La situación del empleo en Argentina hace largo meses que se marca en rojo y en cifras negativas, y los últimos indicadores oficiales remarcan que la crisis continúa. En consonancia con lo ocurrido durante los 10 meses previos, noviembre de 2019 evidenció una reducción en el número de trabajadores registrados, en términos interanuales. Puntualmente, en el onceavo mes del año, último dato oficial, la contracción fue de 0,2%, lo que equivale a 23.400 trabajadores menos.
Específicamente, según el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación (MTEySS), en noviembre de 2019 la cantidad de trabajadores registrados en el total del país alcanzó los 12,155 millones. De este total de trabajadores registrados, 9, 751 millones son asalariados registrados, mientras que 2,403 millones son trabajadores independientes.
De los asalariados registrados, 6,027 millones provienen del sector privado; 3,218 millones del sector público; y 506.000 del personal de casas particulares. En el caso de los no asalariados, 1,630 millones de trabajadores son monotributistas, 365.000 son monotributistas sociales, y 408.000 son trabajadores autónomos.
La caída total de trabajadores registrados en noviembre último se debió exclusivamente a la reducción de asalariados privados: 155.700. En el resto de las modalidades aumentó la cantidad de ocupados, destacándose el aumento de monotributistas y asalariados públicos.
En tanto que los sectores peores ubicados en el último registro oficial fueron: construcción; industria manufacturera; comercio y reparaciones; hoteles y restaurantes; y transporte, almacenamiento y comunicaciones.

Últimos cuatro años

En cuanto al análisis que se puede hacer de los datos correspondientes a la presidencia de Mauricio Macri, resulta que entre noviembre de 2015 y noviembre de 2019, el número de trabajadores registrados aumentó en 112.500 puestos, siempre según los datos del MTEySS publicados en enero de 2020.
No obstante, el análisis no se debe hacer sobre los números y nada más, ya que a simple vista esto parecería ser un buen dato, pero cuando se hace un análisis más profundo la realidad cambia. Lo que sucede es que este incremento estuvo liderado por el aumento de monotributistas (176.900), asalariados públicos (104.600) y en menor medida por la suba de asalariados en casas particulares (61.200 y monotributistas sociales (10.500).
En contrapartida de estos datos positivos está la pérdida de 239.700 trabajadores asalariados privados y 900 autónomos, siempre analizando el plazo temporal entre el penúltimo mes de 2015 y el mismo período de 2019.
Al respecto, cabe aclarar que la industria manufacturera fue la actividad donde más puestos de trabajo se destruyeron en los últimos cuatro años, seguida por la construcción, transporte y comunicaciones.

El peso del empleo público

Vale recordar que Andrés Ibarra, ex vicejefe de Gabinete de la Nación, había dicho en su momento que la cantidad de empleados públicos, entre 2015 y 2019, se había reducido un 7,4% (60.000 puestos).
En tanto que, a contramano de lo que sucedió en Nación, las provincias y los municipios aumentó la cantidad de asalariados en el sector público: 70.000 y 30.000, respectivamente.
Además, en muchas provincias no sólo aumentó la cantidad de empleados públicos, sino que también disminuyó el número de asalariados registrados en el sector privado. Y sólo en tres jurisdicciones aumentó el número de asalariados privados entre noviembre de 2015 y noviembre de 2019, situación en la que está Chubut.

Responsabilidades locales

En este contexto vale remarcar que es cierto que las condiciones macroeconómicas del país en los últimos cuatro años no fueron favorables para la creación de empleo privado. Esto se ve reflejado en los números antes mencionados, donde hay una destrucción de casi 240.000 asalariados privados.
No obstante, las provincias y los municipios también son culpables de la difícil situación que se atraviesa en gran parte del país, y de la cual Chubut es un claro ejemplo. Puntualmente, el aumento de empleados en el sector público, en una economía que no crece, no hace más que ejercer mayor presión sobre el sector privado.
De esta manera, no sorprende que las provincias pongan el grito en el cielo por la suspensión del Pacto Fiscal de 2017 y su reemplazo por un nuevo Consenso en 2019, que las habilita a aumentar sus impuestos. Esto está justificado en la necesidad de poder hacer frente a ese mayor gasto público, que creció como consecuencia del aumento en la masa salarial.
Esto tiene sus respectivas consecuencias en los demás sectores, ya que la mayor presión tributaria genera asfixia en las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), que son las que generan empleo privado. Dicha situación deriva posteriormente en una reducción en las inversiones y en la producción, lo que imposibilita el crecimiento y tiene como resultado final una menor generación de empleo privado.

Chubut resistió la caída de empleo privado

Como se mencionó anteriormente, sólo en tres jurisdicciones aumentó el número de asalariados privados entre noviembre de 2015 y noviembre de 2019, y allí está Chubut. Puntualmente, en el último informe de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) se consignó que desde noviembre de 2015 a la fecha se perdieron 170.000 empleos y que sólo hubo tres provincias -Neuquén, Chubut y Santa Cruz- que ofrecieron guarismos positivos.
Los tres distritos petroleros fueron los que mostraron una leve tendencia de recuperación del empleo privado, según el estudio académico. No obstante, el conglomerado Rawson y Trelew mantiene el 9,1% de desocupación y Comodoro Rivadavia y Rada Tilly con el 4,2%, tal lo reveló el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) en la última medición.
El trabajo de la UNDAV revela que las variaciones absolutas con registros negativos ofrecen a Buenos Aires con 86.000 puestos, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con 57.000, Córdoba con 14.000 y Santa Fe superando los 12.000.