Esta semana, el fiscal federal Fernando Gélvez pidió elevar a juicio una causa por venta de estupefacientes en la que dos hombres y una mujer se encuentran procesados y con prisión preventiva.
Se trata de “J. M. S.”, de 35 años, “A. B.”, de la misma edad, y “D. N. M.”, de 19 años, a quienes se les imputa el delito de “comercio de estupefacientes doblemente agravado por ser cometido por tres personas organizadas para cometerlos”; según se indicó, la venta de drogas se realizaba en un departamento ubicado en la calle Gan Gan y la operación de la asociación ilícita funcionó durante prácticamente tres meses bajo la modalidad de “pasamanos”: los clientes arribaban al inmueble y se les entregaba la droga a cambio de dinero en efectivo.
Los operativos en los que cayeron los tres individuos habían sido realizados a mediados de mayo de 2017, incluso se constató que uno de los detenidos gozaba de prisión domiciliaria y que vendía drogas desde su casa.

Dónde operaban

Asimismo, se conoció que la Cámara de Apelaciones quitó la figura de “en inmediaciones a los lugares de esparcimiento público”, al procesamiento, algo que beneficiaría en última instancia a los tres involucrados.
De acuerdo al expediente en el que se pidió elevar la causa a juicio, los dos hombres y la mujer “se habrían dedicado a la comercialización de estupefacientes, desde el día 21 de junio del año 2019, hasta el día 4 de septiembre de 2019, en la ciudad de Puerto Madryn, provincia del Chubut”, al tiempo que “dicha actividad ilícita la habrían realizado concretamente en el domicilio sito en calle Gan Gan al 1.800 de Puerto Madryn, consistente en un departamento en la parte del frente que posee ingreso por calle Gan Gan, un segundo departamento lindero al anterior, y por último, un pequeño patio interno, seguido de un tercer departamento, el cual, al igual que el segundo, posee su ingreso por calle Anita Jones, sin altura catastral”.

Podrían morigerarles la pena

También, describió el fiscal en el documento que la modalidad que habrían empleado los integrantes de la banda dedicada al narcomenudeo “para la comisión del ilícito habría sido realizar la entrega del estupefaciente, a clientes que se allegaban a su domicilio, a quienes les darían la droga ya lista para su consumo, a cambio del dinero en efectivo”.
A pesar de que el lugar donde se vendían los estupefacientes se encuentra frente a una plaza de juegos infantiles y a una cancha de fútbol, esto no fue considerado un agravante por parte de la Cámara de Apelaciones.

Droga y elementos de estiramiento

Cuando la Policía allanó el inmueble sospechado de ser un “búnker” de drogas, los agentes incautaron estupefacientes, así como también dinero en efectivo, una balanza de precisión y otros elementos de interés para la causa y probatorios de la comercialización de estupefacientes.
De este modo, el fiscal Gélvez elevó la acusación alegando que “acuso y atribuyo las autorías materiales y responsabilidades criminales del delito comercio de estupefacientes doblemente agravado por ser cometido por tres personas organizadas para cometerlo y por realizarse en inmediaciones de lugares de esparcimiento público”, remarcando que los acusa “por el hecho acaecido entre los días 21 de junio del año 2019 y 4 de septiembre de 2019 en la localidad de Puerto Madryn”.

Vendía desde la casa

El procedimiento inicial fue realizado por Personal de la División Drogas Peligrosas y Leyes Especiales de Puerto Madryn, conjuntamente con el Grupo Especial de Operaciones (GEOP), tras la orden del Juzgado Federal 2 de Rawson; fueron dos los allanamientos vinculados a una investigación por narcomenudeo, uno de ellos llevado a cabo en el barrio 21 de Enero, precisamente en la calle Gan Gan y Anita Jones, donde residía uno de los tres detenidos, a quien le incautaron plantas de marihuana, semillas de cannabis sativa y dinero en efectivo; también, se constató que el sujeto se encontraba en prisión domiciliaria y que había aprovechado el beneficio para montar una operatoria de venta de estupefacientes desde su propia casa.
La segunda diligencia fue concretada en el barrio Pujol 2, donde incautaron dinero, más semillas y envoltorios, y detuvieron a otro individuo que también se dedicaba a vender las sustancias, aparentemente en complicidad con el primero.