora el peronismo, con Alberto Fernández a la cabeza, deberá dar claras muestras de su capacidad para revertir esos indicadores y en eso anda.
De lo contrario, en la Patagonia seguirá habiendo una enorme deuda pendiente de la política nacional y una inequidad creciente e inmensa basada en los abultados aportes productivos que genera la región -con los hidrocarburos y demás recursos naturales- frente a las escasas respuestas y propuestas del gobierno nacional para mejorar la vida de los trabajadores y el conjunto del pueblo patagónico.

Datos duros

De acuerdo al reporte, 2019 cerró en la Patagonia con 415 mil personas que tienen problemas para alimentarse o llegar a fin de mes, además de no conseguir un trabajo digno. Una cifra que espanta e indigna en una región donde se producen enormes riquezas pero en la que las políticas nacionales y provinciales no logran sacar de la pobreza o generar empleo para sus habitantes.

Falta de empleo y destrucción

La desocupación, la búsqueda de un empleo mejor y el trabajo en negro precarizado son los tres principales problemas que en la Patagonia engloban a más de 200 mil patagónicos. En ellos se concentran las mayores dificultades laborales de la región, y allí donde más se sintieron los efectos devastadores del macrismo. También es donde menos se detectan políticas de Estado que el nuevo gobierno esté generando para solucionarles los problemas.
En la provincia de Chubut los pobladores económicamente activos que tienen problemas de trabajo suman 43 mil. De ellos, 27 mil habitan en los conglomerados urbanos de Trelew y Rawson, mientras los que 16 mil restantes son habitantes de Comodoro Rivadavia y Rada Tilly.
Los desempleados en la Patagonia llegaron a sumar 30.624 durante el tercer trimestre de 2019, según últimos datos del INDEC. Esa cifra fue ampliamente superior a los 17.320 desempleados registrados en el mismo trimestre del 2016. La diferencia fue 13.304 nuevos desocupados generados por el macrismo en tan solo tres años.
Los puntos de mayor impacto y crecimiento de la desocupación en la región fueron: Neuquén que pasó de 3 a 9 mil desempleados; Ushuaia y Río Grande de 4 a 7 mil; y Trelew junto a Rawson que saltaron de 4 a 6 mil desocupados.

Futuro en peligro

Los jóvenes son quienes peor la pasan a la hora de encontrar un empleo. Las mujeres menores de 29 años totalizan el 29,8% de desocupación en Trelew y Rawson; y alcanzan el 25,6% en Ushuaia y Río Grande. Los varones menores de esa zona suman el 22,8% de desempleados en las dos ciudades más australes del país y suman el 13,8% en los dos aglomerados urbanos del Valle de Chubut.
A lo largo de los últimos cuatro años se destruyeron 25.971 empleos privados y en blanco en la Patagonia. Un total de 10.382 puestos de trabajo de calidad se perdieron en Tierra del Fuego como consecuencia especialmente del cierre de las fábricas de ensamblado de electrodomésticos y electrónicos.
Río Negro fue la segunda provincia en la región que padeció la mayor destrucción de empleo privado con 7.979 puestos menos en cuatro años; luego se posicionó Santa Cruz con 7.663 puestos menos; y le siguió Chubut con 6.876 empleos perdidos desde octubre del 2015 hasta el mismo mes de este año. Sólo Neuquén cerró el período con un saldo positivo de 6.929 empleos nuevos generados en cuatro años.

