MIENTRAS EL ALBERTISMO COMIENZA EN LAS PROVINCIAS EL “PLAN ANTIGRIETA”, EN CHUBUT EL ARCIONISMO NO PUEDE REJUNTAR NI A LOS PROPIOS. LA CRISIS POLÍTICA PROVINCIAL ESCALA PELIGROSAMENTE POR LA INTERNA ARCION-SASTRE Y SE SUMA AL PARATE ECONÓMICO Y AL FILO DE DEFAULT POR DONDE NAVEGA HOY CHUBUT

Armonías allá y desarmonías acá

Por Trivia Demir

“En política, un buen empate siempre es un magnífico resultado”, afirma el prestigioso analista ibérico Fernando Onega. Esto lo sabe el presidente Alberto Fernández que no se conformó con ganar las elecciones sino que ahora busca una transformación política que le garantice tranquilidad y proyección. Y mientras se ocupa personalmente de la difícil coyuntura, el Gobierno empieza a hacer política fina, de esa que nunca descuida el peronismo. En ese marco, Fernández puso en marcha ayer su “plan antigrieta” en las provincias. Se trata del programa “Argentina Armónica” que busca alcanzar acuerdos entre dirigentes políticos, empresarios y de la sociedad civil de distintos colores partidarios.
Así las cosas, el Gobierno nacional empezó a desplegar en varios puntos del país su plan antigrieta que busca promover espacios amplios y plurales de debate para intentar cerrar de una vez las antinomias de la Argentina. El equipo que armó el jefe de Gabinete Santiago Cafiero liderado por el Secretario de Relaciones Políticas y Parlamentarias, Fernando “Chino” Navarro en coordinación con varios ministerios, ya empezó a rodar por las provincias de Chaco, San Juan, Mendoza y San Luis con la intención de darle forma a los que serán los encuentros federales de este programa antigrieta.

Darles voz antes que resuenen

“No me gusta hablar de plan antigrieta porque no creo en la grieta sino en la convocatoria de sectores divergentes del país”, reveló Navarro. El objetivo es generar un marco donde expertos, académicos, políticos, empresarios, representantes gremiales, líderes sociales y protagonistas de diferentes ámbitos puedan aportar de manera sostenida sus miradas diversas y acordar criterios centrales para “construir algunas políticas de Estado y acuerdos amplios tendientes a una Argentina en la que todos los que la habitan, aportando el esfuerzo del que cada uno es capaz, alcancen plenitud de derechos”, tal como sostiene uno de los documentos en debate. Para alcanzar este objetivo se empezaron a organizar encuentros preparatorios con una fuerte participación e impronta regional, de los que luego se desprenderán las mesas de diálogo temáticas y proyectos a desarrollar de manera colaborativa.

Todos es todos

Hasta ahora hubo durante la semana pasada encuentros preparatorios en Chaco, donde se unificaron referentes de Corrientes, Misiones y Formosa con actividades de exposición e intercambio por parte de actores sociales diversos donde se compartieron distintas miradas sobre ejes temáticos amplios, en un ambiente de respeto y escucha constructiva. Ese encuentro fue coorganizado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) y la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). En la organización participó también un equipo de representantes de distintas corrientes políticas y sectores sociales comprometidos con el diálogo como herramienta para resolver conflictos y mejorar las políticas públicas.
En la etapa actual, la Secretaría de Relaciones Parlamentarias que lidera Navarro sumó el apoyo de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la Nación que conduce Gustavo Beliz y la Fundación Educar para un Mundo Mejor. Y si todo marcha como se planeó, el 27 de febrero se dará otro encuentro preparatorio similar al de Chaco pero en San Juan con líderes políticos, empresarios y ONG de Mendoza y San Luis.

Rompiendo a contrapié

Y mientras desde Nación buscan atar políticamente consensos prospectivos utilizando la crisis para sentar a todos a la mesa de las soluciones teóricas, en Chubut la crisis política interna volvió a quedar en primera plana nacional casi ahogando los numerosos conflictos económicos que atraviesa la provincia. Ahora con una gravísima acusación: la de promover el espionaje a su propio vicegobernador a través del brazo armado provincial.
El gobernador Mariano Arcioni habría recibido sin embargo instrucciones de bajar la conflictividad de su propio sector, tras dos semanas de cruces constantes entre el Ejecutivo vs el Legislativo y el Judicial. Más allá de los incumplimientos salariales y la discrecionalidad económica financiera para con los otros poderes del Estado, lo que se le achacaba hasta acá a Arcioni es el exceso de personalismo en la toma de decisiones, donde la negociación política y la busca de consenso brilla por su ausencia. Pero ahora se sumarían visos de autoritarismo temerario, a decir de las voces que comenzaron a alzarse anoche en solidaridad con Sastre.

