EL HECHO OCURRIÓ HACE VARIAS SEMANAS Y LA VÍCTIMA “DEBIÓ ALIMENTARSE POR SONDA”

La madre de un menor denunció que un rugbier le fracturó la mandíbula

PUERTO MADRYN – Los hechos de público conocimiento que hoy focalizaron la mira de la opinión pública en quienes practican deportes de contacto como el rugby, volvieron a arrojar un lamentable antecedente; en este caso, el de un joven de 16 años que, a mediados de diciembre pasado, fue agredido por otro que le propinó una golpiza con severas consecuencias.
La víctima debió alimentarse por sonda y perdió siete kilos, tras haber sido agredido “por un violento de 17 años que, sin darle aviso y sin motivo alguno, comenzó a golpearlo desde atrás”, de acuerdo a lo descripto por la propia madre del adolescente, cuyo relato se viralizó a través de las redes sociales esta semana.
Asimismo, la mujer ofreció una interesante reflexión respecto del vínculo entre el rugby y la violencia, al advertir que no le importa “qué deporte practiquen estos salvajes”; ello, teniendo en cuenta que la práctica de deportes de contacto no es sinónimo de violencia, sino que aquellas personas con una personalidad violenta pueden, en ocasiones, verse potenciadas por el estado físico alcanzado en los entrenamientos, y otras variables de índole social e incluso cultural.

Agresión sin motivo

El crudo relato de la madre de “V.”, de 16 años, describió que el joven había concurrido a un egreso en un club local y que “en un momento, desde atrás y sin aviso, recibió golpes de puño de un violento de 17 años, sin motivo alguno”.
A ello, agregó que “la golpiza brutal le causó doble quebradura de mandíbula, intervención (quirúrgica), dolor, pérdida de siete kilos (de peso) por tener que alimentarse con una sonda, boca bloqueada y, lo más desesperante y traumático, un “no entender por qué’ le pasó esto”, según expuso.

Planes truncados

Al mismo tiempo, la mujer lamentó que “este individuo le truncó sus planes del verano; entrenar, trabajar y pasarla bien con sus amigos en la playa, ya que había rendido sus materias perfectamente para estar libre y disfrutar”.
En el mismo sentido, aclaró que, a pesar de que el hecho ocurrió hace más de un mes, el relato de los hechos “tiene como único fin ‘informar’ a todos los padres y chicos de las cosas que pasan en esta ciudad y de las que la gente prefiere no hablar; claro, hasta que les toca vivirlo en carne propia”.

“Los casos son muchos”

Por otra parte, la madre del joven golpeado manifestó que “no hay ningún derecho a que te hagan esto con un hijo, porque la impotencia es tan grande que no se puede explicar, y básicamente porque deseo profundamente que ni este violento ni ninguno más destruyan a una familia otra vez”.
En tal sentido, mencionó que “el violento, golpeador y cobarde es jugador de rugby, y lo escribo porque parece ser que la gente, con los acontecimientos de estos últimos días en Punta del Este, en Villa Gesell y demás, está interesada en defender o defenestrar a ese deporte; lamentablemente los casos son muchos, demasiados, y a mí sinceramente poco me importa qué deporte practican estos salvajes, pero sería bueno que haya una reflexión”.
La mujer compartió imágenes de las radiografías de la víctima, donde claramente resulta visible la fractura ocasionada por la golpiza.

Deporte y masculinidad

El homicidio de un joven a la salida de un boliche en Villa Gesell por parte de un grupo de rugbiers, y la pelea protagonizada por jugadores de Puerto Madryn en Playas Doradas, dieron lugar a posturas encontradas respecto de la influencia del deporte en las conductas violentas, cuando en realidad, el análisis debería ser a la inversa.
La violencia entre grupos de varones no responde a una cuestión deportiva, o bien a la disciplina que los mismos practiquen, sino que, según lo vertido por especialistas y psicólogos sociales, el indicador preponderante es la masculinidad, también referida como “masculinidad tóxica” en algunos ámbitos.
La presión grupal, en este sentido, es la que puede llevar a que los integrantes de un grupo puedan llevar adelante distintas acciones que, de manera individual, no podrían realizar: esto puede ser desde una estrategia deportiva, hasta un hecho delictivo; todo ello, bajo la premisa de trasladar la identidad individual a una identidad colectiva, donde la mayoría impera en el comportamiento de los integrantes.

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