LA DIFÍCIL TAREA DEL PERONISMO PARA GOBERNAR SIN DINERO. ALBERTO PONDRÍA A TRABAJAR A LOS BENEFICIARIOS DE PLANES SOCIALES CON SUELDOS BÁSICOS QUE PAGARÍAN MITAD NACIÓN Y MITAD PROVINCIAS. OTRA COMPLICACIÓN EN PUERTA PARA ARCIONI ANTE EL TEMERARIO ESCENARIO QUE TIENE CHUBUT

La antipatía de la escasez

Por Trivia Demir

Posiblemente para el gobierno nacional por ahora es más fácil mantener las expectativas de la gente, porque nadie puede suicidar su esperanza cuando la realidad dicta que mucho más abajo no se puede caer en términos económicos comparativos. Pero para las provincias, como Chubut, que ha ido ampliando su margen de sorpresa y desbarranques, hay indicios que si se puede poner peor.
Además, lo que más preocupa públicamente es la poca transparencia respecto a los planes en danza y a las gestiones oficiales. Como si fuera poco, a la contracción de circulante que genera las irregularidades en la cadena de pago pública, se suma una inflación galopante que no da respiro al bolsillo de los vecinos. Y a eso habrá que sumarse las medidas provinciales y nacionales que se irán ensayando en tren de achique del déficit fiscal. Sencillamente porque dicen que “cuando un deudor se presenta pidiendo una reestructuración, su acreedor debe recibir elementos que le aseguren el cumplimiento de lo que pueda acordarse. Un defaulteador reiterado (…), está obligado con más razón a demostrar que podrá pagar. Debería no solo exponer un programa creíble, sino que es posible que le pidan el inicio de su ejecución. Ahora bien, ¿qué componente del programa es el primero que mirarán los acreedores? Sin duda el resultado fiscal”, afirma el economista Manuel Solanet.
Y para acomodar todo esto necesariamente habrá variables de ajustes y reducción de gastos en mucho de lo que el peronismo antes sostuvo y ahora no podrá.

Cambios en la asistencia

Entre las medidas que se vienen y que impactarán en territorio se supo que el Gobierno de Alberto Fernández prepara una modificación de los planes sociales que paga el Estado con la idea de que sus beneficiarios tengan la obligación de brindar un servicio a la comunidad.
El objetivo oficial es trabajar de forma conjunta con provincias y municipios para asegurar a estos trabajadores en primera instancia una prestación igual a un salario mínimo, vital y móvil.
La iniciativa, que ya había sido anticipada por el ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo, está siendo elaborada también por los ministros de Trabajo, Claudio Moroni; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; el secretario de Economía Social de la Nación, Emilio Pérsico; y el subsecretario de Promoción de la Economía Social, Daniel Menéndez.
La iniciativa fue confirmada por Pérsico a un grupo de legisladores e intendentes, y se supo que el Gobierno pretende lanzar las modificaciones a fines de febrero.
Uno de los participantes de la reunión, el diputado provincial del Frente de Todos, Miguel Arias, dijo que «a fines de febrero el Ejecutivo pondrá en marcha un nuevo programa de trabajo que garantice una prestación y un salario mínimo, vital y móvil a todos los beneficiarios de planes sociales del país». «Después del 20 de febrero, el Gobierno quiere poner en marcha una nueva modalidad de planes sociales para que las personas que reciben puedan tener garantizado un trabajo como contraprestación y un salario mínimo», explicó Arias tras el encuentro con Pérsico, en el que también estuvieron los intendentes Raúl Rulo Hadad (San Roque), Vilma Ojeda (San Isidro), Fabiana Acevedo (Mantilla), y el diputado justicialista, César Acevedo.

Otro frente para Arcioni

El salario mínimo se va a conformar en un 50% con recursos de la Nación y la otra mitad deberán completar las Provincias, los Municipios o las instituciones donde los beneficiarios cumplan una tarea laboral. El tema en el caso de provincias como Chubut, que no puede afrontar el pago a los más de 65 mil empleados que tiene, no puede cumplir con los envíos coparticipables a los municipios y no puede afrontar pago a proveedores, cómo hará para sumarse un compromiso más de esa naturaleza.

Si bien uno de los objetivos del Gobierno es que «la gente de los planes sociales pase al mundo del trabajo, el tema es como sin un impacto fuerte en las provincias.

