LOS RECURRENTES ENDEUDAMIENTOS Y LAS TASAS ALTISIMAS QUE PAGA CHUBUT YA SON TEMA DE DEBATE NACIONAL. LA PROVINCIA APARECE COMO EL MODELO ´INVIABLE´ DE MANEJO SUBSOBERANO QUE NACIÓN EMPEZARÍA A REVISAR. LA PLANTADA DE BANDERA DE UNO DE LOS PRINCIPALES ACREEDORES INTERNACIONALES DESMONTA LA ÚNICA EXPECTATIVA DE SOLUCIÓN QUE ENARBOLABA EL ARCIONISMO

Intervenciones públicas

Por Trivia Demir

La semana comienza con varias negociaciones en puerta en Chubut, pero con un panorama bastante desolador en términos de posibilidades de acuerdos. La extenuante situación financiera del gobierno provincial es el tema excluyente de la agenda pública, pero sobre todo la falta de perspectivas políticas para encontrar un camino de superación. Sector con el que se habla, sector que coincide en trasmitir no sólo la decepción que viene resultado una gestión caótica en términos de soluciones estructurales, sino de sinceridad pública.
Con retención de servicios en casi todos los servicios públicos esenciales, el horizonte chubutense se va achicando tanto que ya hay ruidos raros hasta de perspectivas intervencionistas. Una especulación posiblemente surgida más de la ofuscación pública por el autismo oficial que por una idea concreta para pensar de parte de un peronismo poco afecto a este tipo de acciones en territorios subsoberanos. Sin embargo lo que si se intuye que mucho tiempo más de látigo y desgobierno, es poco probable que un pueblo perspicaz se pueda seguir aguantando.

Temas delicadísimos

Más allá del entretenimiento que implementa la gestión Arcioni con un foco de incendio político reavivado día por medio, se podía inferir que las únicas expectativas conductoras que venían sosteniendo la coyuntura eran las posibilidades de un gobierno nacional que lo recibió como ´aliado´ y sobre el que se habrían depositado todas las expectativas de soluciones a los males propios, cosa que ya se comenzó a entender que no sucederá, al decir del propio ministro Guzmán y hasta del propio presidente Alberto Fernández. Y la otra perspectiva era la idea que se podría reperfilar (o pedalear) la deuda en dólares que según Arcioni es la que agobia la caja.
Bueno, esto tampoco sería tan así, y mucho menos posible según los propios acreedores, que el viernes pasado intimaron a desechar de plano el intento oficial de modificación de ese acuerdo unilateralmente y que está atado al ingreso de regalías petroleras. Porque para ellos no existe en absoluto una imposibilidad de pago y no serán los tenedores los que accedan a que en el marco del ajuste que se expande desde Chubut, se les aplique también a los financistas extranjeros una postergación escalonada. Con esta nueva noticia se podría decir que se desmontó la última perspectiva concreta sobre la que el arcionismo venía basando su escaso relato de posibles soluciones.
Sin embargo, en todo el fin de semana hubo comunicación oficial sobre este tema profundamente delicado que podría representar una demanda en puerta para la provincia. Pese a las actividades productivas como la Rural del Valle u otros actos y fiestas populares, el gobernador no apareció en ningún lado, y mucho menos hubo abordaje institucional sobre la carta intimación de Latham & Watkins, que opera en todo el mundo, y son los mayores tenedores de títulos del bono de 650 millones de dólares que debe pagar Chubut hasta 2026.
Este probablemente sea el dato clave, que sí abona una intervención por lo menos orgánica con una fuerte llamada de atención de parte Nación, habida cuenta que el entredicho agita las aguas de tal manera que es el propio país el que pierde más confianza y ya no sobre negociaciones futuras, sino sobre negociaciones pasadas que se tratarían de modificar, particularmente atadas a un recurso que significaba garantía absoluta como el de regalías petroleras.

El problema está en el aire

Rafael Flores, economista e investigador de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (Asap), salió a decir este fin de semana que ve con profunda preocupación la acumulación de deuda de los estados provinciales, aunque separa que “Hay distritos que tienen las cuentas ordenadas; no son iguales todas las deudas”. En declaraciones públicas a la Voz del Interior y otros medios nacionales, el experto en desmenuzar presupuestos y desmontar irrealidades, apuntó fuertemente a estados como Chubut que siguen sin ´blanquear´ sus números y endeudándose sin inversiones contundentes más que sostener el día a día, con lo que abrió el debate nacional sobre la política provincial.

P: –¿Por qué diferencia “deuda mala” de “deuda buena”?
RF: –Las deudas se toman para cubrir gastos del Estado. Pero hay que ver bien por qué es ese déficit. Si es porque esa provincia está llevando adelante grandes proyectos de infraestructura que van a servir por 50 o 100 años, está bien que se endeude. No es justo que esa obra la pague una generación cuando la van a aprovechar cuatro. Ahora, cuando te endeudás para cubrir gastos corrientes, gastos habituales, como salarios, la situación es otra. Algunas provincias se endeudaron para llevar adelante inversiones importantes; otras lo hicieron para postergar un ajuste inevitable.

