El monje y el negro

Por Juana de Arco*

Que quiere que le diga…Los tire y afloje en la cúpula no terminan, y el sentido común indica que nada bueno puede salir de una interna en el partido gobernante que al mes de gestión no disimula una puja de poder que difícilmente puede durar en estas condiciones, cuatro años.
Algunas lecturas inofensivas editorialmente hablando pretenden dar consejos desde la sombras, con una línea claramente condescendiente con el Ejecutivo, considerando que habría ánimos ´desestabilizadores´ en torno al gobernador Mariano Arcioni. Sin embargo el modo de manejarse del comodorense ha dejado mucho que desear antes y ahora en términos de valorar la palabra y los consensos, eso que constituye posiblemente el ABC de la construcción de poder político.
A decir verdad, es imposible que haya buena disposición con una gestión que no va dejando sector sin avasallar con alguna intentona. Si en los dos años que pasaron Arcioni se caracterizó por ponerse al hombro a una gestión ajena y en ese marco se le perdonaron todo tipo de improvisaciones e incumplimientos, en los escasos dos meses que lleva de su propio gobierno no ha mostrado que haya cambiado mucho el nivel ´tormentoso´ de malas ideas. En menos de sesenta días el hombre se desgració con los más de 65 mil empleados públicos provinciales, fracturó la alianza que le concedió el triunfo electoral en diez pedazos, jaqueó a la industria pesquera con proyectos peregrinos, condicionó al comercio y a las pymes con pretendidos nuevos impuestos, y ayer también logró parar de manos a sus colegas, los escribanos, que denuncian la incostitucionalidad de la intentona del impuesto a la herencia que no existe en ninguna otra provincia.

Alianza pulverizada

De todas las decisiones que va tomando, la imposición personalísima marca un tipo de relación de ninguneo para los otros que poco margen deja para el entendimiento. De hecho, no hace faltar un exceso de consulta en todo caso entre la dupla gobernante, pero tampoco ir exactamente a contrapié, porque está dicho que habrá reacción en puerta.
Quienes cuestionan la distancia que han tomado los dos intendentes claves que le dieron las bases para el triunfo, no tienen en cuenta por ejemplo que a Adrián Maderna le restó participación efectiva en la construcción del gabinete y hasta prefirió rodearse de gente de otras localidades, bien lejos de la militancia del Valle. Como si fuera poco sigue tirando de la piola tributaria con el consiguiente impacto en comercios y empresas mayoritariamente del Valle. Hay gestos además dolorosos, como por ejemplo la designación absolutamente inconsulta y sin previo aviso de la subsecretaria de Derechos Humanos Carla Sánchez Galindo, quien fuera años atrás la encargada de iniciarle un juicio político a Ricardo Sastre, actual vicegobernador, cuando era intendente de Puerto Madryn. Lo mismo sucede con el subsecretario de Pesca Gabriel Aguilar, quien pronto reemplazará a Adrián Awstin. Se suponía que en asuntos pesqueros, Sastre iba a ser consultado, por tratarse de una industria mayormente asentada en su ciudad de origen. Sin embargo se fueron imponiendo las medidas unilateralmente y no es para nada extraño entonces que las relaciones se vayan desgastando.

Demasiado espanto

Y para los observadores finos, tan pero tan socarrona es la manera de manejarse del gobernador, que los legisladores del propio bloque oficialista ya comenzaron a mirar con cautela las ´ocurrencias´ semanales con formato de proyectos que fluyen de Fontana 50. De hecho la mayoría de los nuevos proyectos de Ley 2002 tendría un par de artículos y no más de media carilla de considerandos que sustentarían la ´conveniencia´. Como si hubieran salido de una trasnochada con amigos y de en medio de una tormenta de propuestas e ideas al azar en busca de fondos frescos, sin analizar en que sectores impactarán, de que modo y como afectarán las medidas sobre quienes recaerán. Pero la pregunta es ¿de dónde sale tanta confrontación y tanta idea peregrina?

Cuestión de asesora-mientos

Quienes comulgan con Fontana 49 y 50 dicen que Arcioni tiene una personalidad ´especial´ pero como si fuera poco se rodea de pocos, y entre ellos puntuales asesores que no se han caracterizado por construir nada propio en términos políticos.
Para quienes ven con preocupación la crisis política que pervive y que se sigue fogoneando, el ´cerebro´ de ese modo de mando sería el reconocido Rafael Cambareri. Un ´jugador´ de ligas mayores, campeón en las artes de las traiciones y con demasiadas naves quemadas que no dudaría en lo más mínimo en aplicar ruptura y ataque permanente como modo de conducción defensiva.
Hoy por hoy “el Rafa” para muchos sería el “poder en las sombras” de la política chubutana y el verdadero piloto de la nave. Cuidadoso de no exponerse con un cargo en el Ejecutivo, si logró mantener el control de Petrominera con una dirección como para justificar sus intromisiones en reuniones de todo tipo. De hecho, dicen fuentes oficiosas que “es quien no se despega nunca desde que amanece y hasta que se acuesta al lado de Arcioni, ya que habita incluso en la residencia oficial”. Hoy por hoy, muchos de los cañones de quienes ha logrado enfurecer el Ejecutivo apuntan más que al propio escribano, a su asesor de lujo, experto además en negocios cruzados y sobre todo en incumplimiento de acuerdos preelectorales.