Precarización y trabajo en negro

Los subocupados -aquellos que trabajan menos de 35 horas semanales- totalizaron al tercer trimestre del año 30 mil personas en la región, habiendo pegado un salto de 11 mil nuevos ocupados parciales respecto de los 19 mil contabilizados en el 2016. Nuevamente Neuquén concentró el mayor aumento de subempleados pasando de 6 a 10 mil; seguido por Río Gallegos que saltó de 2 a 6 mil; y por Trelew y Rawson que pasaron de 4 a 6 mil subocupados.
Para el tercer trimestre de 2016, los que tenían un trabajo en blanco pero estaban buscando uno de mejor ingreso o condiciones laborales totalizaban 31 mil personas en la región; mientras que en el mismo trimestre de este año dicha cifra se incrementó a 59 mil personas buscando un empleo mejor y casi se duplicó en tres años.
De 5 mil trabajadores que pretendían encontrar un mejor empleo en Trelew y Rawson durante el 2016 se pasó 14 mil en el 2019; mientras que Ushuaia y Río Grande el salto fue de 2 a 6 mil; y en Neuquén de 10 a 21 mil.
El trabajo en negro regional pasó del 17,5% al 20% en tres años; lo que significó de 75.775 trabajadores precarizados se pase a 92.800 en toda la Patagonia. Los mayores indicadores de empleo sin aportes para la jubilación son en la actualidad Trelew y Rawson con el 25,8%; Comodoro Rivadavia y Rada Tilly con el 24%; y en el tercer escalón se posicionan Viedma y Carmen de Patagones con el 22,6%.

Pobreza y miseria creciente

La pobreza es el resultado final de un proceso decadente productivamente hablando y que azota con dureza la Patagonia. Hasta el primer semestre de 2019 había 295.427 pobres patagónicos; que representaban el 28,5% del total poblacional de la región. Esa pobreza inaceptable para una zona del país tan rica en recursos naturales tiene su principal concentración en Trelew y Rawson, región que alcanzó el 37,5% de pobres (53.931 personas), seguida por las rionegrinas Viedma y Carmen de Patagones con 36,2% (29.502 personas).
En todo Chubut los “pobres” suman 120.707 habitantes dentro de las cuatro de las seis ciudades más importantes. El resto de los pobres corresponden a los 79.748 habitantes de la provincia de Neuquén; los 66.776 de Comodoro Rivadavia y Rada Tilly; los 38.419 de Ushuaia y Río Grande; y los 27.051 que habitan en la santacruceña Río Gallegos.

Fuera del mapa

Dentro de los que no consiguen hacerse del dinero suficiente para escaparle a la pobreza a lo largo de todo un mes asoman los indigentes. Se trata de aquellos que ya no pueden contar con los ingresos necesarios para alimentarse todos los días.
En la Patagonia la indigencia hunde en la miseria a 41.608 personas, mostrando un crecimiento en tres años de 8.595 nuevos indigentes. Solamente en Chubut ese indicador trepa a los 16.959 habitantes, reflejando un crecimiento en tres años de casi en doble durante el período de gobierno macrista.
Al tope de la indigencia se ubica Neuquén con 10.887 personas; seguida por Trelew y Rawson con 10.579; Comodoro Rivadavia y Rada Tilly con 6.380 indigentes; Ushuaia y Río Grande con 6.173; Río Gallegos con 4.782; y Viedma y Carmen de Patagones con 2.807 personas empujadas a la miseria extrema.
Este es el agónico panorama de una Patagonia que es verdad que sufrió los embates del liberalismo, pero también que además viene siendo postergada desde hace décadas por las administraciones nacionales, que ´la usan´ como proveedora de recursos naturales y solo le aportan escaso derrame, poco empleo y cada vez más espacio para las asimetrías sociales, la pobreza y la precarización.
El encuentro que tuvo lugar ayer en la Universidad Tecnológica Nacional sede Puerto Madryn, también mostró el rol que le compete a los claustros académicos para generar espacios de encuentros de reflexión, filantropía, pero también acción público-privada que ayude a las fuerzas productivas y sociales, a expresarse y comprometerse con cada comunidad. Y en esto por cuestión de impacto y de derivaciones sociales, está dicho que es mejor temprano, que tarde. Porque como decía Séneca, “Un pobre carece de muchas cosas, pero el avaro, de todo”. Habrá que ver…

Fuentes: NA, Extremo Sur, propias.

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