El intríngulis de un peronismo sin plata

El columnista Ignacio Fidanza* detalla con precisión la diatriba de partidos con base populistas que deben adaptar sus programas a la realidad económica y financiera de lo que les toca gobernar.
“El quinto peronismo enfrenta una realidad incómoda: gobernar sin recursos para distribuir. Se les nota la incomodidad. Una mezcla de sorpresa y resignación. Macri dejó la economía quebrada y endeudada al límite, sin acceso al financiamiento. En caída controlada, es decir, sin estallido. Como un submarino nuclear que se sumerge en el ártico.
Alberto eligió a Martín Guzmán como ministro. Y empezaron las sorpresas. ´Resultó mucho más fiscalista de lo que esperábamos´, reconoce un ministro. Cerró al máximo la canilla del gasto y sólo libera emisión para mantener el mínimo oxígeno necesario. Como dijo al inició de su gestión, se trata de un ejercicio de contención que busca evitar que se espiralice una inflación que sigue entre las más altas del mundo. Se trata de un ejercicio de contención que no todos reconocen en la coalición gobernante”. ´Esto nunca se vio, no es normal´, se queja un gobernador que apura con disgusto un almuerzo, luego de una visita a la Casa Rosada en la que le fue mal. Es de los que apoyó fuerte para que el peronismo regresara al poder.
Ahora se enteran que no hay nada para repartir. Cargos, pero sin presupuesto. Ministerios que son cáscaras vacías. Las promesas incumplidas se amontonan. Desde los clubes de barrio, hasta las políticas de género, no hay plata para nadie. Obra Pública, imposible.
Lo que se ve es un ajuste en marcha, que tiene como corazón la desindexación del gasto social y las jubilaciones. No hay recorte, hay desacople. Ganar tiempo para que el killer silencioso de la inflación haga su trabajo. Licuar, licuar.
´Es lo que nos tocó´, se resigna uno de los asesores más cercanos al Presidente. Pero pone fecha: ´Si el 31 de marzo no se renegoció la deuda, estamos listos´. Alberto lo dijo más claro: ´No tengo plata para pagar los vencimientos´. En abril son 787 millones de dólares y en mayo 5.246 millones. Para empezar.
El plan económico y político es simple. Conseguir al menos dos años de gracia en el pago de los intereses de la deuda, para volcar ese dinero a reactivar la economía. Desde el Estado. Peronismo clásico. Pero esta vez, por goteo. No da para más”, detalla el analista.

Una partida complicada

“En los días que el mercado cimbró al compás de la pelea bonaerense, el Banco Central perdió más de 300 millones de dólares de reservas para contener el dólar. Tal vez Guzmán debió ser más generoso y entregar los 250 millones que necesitaba Kicillof. Hubiera ganado plata y tranquilidad.
Cada vez más provincias demoran el pago de sueldos mientras esperan la asistencia de la Rosada. Un ejemplo: Tucumán escalonó el pago de los salarios del sector público por sectores, en un cronograma que se inicia el 7 de febrero y termina el 14 con los docentes. En diciembre desactivó la cláusula gatillo y en marzo hará lo mismo. En la provincia de Buenos Aires, Kicillof dice que por ahora la mantiene, pero ya les postergó a los docentes el pago de un porcentaje que debía liquidarles este mes”.

Congelamientos necesarios

Según advierte Fidanza, “El ajuste se siente fuerte en el Estado. Más del 40 por ciento de los cargos siguen sin nombrarse. Se habla de una obsesión del Presidente para revisar cada designación. Puede ser. Pero también es una manera de ahorrar. Hasta que salgan los nombramientos y se complete el circuito administrativo pasan meses antes de liquidar los primeros sueldos. No es un invento argentino. Trump funcionó años con índices todavía más bajos de designaciones políticas. Y no pasó nada más grave que lo que suele pasar. Sin funcionarios se demoran los presupuestos y todavía más lo devengados. Cronoterapia del anestesista, esta vez para bajar el gasto. La ejecución presupuestaria en enero esta en niveles bajísimos. Los especialistas sostienen que es normal por la estacionalidad y más en un cambio de gobierno. En los ministerios no comparten esa tranquilidad y se preguntan si no está ocurriendo lo contrario: Se aprovecha la ´estacionalidad´ de las vacaciones para planchar el gasto”. Algo que no todas las provincias están haciendo.

Saberes históricos

Para los entendidos, “No es la primera vez que al peronismo le toca administrar la escasez. Ya en su segundo mandato Perón tuvo que apelar a la épica de la austeridad. Pero debe ser molesto tener que hacerlo después de una campaña que se centró en cuestionar el inhumano ajuste macrista. Por eso, la centralidad que el actual gobierno le otorga al reparto de la tarjeta alimentaria. Es esa iniciativa la que ofrecen como elemento político diferenciador y hasta como indicio de lo que harían multiplicado si tuvieran dinero. Pero hoy no se puede”. Habrá que ver…

Fuentes: NA, IProfesional, AF, *LPO, propias

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