Fracasos irritantes

Antes de su encuentro con el Presidente el jueves pasado, Arcioni buscó una foto con el bloque de diputados como para mostrar que había diálogo, pero en el fondo lo que llevó a Buenos Aires fue el fracaso rotundo de no poder tratar en extraordinarias parte del paquete de medidas de achique de déficit que le vienen pidiendo.
Lo único que pudo mostrar es que luego de la reunión de legisladores propios que amagaban con fracturar el bloque de Chubut al Frente, hubo reconsideraciones que sugieren que por ahora se mantendrá unido. Sin embargo, todos los actores políticos comprometidos saben que se trata de una verdad a medias.
El reniegue de Arcioni de compartir el poder de gestión es un problema propio que tarde o temprano tendrá que revisar para lograr garantizar la gobernabilidad. De otro modo ese ´cuco´ conspirativo que agita permanentemente le terminará explicando que la demagogia es repelida por la propia democracia de la manera más impensada. Este proceso está a un paso de darse nuevamente por la multiplicidad de conflictos sectoriales que fogonea el Ejecutivo con contradicciones flagrantes como proponer el achique de la planta de empleados y seguir nombrado conocidos y parientes en cargos políticos con abultadísimos ingresos.
“Hoy la política algunos la interpretan como hacer una alianza electoral para poder tener cargos políticos, …a esos miserables, yo gobernador, les digo que no los quiero como una alianza política”, había manifestado el Arcioni a fin del mes pasado, provocando la furia de aquellos que se encolumnan con Sastre y el intendente de Trelew, Adrián Maderna. Pero, ¿si las alianzas políticas no son para gobernar conjuntamente, para que son?, es el gran interrogante que se hace la muchachada que apoyó al comodorense a repetir mandato y que dicho sea de paso recuerdan que llegó a Fontana sin trayectoria política, sin bases partidarias y sin nada para mostrar más que dos años de crisis.
Las diferencias políticas entre Arcioni y Sastre no son nuevas, pero han llegado a un punto de no retorno. A pesar de la unidad que mostraron antes de ganar las elecciones en junio del año pasado, nunca fue una alianza firme. El problema se profundizó cuando el vicegobernador empezó a solicitar efectivizar la alianza gobernante. Sobre todo ante el evidente fracaso de entendimiento con el pueblo y conducción, que venía mostrando Arcioni y un gabinete falto de volumen político y plan en contrapartida a la crisis de la envergadura que se enfrenta. En ese marco y bajo el efecto “arrastre” que le empezaba a significar a los aliados que le dieron el triunfo las medidas impopulares que ensaya el escribano, no fue raro ni extrapolado que los legisladores del propio bloque y sobre todo los que responden al exintendente de Puerto Madryn se pararan de manos explicando que “No vamos votar a libro cerrado. Se acompañará lo que creamos que es conveniente para Chubut y nos opondremos a lo que consideremos que no está bien”. Esto fue el principio del fin para un liceísta acostumbrado a recibir órdenes sólo de tres jefes.

El principio del fin

A partir de allí el comodorense blanquéo con bronca expresa en el calificativo de ´miserables´ que no considerará a sus propios para la construcción de la estructura de gestión, y les reprochó ´codicia de cargos´, quemando peligrosamente las naves de la paz. Primero sobreexponiendo como delito algo que es el ABC de la política: consolidar el mando con los aliados con los que se ganó, y segundo porque habría ordenado una persecución hasta policíaca de su vice ante la rebelión legislativa con un límite peligrosísimo: el de buscar enredarlo con falsas acusaciones y sobre todo afectar a su familia.
Nadie que haya ocupado algún mandato importante puede desconocer que por ese camino solo se encontrará ruptura y desencuentro. Pero bueno, todo señalaría que Arcioni otra vez eligió gobernar desde la desarmonía, tal como le sucedió los dos años anteriores. Apurando la interna, ignorando y puenteando al PJ provincial, ninguneando a Cambiemos aun cuando era gobierno en Nación, y ahora ignorando en los hechos a sus propios aliados. De otro modo y bajo la deducción más básica, si Arcioni no tuvo que ver con los hechos de espionaje que denunció Sastre esta semana en la Justicia, más allá de las diferencias que subsistieran, se habría solidarizado de inmediato. Lejos de ello se remitió a decir que “se ocupe la Justicia”.
Por eso el quiebre además de producirse por incumplir compromisos acuerdista, empieza ya a chorrear peligrosamente hacia el espacio ideológico, donde no queda claro desde donde se para para decidir ni representar al conjunto.

¿Cuánto aguanta ´la galería´?

“El problema de Arcioni es que entiende el ejercicio político ´para la galería´”, sintetizó un experimentado referente peronista, que confirmo los tejidos subterráneos que retomó el arcionismo con el PJ que buscará ordenar la estructura partidaria en unas semanas. Todo ante la búsqueda férrea de la “armonía” que pide Nación, pero apenas a partir de una tibia actuación de lo que por ello se entiende. A la par de los clamores por ejemplo, ya hubo invitaciones al diálogo al puñado de intendentes que sostuvieron la bandera de Cambiemos, y además, Arcioni avanzó esta semana con la foto con nueve jefes comunales con la excusa de gestiones en Buenos Aires, los que se fueron hasta la Casa del Chubut “para darle su apoyo”. Por supuesto que se trató de pequeñas localidades que no pueden por ahora pensarse fuera del plato oficial, pero suficiente para que al mandatario le sirviera para mostrar que no estaba tan solo en la aventurada construcción de poder que ensaya con permanente recambio de aliados. En fin, pese a todo, los constructores nacionales de los puentes que buscan desintegrar la grieta, miran de reojo tanta tierra movediza chubutana y tanto tironeo, donde no hay margen para invitar a los otros a sumarse a un universo ni siquiera propio. Y a sabiendas que esto recién empieza por eso que decía Benjamín Disraeli que “En la política, los experimentos significan revoluciones”. Habrá que ver…

Fuentes: AF, NA, LPO, propias

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