P: –¿Qué tipo de endeudamiento predomina entre las provincias?
RF: –La realidad de las 24 jurisdicciones es muy diferente. Sin pretender hablar bien o mal de unas, hay provincias más ordenadas que otras. Córdoba y San Juan han llevado adelante grandes proyectos de infraestructura manteniendo una economía ordenada. San Luis y La Pampa tienen las cuentas ordenadas, inclusive no habían adherido al Consenso Fiscal. La Ciudad de Buenos Aires tiene niveles de deuda razonables y en pesos.

Gastos ´no renovables´

P: –¿Qué distritos ve en problemas con su deuda?
RF: –Curiosamente, las provincias petroleras, y eso que tienen una ventaja respecto del resto. Se quedan con las regalías de sus recursos naturales, el petróleo y el gas, que en algunos casos implican el 30 por ciento del Presupuesto. Todas las provincias petroleras han tenido problemas en los últimos años. Chubut es la que sigue estando en peor situación y no puede pagar los sueldos.

P: –Neuquén carga una deuda muy pesada: 51 mil millones de pesos.
RF: –Sí. Neuquén siempre fue muy ordenada; por primera vez en los últimos años está con problemas fiscales. Santa Cruz hizo el ajuste más feroz de todas las provincias: el salario real de un empleado público bajó a la mitad. Río Negro y Tierra del Fuego también tuvieron problemas.

P: –¿A qué obedece esta crisis fiscal?
–Básicamente, cuando el petróleo estaba a 120 dólares el barril, gastaron como si ese precio fuera permanente. De golpe bajó a 60… El gran problema es la falta de una visión a mediano plazo de las finanzas provinciales: reciben plata y la gastan sin pensar qué puede pasar más adelante. No pasa con todas. Insisto en que algunas mantienen un comportamiento fiscal a lo largo del tiempo que es destacable.

P: –¿Ve riesgo de algún “default” provincial?
RF: –La mayoría de las deudas de las provincias son con la Nación, por lo que van a depender de cuál sea la situación fiscal, justamente, de la Nación. Las provincias históricamente juegan con esto. Sin embargo hay distritos con abultada deuda en dólares. En otros países, una provincia se endeuda y es un problema de ese distrito.

P: –Aquí, dice usted, especulan con un salvataje de la Nación.
RF: –Exactamente. El problema es que hoy la Nación tiene sus propios problemas fiscales. Seguramente alguna solución se va a plantear. También hay que entender que las provincias han recibido muchos más recursos en los últimos años que los que tenían antes. Al final del gobierno de Cristina (Fernández), la proporción era 60 por ciento para la Nación y 40 para las provincias, y a fines del año pasado era prácticamente de 50 y 50. Las provincias tienen más recursos más allá de las consecuencias de la crisis y de la caída de la recaudación, que impactaron en todas las provincias.

Mal ejemplo

P: –¿Cómo se podrían evitar los malos endeudamientos?
RF: –Yo creo que una vez que se resuelva la situación de la deuda nacional, va a haber alguna renegociación de las deudas con las provincias para resolver las urgencias más inmediatas. Lo que me parece fundamental es que se establezca un esquema de reglas de juego de mediano plazo. Si San Juan o Córdoba quieren construir un hospital, bueno, que puedan salir al mercado porque tienen sus cuentas ordenadas. Pero que no lo haga Chubut, tomando deudas a tasas altísimas que después se vuelven en su contra. Tiene que haber un mecanismo de premios y castigos para que las provincias tengan un mejor comportamiento fiscal y no esperen siempre el salvataje de la Nación.

Se multiplica solito

Esta definición de un experto en desmenuzar presupuestos como Flores, tiene su correlato en números. En Chubut, de los casi 12.000 millones de pesos de diferencia negativa entre recursos y gastos que se estipuló en el proyecto de presupuesto 2020, en menos de dos meses esas proyecciones se elevaron a más del triple, cuando se toman en cuenta otras obligaciones que debería afrontar el Estado provincial.
El presupuesto 2020, aprobado por Legislatura el 26 de diciembre último fue así otro fiasco que contempla que el déficit previsto para el año en curso es de 11.189 millones de pesos, pero luego el Ejecutivo retractó públicamente 15 de enero que la cifra ascendía ´en realidad´, a 22.000 millones de pesos. Exactamente el doble. Otra media verdad que podría poner en jaque incluso hasta la aprobación express legislativa cuando Nación aborde de lleno los grises de las controversias provinciales con sus acreedores. Habrá que ver…

Fuentes: NA, La Voz del Interior, propias

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