¿Pero quién es el “Rafa”?

Para quienes creen que Arcioni se iba a despegar de la vieja política, hay que explicarles que se equivocaron. El comodorense no sólo arma poco y mal, sino que de base se quedó con lo más rancio del poder chubutense. Tal como presenta en sociedad a Cambareri El Extremo Sur de la Patagonia, el “Rafa” es “parte del elenco estable de la política chubutense desde la restauración misma de la democracia, hace 36 años. (…) Antes de 1983 el nombre de Fortunato Rafael Cambareri era conocido por la gran audiencia radial que en esos años se limitaba a LU4, donde se lo mencionaba a diario por ser el distribuidor exclusivo de determinados productos. Por su condición de comerciante, ´el Rafa´ tenía armado un circuito en Comodoro con contactos de toda índole. Ello lo ayudaría en su posterior carrera política, cuando al triunfar el radicalismo fue designado delegado en la ciudad petrolera del PAN (Programa Alimentario Nacional), que consistía en el reparto de cajas con comestibles para los sectores más necesitados.
Nacido el 24 de marzo de 1945, Cambareri estudió en el colegio Perito Moreno y su biografía radical oficial resalta que comenzó a militar en el partido desde la juventud, en el año ´63. Después de haber sido diputado provincial por la UCR entre 1991 y 1995, Cambareri saltó al Congreso nacional, donde permanecería hasta 2007. Es -junto con José Corchuelo Blasco- quien más tiempo permaneció en una banca de diputado nacional: 12 años. Fue en la lista de Carlos Maestro primero, y luego dos veces en la de José Luis Lizurume”.

Dallas y Dinastía

Aunque nunca nadie vió la repisa donde conservaría la archifamosa y choreada Urna 303, se le atribuye a Cambareri ser el principal responsable de la escandalosa interna radical del 7 de septiembre de 2003, cuando Lizurume derrotó a Maestro por un puñado de votos y así pudo ser el candidato a gobernador que perdería con Das Neves.
Es que cuando todo indicaba que el ganador era Maestro surgió de la nada la urna 303 que dio vuelta el resultado y se convirtió en una leyenda de la picaresca política. Uno de los más iracundos a la hora de señalar a Cambareri en ese momento fue un joven radical, hijo de quien ganó la interna a senador y que hoy comparte con su enemigo de entonces reuniones de gabinete: Federico Massoni.
Vaya paradoja, hoy ambos son brazos activos de Arcioni, uno convertido en su mano derecha y el otro en su izquierda. Aquel hecho dejó profunda huella en el radicalismo local, que se quedaría sin representación parlamentaria nacional durante una década.

La mesa de tres patas

“En aquel año ´el Rafa´ jugaba a otra cosa. Se había hecho, por ejemplo, muy allegado al nuevo Presidente de la Nación, Néstor Kirchner. Es que era vicepresidente segundo de la Cámara y debía negociar a diario con el oficialismo. Por gestiones suyas, Kirchner vino a Chubut antes de las elecciones a gobernador y no solo no respaldó claramente al candidato de su partido, sino que elogió la gestión del radical que buscaba la reelección y que llevaba a Cambareri en su lista”.
Concluido su mandato como diputado nacional en 2007, Cambareri siguió haciendo política, pero alejándose de a poco de su histórico partido, del cual fue representante en el directorio de Petrominera, mientras atendía sus propios negocios vinculados con la actividad agrícola. La suya no se sabe si la sigue cosechando, pero en Petrominera no dejó de estar desde hace trece años, como garante vaya a saber de que acuerdo importante.
Políticamente hablando, al dejar el radicalismo fue uno de los fundadores de Chubut Somos Todos, junto al finado Mario Das Neves, Máximo Pérez Catán y otro ex radical ya fallecido que supo ser intendente de Trelew y diputado nacional: Gustavo Di Benedetto. Esa ´mesa chica´ a la que hoy le faltan dos patas importantes, es a la que afirman los entendidos, sumaron a Arcioni y no mucho más por ahora; y aunque temabalee un poco, en ella se siguen sirviendo las decisiones al dente y cortando fino los grandes temas y negocios provinciales.
Y a propósito del monje comodorense y el negro cordobés, dicen que una vez lo engancharon ´al budista´ vendiendo un producto por $5 mil pero le pagaron con un cheque de $10 mil, y fue ahí que rápido para los trámites el monje se dió media vuelta y se empezó a ir. «Eh, ¿y mi cambio?», le preguntó el negro cordobés. A lo que el monje comodorense le contestó: «El cambio solo puede venir del interior».

*Soy Juana de Arco,…y ceniza de tantos

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